Cedros 22 de marzo de 1947
Señor don Fernando Zepeda Durón
Tegucigalpa, D.C.
Mi estimado amigo:
Vuelvo nuevamente a ud para saludarlo con el cariño y respeto de siempre, deseándole al mismo tiempo que siempre esté lleno de felicidades y venturas personales. Y luego que tenga la bondad y amabilidad de escucharme un momento. Creo ser demasiado molesto con mis impertinencias pero le repito que se revista de mucha paciencia. Vuelvo amigo Zepeda al asunto de la venta de mi casa que tengo en Cucuyagua. Como ud me dijo que después del 15 de marzo ya podíamos hablar acerca de este asunto hoy le recuerdo para ver si el señor presidente pudiera comprarla para escuela o casa nacional, en aquel pueblo no hay casa nacional receptoria o guardatura o comandancia.
La municipalidad de aquel pueblo tiene necesidad de una casa céntrica para escuela de niñas y fueron varios empleados a verla y la encontraron muy buena para escuela pues tiene varios departamentos para varios grados. Más me indicaron que no tienen fondos para este fin. Creo elevaron la solicitud al señor presidente para suplicarle les donara este edificio. Más por si todavía no está resuelto este asunto le ruego a ud querido amigo gestione este asunto con el señor presidente para que se me compre esta casa que por la construcción y el elevado precio que tiene la casita que es de tres mil lempiras no habrá quien la compre en aquel pueblo. Prefiero dejarla al servicio del gobierno que darla en menos precio. Espero de usted señor que me avise para ir a otorgar la escritura a quien corresponda. Ya le hablé al señor Lic. don Alfredo Tábora Solares para que me haga la escritura.
Diga al señor presidente que me dé algo de dinero para comprar una casa que me venden en Siguatepeque en 2,500 lempiras pues allí tengo mi familia alquilando casa para mientras compro la mía, al vender la que tengo en Cucuyagua.
Bueno querido amigo con este gran favor quedaré eternamente agradecido y no hallaré cómo pagarle, pero el Creador le pagará amigo Zepeda. Siempre seré con uds y hoy más que nunca pues la gratitud es de la gente noble y sincera.
He pedido para otros, ahora pido para mi propio bien. Y creo no se me negará verdad don Nando?
De ud afmo. S.S.
Padre Eulogio Domínguez