El doctor Jesús Aguilar Paz en el vórtice de la identidad nacional

¡Misión cumplida! María Eva y su esposo Jesús Aguilar Paz con sus seis hijos. De izquierda a derecha: Rafael, Jesús, Amparo, Francisco, Enrique y Nicolás. Enero 1956.
¡Misión cumplida! María Eva y su esposo Jesús Aguilar Paz con sus seis hijos. De izquierda a derecha: Rafael, Jesús, Amparo, Francisco, Enrique y Nicolás. Enero 1956.

Jubal Valerio Hernández

Vórtice: Según el diccionario pequeño Larousse ilustrado de don Ramón García -Pelayo y Gross (edición 1986)-, significa: “Torbellino, remolino. Centro de un ciclón. Disposición concéntrica que adoptan ciertos órganos”.

Don Jesús Aguilar Paz nació en Gualala, Santa Bárbara, el 15 de octubre de 1895 y murió en Tegucigalpa, 26 de junio de 1989. Aprendí a admirar y apreciar al doctor Aguilar Paz desde niño, pues mi madre, cuando repasaba conmigo la asignatura de geografía, lo hacía señalando con el puntero en el mapa de Honduras, que elaboró este extraordinario compatriota. De esa forma, era imposible la ubicación y nombres de nuestros municipios, ríos, cordilleras, valles, etcétera. También, nos familiarizábamos con las características de nuestra bella y variada geografía y se nos despertaba un genuino amor por la patria.

Jesús Aguilar Paz recorrió toda Honduras por 18 años, para levantar el mapa de Honduras.
Jesús Aguilar Paz recorrió toda Honduras por 18 años, para levantar el mapa de Honduras.

En mis primeros años de estudio en nuestra universidad Nacional, tuve el privilegio de conocer personalmente a don Jesús, así como a sus hijos, Rafael, Francisco Salvador y Enrique, con quienes logré cultivar una sincera y perdurable amistad.

Conversar con el doctor Aguilar Paz, era como acceder a una multifacética cátedra viviente. Los libros que escribió en diferentes ramas del conocimiento -para quienes hayan tenido la oportunidad de leerlos- nos permiten entrar a fondo, en la dimensión nacional y universal de su vasta sabiduría. Su primera obra literaria, fue “Laberintos de la Alquimia”, publicado en 1918 a la temprana edad de 24 años.

Aguilar Paz demuestra en ese momento, su alto vuelo intelectual, incursionando en campos en los que la ciencia y la filosofía van de la mano, ofreciendo una visión cósmica que se adelantó, en muchos años, a las modernas concepciones que vendrían a ser moneda de curso corriente en las décadas siguientes. Bajo el prisma del pensamiento conservador prevaleciente, no fue comprendida; antes bien, fue vista con el recelo y estrechez mental de muchos de sus contemporáneos.

“Flora Tradicional de Honduras”. (Edigrafic, S. de R.L. Tegucigalpa, Honduras. 1999), constituyó su tesis para aprobar el título de doctor en Farmacia en nuestra Universidad, en la que hace un completísimo recuento que conduce a un estudio, que aún no se había realizado, sobre las características y propiedades de nuestra abundante y variada flora y sus aplicaciones terapéuticas.

Su prolongado recorrido por las diversa regiones de la geografía patria, le permitió recoger, simultáneamente con el levantamiento del mapa de Honduras, el saber popular acumulado en innúmeros años, que logró verter en su incomparable obra “Tradiciones y Leyendas de Honduras” (Honduras Industrial, S.A. Tegucigalpa, Honduras. 1972).

El doctor Jesús Aguilar Paz, con su esposa María Eva, a quien declararon “Madre de Honduras” en 1969.
El doctor Jesús Aguilar Paz, con su esposa María Eva, a quien declararon “Madre de Honduras” en 1969.

El estudio y análisis de sus obras, deviene una obligación ineludible para todo hondureño que aspire, verdaderamente, a conocer y amar su patria. Sumado a lo anterior, para escudriñar los diversos aspectos de su vida y personalidad, es necesario leer “El Alquimista de Gualala”, Vida y Obra de Jesús Aguilar Paz, brillantemente escrita por su hijo el doctor Enrique Aguilar Paz Cerrato (Editorial Guaymuras, Tegucigalpa, 1995) cuya segunda edición está próxima a aparecer.

Escribió también varios artículos que él denominó “Los Amigos de la Tierra” y otra serie que llamó “Hombres, Tierra y Agua”, ratificando su interés por el campo y la agricultura. Ya con la sólida experiencia de los años y como frutos de su continuo estudio, escribe muchos artículos y dos obras más: “Toponimias y Nombres Geográficos de Honduras” en 1969 y el singular y destacado “Trapalan-La Ciudad Blanca” (1970) un ensayo histórico bien documentado que aclara el primer nombre de Honduras y el verdadero motivo del viaje de Hernán Cortés a Honduras.

Su hijo el dramaturgo, actor y director de teatro Francisco Salvador, expresa acertadamente en el prólogo al libro “Tradiciones y Leyendas de Honduras” que don Jesús “defendió en todo momento nuestra identidad cultural. Reconoció y enalteció la gran obra de España en América. Viajero incansable, conoció toda América y gran parte de Europa.

Jesús Aguilar Paz, cuando escribió su libro “Laberintos de Alquimia” en 1918.
Jesús Aguilar Paz, cuando escribió su libro “Laberintos de Alquimia” en 1918.

Escritor recio y polifacético, siendo a la vez un crítico acucioso y justo. Gran morazanista, fue miembro relevante del Partido Unionista y anheló toda su vida la unión de Centroamérica, fustigando con firmeza y valentía la intervención foránea en los asuntos internos de la región”.

Si mis compatriotas siguieran las recomendaciones antes indicadas, estoy absolutamente seguro coincidirían conmigo en la siguiente proposición: El Congreso Nacional debe decretar la creación de la Cátedra “Doctor Jesús Aguilar Paz”, para que sea impartida en todos los centros de enseñanza secundaria de nuestro país, con un temario que comprenda los diferentes aspectos de la vida y obra de este preclaro ciudadano hondureño.

Al tomar esa decisión, nuestra asamblea legislativa, estaría honrando a uno de los más connotados parlamentarios que ha tenido nuestro país. Al ponerse en vigencia dicha cátedra, se daría la oportunidad a nuestra juventud para que tome el ejemplo de Aguilar Paz como el modelo a seguir, para forjar una personalidad dotada de valores cívicos y morales, amor al estudio y a la patria.

Se estaría ubicando, de esta manera, al doctor Jesús Aguilar Paz, en el vórtice de nuestra identidad nacional, o sea, en el sitial de honor que le corresponde. Esta debería ser una acción a iniciarse con prontitud, a efecto de preparar dignamente el ciento veinte aniversario de su nacimiento, que ocurrirá en el 2015.

Contraportada del libro “Flora Tradicional de Honduras” del doctor Jesús Aguilar Paz.
Contraportada del libro “Flora Tradicional de Honduras” del doctor Jesús Aguilar Paz.