Sicarios de transportistas dejan a 3,000 niños huérfanos en Honduras

El asesinato de taxistas, cobradores y empresarios del transporte no solamente afecta a la sociedad en general, desatando la incertidumbre, la zozobra y la inseguridad, sino también a sus propias familias, cuando cientos de niños han quedado huérfanos a merced de sus madres o de algún familiar.

La situación se vuelve más dramática debido a que muchas madres, en su mayoría amas de casa y de escasos recursos económicos, al enviudar tienen que iniciar una lucha para sacar adelante a sus vástagos.

En la mayoría de las veces los menores o adolescentes tienen que retirarse de sus estudios para poder ayudar a sus hermanos menores o progenitora y así ser el sostén de la familia.

Según datos de organismos protectores de los infantes, en los últimos tres años han quedado sin sus padres unos 3,000 niños, cuando estos han sido asesinados por andar trabajando como taxistas, cobradores o motoristas de autobuses o “rapiditos” del transporte colectivo de pasajeros.

OFICIO DE ALTO RIESGO

Miles de niños han quedado solo con su madre subsistiendo por el asesinato de su progenitor a manos de sicarios de bandas de extorsionadores.
Miles de niños han quedado solo con su madre subsistiendo por el asesinato de su progenitor a manos de sicarios de bandas de extorsionadores.

A la cruda realidad se suma el factor psicológico de los infantes, a quienes el gobierno no les asiste y crecen con un resentimiento social que ocasiona que algunos sean caldo de cultivo de la delincuencia.

El oficio de taxista, motorista de bus o ayudante se ha convertido en los últimos años en uno de los trabajos de alto riesgo para miles de hondureños, quienes salen de sus casas en horas de la madrugada, despidiéndose de sus esposas e hijos sin saber si volverán a sus hogares.

Hay casos en que casi toda una familia, cuyos miembros se han dedicado a laborar como taxistas, entre padres e hijos, han sido ejecutados por supuestos “mareros” por no pagar el mal llamado “impuesto de guerra”.

La oficina del Comisionado Nacional de los Derechos Humanos (Conadeh), tiene entre sus registros cómo fue asesinado a sangre fría el motorista Marlon Zúñiga (47), en febrero pasado, en el punto de taxis del barrio Lempira, en Comayagüela y, anteriormente había sido ultimado, en octubre del año pasado, su hijo Franklin Marcial Zúñiga.

DRAMÁTICO RELATO

Según el testimonio de su esposa, cuyo nombre se omite, su esposo y su hijo se dedicaban al transporte de pasajeros desde horas de la madrugada del punto de taxis del citado lugar hasta el centro de Tegucigalpa.

El Conadeh estima que el 95 por ciento de las muertes de taxistas no ha sido resuelto.
El Conadeh estima que el 95 por ciento de las muertes de taxistas no ha sido resuelto.

“Ha sido bastante difícil para mí, pues mi esposo me dejó con otros dos niños menores de edad y he llevado la cruz de perder a mi marido e hijo, quienes sostenían la familia”, contó aún visiblemente consternada por la tragedia.

“Ellos se levantaban todos los días a las 4:00 de la madrugada para alistarse, yo les preparaba el desayuno y luego revisaban el vehículo para irse a trabajar”, narró.

“Todos los días mi esposo traía a la casa la provisión para sostener a mis otros dos hijos que iban a la escuela, pero de repente él me contó que a todos los choferes del punto les estaban pidiendo el impuesto de guerra”, señaló.

La acongojada madre contó que su marido y los demás ruleteros tenían que entregar 300 lempiras a la semana para que no les hicieran daño y continuar trabajando sin ningún problema.

“Ese día fue triste para mí cuando uno de los compañeros me llamó por teléfono para contarme que habían asesinado a mi esposo y estaba tirado ensangrentado en el punto de taxis”, lloró.

“Eso ocurrió en febrero de este año y en octubre del 2013 asesinaron a mi hijo en el mismo lugar, por lo que he tenido que llevar un doble dolor en mi alma para soportar la terrible situación”, exclamó.

Muchas madres lloran la pérdida de su esposo por el simple hecho de trabajar como taxistas.
Muchas madres lloran la pérdida de su esposo por el simple hecho de trabajar como taxistas.

“Desde allí inició mi calvario, ya que yo quedé sola, sin trabajo y con la ayuda de algunos familiares he tratado de salir adelante con mis otros dos hijos quienes aún tienen edad escolar”, contó como implorando ayuda.

VÍCTIMAS INOCENTES

En otro de los casos dramáticos de esta estela de luto y dolor, sembrada por manos criminales, los hermanitos Odalis y Nelson López, de seis y ocho años, aún no comprenden por qué papá no regresó a casa a cenar, como lo hacía todos los días.

Aún recuerdan cómo se despidieron de él, con un abrazo y un besito la madrugada de un jueves cuando salió de su casa, en Ojojona, Francisco Morazán.

Sentados en la sala de su vivienda observan fijamente dos fotografías de su papá que permanecen en medio de un pequeño altar con velas encendidas, flores e imágenes religiosas.

Los transportistas han realizado plantones de protestas ante el asesinato de sus compañeros.
Los transportistas han realizado plantones de protestas ante el asesinato de sus compañeros.

La tristeza y la incertidumbre se han adueñado de sus vidas, al igual que de su madre y abuelo que no cesan de llorar, mientras el silencio priva en aquella casa donde todo era felicidad.

Así transcurren los minutos en la casa que habitaba Nelson Aníbal López (31), el taxista que fue asesinado cobardemente por cuatro malvivientes en la calle principal de la colonia Altos de la San José de la Vega, en Comayagüela, en junio pasado y cuyo crimen quedó grabado en un video que fue divulgado por los medios de comunicación social.

“Ella era la esposa de mi hijo, está embarazada y ya tienen dos niños”, señaló don José, padre del taxista asesinado, mientras presenta a la humilde mujer.

“ERA BUEN ESPOSO”

Hodania contó que hace nueve años se había casado con Nelson. “Él era un buen esposo, excelente padre y buen hijo, siempre estaba pendiente de nosotros. Trabajaba para mantenernos y que yo solo me dedicara a la educación y al cuidado de los niños”, relató.

La dedicación de la madre es tal que la pequeña Odalis, una de las hijas del matrimonio, es parte del cuadro de excelencia académica en la escuela donde estudia. “Me quedé a la deriva, mis hijos sin padre y yo sin esposo”, reflexionó, en tanto se aferraba a sus dos niños.

El comisionado Roberto Cáceres ha solicitado a los entes de investigación el esclarecimiento de estos hechos criminales.
El comisionado Roberto Cáceres ha solicitado a los entes de investigación el esclarecimiento de estos hechos criminales.

Hodania afirmó que la ausencia de su esposo ha sido un golpe fuerte para toda la familia, ya que él era el sustento del hogar y, además, lo esperaban siempre para cenar juntos. “Él siempre venía a las 8:00 de la noche, lo esperábamos para cenar, nadie comía hasta que él llegaba”, recordó llorando.

La falta de un empleo seguro y con un buen sueldo llevó a Nelson a trabajar de taxista desde hace cuatro años para cubrir las necesidades de su familia, concluyó la esposa.

DATOS ESCALOFRIANTES

Del registro pormenorizado del Conadeh se desprende que durante el 2013 se reportaron alrededor de 90 hechos violentos que dejaron como saldo 103 muertos y 11 heridos, teniendo como víctimas a conductores de taxis, mototaxis, pasajeros y personas particulares.

También se establece que el 95 por ciento de los asesinatos a taxistas no ha sido resuelto y que cada mes ejecutan a siete trabajadores del transporte.

Además, el Conadeh registró los lugares que fueron escenario de cada uno de los hechos violentos, la forma en la que fueron ejecutados los taxistas y muchos pasajeros, la quema de unidades y el peligro que representan los extorsionadores para los ruleteros que prestan ese servicio público. (ML)