¿Y a nosotros cómo nos mirarán? 2/2

Por Francisco Zepeda Andino
Cnel. ® FAH

FRANCISCO-ZEPEDA-2Como podemos imaginarnos, parte de lo expresado en el “librito” que los norteamericanos reciben al llegar a Colombia, está fundamentado en concepciones tradicionales sobre los latinos que no necesariamente en la actualidad son verdaderas.

Al asumir que en horas de mediodía nadie contesta el teléfono, posiblemente se deriva de la creencia que todos tomamos a esa hora “una siesta” y lo mismo en lo referente a impuntualidad. Según Semana, la parte gruesa del panfleto está dedicada a detallar historia, costumbres y política colombiana, haciendo énfasis en las divisiones sociales, raciales y económicas. Expresa el artículo que los estadounidenses sostienen, que los colombianos: “Tienen una visión crítica de la autoridad estatal: dicen que solo los ricos y los poderosos interactúan con el Estado y que por eso este resulta “distante, ajeno e impredecible”. Y añaden: “Así, muchos se sienten ignorados”. Esta visión que sorprende al venir del mismísimo Tío Sam, se extiende a lo largo de las páginas…”. ¿Somos diferentes en Honduras?

Al escribir sobre la estructura social de Colombia, Semana afirma: “Según ellos, desde la Colonia hasta hoy la sociedad ha estado dividida en clases y razas. Una “elite blanca” corona la pirámide  y ha diseñado todo el orden nacional con el solo fin de seguir sus propios intereses. Así, los “blancos” disfrutan de un acceso directo al poder político, económico y social. Los “mestizos” abarcan la clase media y solo si tienen fortuna y dedicación pueden adquirir la riqueza, la educación y las costumbres de los blancos. Al fondo de la pirámide están los afrocolombianos y los indígenas”. Con algunas diferencias en cuanto a porcentajes y la disposición de la composición racial, es posible que los “marines” tengan una similar o igual opinión sobre Honduras y es indudable la misma situación de afrodescendientes e indígenas en la escala social nacional.

La publicación norteamericana considera a las Fuerzas Armadas de Colombia, según el semanario colombiano, “…una institución “romántica”, “orgullosa”, “sobreprotectora”, “resistente al cambio” y, a veces, “arrogante” ante la intervención extranjera”, “…y que concibe su deber no tanto en el cumplimiento de las políticas del gobierno, sino más bien en el “amor a la patria”.

También se incluye dentro de la pretendida orientación para el personal norteamericano, los conceptos de “palanca” y “rosca”, entendiéndose la primera como: “una conexión personal con una instancia de poder” y la segunda: “un sistema informal de grupos de tomas de decisiones”, que existen en “todos los niveles, esferas y jerarquías”. No solo en el Ejército ambas cosas son “vitales” para avanzar social o políticamente”. La diferencia es que aquí usamos “argolla” por “rosca”.

El artículo de la revista Semana nos descubre algunos de los prejuicios de sociedades anglosajonas, que han existido sobre la personalidad y manera de ser del latinoamericano, pero de igual manera, nos señala errores derivados de tradiciones e idiosincrasia coloniales. Ignoramos si a los militares y civiles norteamericanos que periódicamente, desde 1981, están llegando a la Base Aérea Enrique Soto Cano, como parte del contingente que allí permanece, se les ha entregado un “librito” similar al descubierto en Colombia, pero sería muy interesante leer uno, si lo hay.

Quien considere que orientaciones como lo que se pretende en la publicación de las Fuerzas Armadas de Estados Unidos, no son tan importantes, solo tiene que recordar dos acontecimientos de carácter internacional, ocurridos la semana pasada. En primera instancia, el presidente Barack Obama, durante el desarrollo de la Cumbre de la APEC (Foro de Cooperación Económica Asia-Pacífico), celebrada en Beijing, China, fue fuertemente criticado por medios de comunicación chinos, al haber sido sorprendido caminando, mascando chicle, lo que para ellos, era impropio o vulgar. Según las explicaciones dadas por funcionarios norteamericanos, Obama masca chicle Nicorette, con nicotina para prevenir el fumado.

Por su lado, el presidente ruso Vladimir Putin, en una acción que él consideraba gentil o caballerosa, puso un chal sobre la espalda de la esposa del presidente chino Xi Jinping, por el frío imperante, siendo también criticado porque lo consideraron como hacer ver mal al esposo o a los organizadores. El video de la acción de Putin fue motivo de bromas en las redes sociales y ante esa situación, las autoridades chinas rápidamente lo eliminaron.

Comprender cómo funciona una sociedad, con sus costumbres, tradiciones, idiosincrasia, defectos, prejuicios o errores, no es tarea fácil pero en cierta forma, es importante. El principal problema de esas “orientaciones” es la de caer en generalidades o ideas sobre comportamientos ya superados.

Tal vez hubiese sido una buena idea que los “marines”, antes de su viaje, le dieran una orientación a Obama y Putin sobre la sociedad china.

¿Y a los catrachos cómo nos mirarán?