PROMOCIÓN DEL PAÍS

arquero3EN el foro auspiciado por el BID, “Soluciones a los Retos de Desarrollo en El Salvador, Guatemala y Honduras”, el Presidente hondureño llevó la voz cantante. El protagonismo fue evidente desde su presencia en la Asamblea General de las Naciones Unidas, donde se hizo acompañar al encuentro con el secretario general por los cancilleres de los países vecinos, para entregar el Plan de la Alianza para la Prosperidad del Triángulo Norte. En su discurso en el pleno preguntó al auditorio: “¿Cuál es la diferencia entre los desplazados por la violencia en otras regiones y los desplazados por la violencia generada por los traficantes de droga y del crimen organizado transnacional?”. “Especial atención debe merecer este tema en los países que tienen responsabilidad en el problema, bien sea porque producen la droga o porque son el mercado donde se consume; por lo que creemos que se trata de una responsabilidad compartida”.

Cuando la crisis fronteriza –por el éxodo de niños inmigrantes– Obama envió al Congreso una solicitud de fondos adicionales para sufragar los gastos de la emergencia y, de paso, dar recursos a los países del Triángulo Norte para detener la masiva peregrinación. Los jefes de Estado de la región, que en lo más álgido del conflicto fueron a Washington a verse con Obama, regresaron esperanzados. Sin embargo el Congreso ignoró la solicitud de la Casa Blanca y los fondos prometidos, para proyectos sociales en estos países, quedaron en el aire. Como ya les habían dicho que “no habría nada parecido al Plan Colombia o al de México, porque estos gobiernos no están preparados para implementarlo”, elaboraron el propio. El plan fue entregado al Secretario de Estado en ocasión de las sesiones de la Asamblea General de la ONU. Fue en la conferencia del BID que el vicepresidente de los Estados Unidos, tuvo una referencia a la iniciativa: “Lo que pasa en América Central nos importa a los Estados Unidos. Estamos comprometidos, nosotros tenemos mucho de por medio, porque es una preocupación que está ligada a nuestras propias preocupaciones”.

La iniciativa discutida en el BID “aborda la problemática migratoria de forma integral y presenta soluciones para fomentar la actividad económica, mejorar la inserción laboral, extender el acceso a servicios sociales de calidad y garantizar la seguridad ciudadana, para que sus ciudadanos tengan mayores y mejores oportunidades económicas y sociales”. En esa reunión el Presidente hondureño apeló al buen sentido del gobierno norteamericano y de la comunidad internacional: “Nadie quisiera que eso ocurra en su país, nadie quiere que sus hijos pasen semejante odisea y en cualquier lugar del mundo donde se dé un fenómeno tan desgarrador como ese, todo ser humano debe sentir que les toca el corazón y la conciencia”. Pero también habló de las medidas de su gobierno para disminuir el flujo migratorio, tanto en el combate de la violencia como en la parte social: “La Fuerza de Tarea del Niño Migrante”, la incorporación a los devueltos a los programas de “Vida Mejor”, “Bono 10 Mil” y “Con Chamba Vivís Mejor”. El despliegue de fuerzas policiales a las zonas fronterizas, y la operación “Rescatando Ángeles”. Les contó sobre el Gabinete de Prevención en Seguridad que impulsa diversos programas encaminados a fortalecer los valores morales y espirituales en la niñez y juventud y de esta forma evitar que sean blanco del crimen organizado. Dio como ejemplo el programa “Guardianes de la Patria” que se desarrolla con el apoyo de la Fuerzas Armadas y mediante el cual se inculca valores y principios resaltando el amor al prójimo y a la patria”. Aseguró que “el deporte es utilizado como un medio para evitar que los menores consuman drogas y se involucren en maras y pandillas, por lo que se impulsa la construcción de espacios deportivos y recreación a nivel nacional”. A los inversionistas con los que se reunió –reseñando las oportunidades y el potencial del país– les dijo que “Honduras merece que le den una segunda mirada”. Le quedó tiempo para visitar a esos glaciales señores del FMI y solicitarles que se apuren con el mandado. En fin, muchos van a conicidir que el viaje a Washington fue una buena campaña de promoción del país.