“AUN ESTAMOS AQUÍ”

Pese a toda adversidad, que a ratos pudo haberlos descorazonado, a los tropiezos que nunca faltan cuando se echan a volar las ilusiones, aún están aquí. Pese a cuanto escollo disminuyera el ímpetu de sus pasos, en el accidentado camino recorrido, que a cualquiera pudo hacer trastabillar, no desmayaron.  Persistieron en su obstinada voluntad.  No amainaron en sus horas de abatimiento o aflojaron en la noches inciertas de fragilidad. Sobre cualquier otra cosa, nunca desfallecieron en fe. A ello deben que aún estén aquí.  Temprano de madrugada hasta pasado el ocaso, en sus industrias, en sus negocios, en sus tiendas, en sus talleres. A lo que dedicaron el repetido esfuerzo de su mejor empeño.  Desde el día inaugural que abrieron su empresa, rebosantes de esperanza, que atendieron a su primer cliente y sintieron el gozo de su primera transacción, hasta la fecha de hoy. Aún permanecen.

Pese al rimero de dificultades que hoy enfrentan, o al pesado clima de desasosiego que sin duda espanta, ninguno de ellos estaría dispuesto a botar, ni por mas contingencia que aseche, de un mal temporal pasajero, toda una vida entregada a la ardua labor.   Presenciaron, animosos, épocas de bonanza de vigoroso crecimiento.  Sobrellevaron, sin perder aliento, los períodos aciagos de desgracias naturales, de conflictos políticos, de incertidumbre económica y de mercados deprimidos.  Ninguno empacó la bolsa de recuerdos para dejar el terruño. Aquí están, apostándole a Honduras; confiados que el amor a su país es mas grande que el tamaño de cualquier revés. Esa es la conclusión a la que han llegado. Después de un largo recorrido de extenuante trabajo. Celebrando los saldos positivos del acierto y resistiendo débitos mayúsculos del vendaval.  Así, en ese sube y baja, transcurrió toda una vida dedicada a perseverar en el anhelo. Sin que nada pudiese interrumpir la marcha o agotar la promesa de mejores tiempos por venir.

Algunos de ellos, quizás todos, alguna vez de la poesía sacaron inspiración:  No te Detengas (Walt Whitman). “No dejes que termine el día sin haber crecido un poco,
sin haber sido feliz, sin haber aumentado tus sueños. No te dejes vencer por el desaliento. No permitas que nadie te quite el derecho a expresarte, que es casi un deber. No abandones las ansias de hacer de tu vida algo extraordinario. No dejes de creer que las palabras y las poesías
sí pueden cambiar el mundo. Pase lo que pase nuestra esencia está intacta. Somos seres llenos de pasión.
La vida es desierto y oasis. Nos derriba, nos lastima, nos enseña, nos convierte en protagonistas
de nuestra propia historia. Aunque el viento sople en contra, la poderosa obra continúa: Tu puedes aportar una estrofa. No dejes nunca de soñar, por qué en sueños es libre el hombre.

No caigas en el peor de los errores: el silencio.
La mayoría vive en un silencio espantoso. No te resignes. Huye. Emito mis alaridos por los techos de este mundo»,dice el poeta. Valora la belleza de las cosas simples.
Se puede hacer bella poesía sobre pequeñas cosas, pero no podemos remar en contra de nosotros mismos.
Eso transforma la vida en un infierno.
Disfruta del pánico que te provoca
tener la vida por delante. Vívela intensamente,
sin mediocridad.
Piensa que en ti está el futuro
y encara la tarea con orgullo y sin miedo.
Aprende de quienes puedan enseñarte.
Las experiencias de quienes nos precedieron
de nuestros «poetas muertos»,
te ayudan a caminar por la vida.
La sociedad de hoy somos nosotros:
Los «poetas vivos».
No permitas que la vida te pase a ti sin que la vivas.”

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