Niños sicarios

Por: Miguel Osmundo Mejía Erazo*

miguel-osmundo-mejia-70Uno de los temas noticiosos que más nos debe preocupar a los padres,  abuelos,  maestros y hondureños en general, es la situación que están viviendo nuestros niños hondureños donde según estadísticas un 64.5%  provienen de hogares  pobres, 500 mil hogares son de madres solteras, por otra parte la población hondureña es joven  2.7 millones de hondureños están  entre 10 y 24 años, estos niños y jóvenes en su mayoría provienen de esos hogares donde nunca conocieron lo que es amor, mucho menos una orientación y forjamiento de su personalidad basada en valores cristianos, o por lo menos los más elementales valores éticos. Estos niños y jóvenes originarios de un hogar desintegrado, buscan en la calle lo que no les brindan en casa y son presa fácil de las bandas de delincuentes que se dedican a reclutar niños y jóvenes que después se ven involucrados en los más horrendos crímenes, jamás vistos ni en películas.

Me resisto a creer, pero las estadísticas nos dicen que  en 10 meses del año pasado se registraron 1,328 delitos cometidos por menores de edad, cada día más hondureños son sorprendidos por la muerte a manos de niños y jóvenes sicarios al servicio del crimen organizado, se dice que en el 2013 un “niño sicario” mató una persona cada cinco días, en nuestro país hay una fábrica de chicos matones, otras instituciones manejan estadísticas informando que en los últimos cuatro años, 6,606 hondureños han muerto en manos de sicarios siendo victimados jueces, periodistas, abogados, fiscales, policías asesinados por encargo de bandas de criminales que utilizan menores de edad bien entrenados para que bajo efectos de droga y su mente desprogramada puedan quitarle la vida a muchos hondureños, la mayoría de victimarios identificados oscilan entre los 15 a 17 años de edad.

Con las estadísticas anteriores casi la mitad de la población hondureña es joven y muy vulnerable a cualquier situación, hay que preguntarnos cuántos de estos jóvenes están viviendo en condiciones satisfactorias de vida, qué cantidad de los jóvenes han recibido orientación sana, basada en valores morales y principios cristianos en sus hogares? Por  nuestra mente y la de los amables lectores surgen muchas respuestas impregnadas de dudas cuando pensamos en nuestros niños y adolescentes, especialmente aquellos que han encontrado la muerte en forma prematura por andar en malos caminos, porque han sido entrenados por las maras y pandillas  quedando condenados a matar o morir.

En este mismo Diario se ha venido informando de parte de fuente policial que han asesinado a niños entre 10 y 12 años de edad, supuestamente por bandas de sicarios a quienes posiblemente estos niños no les cumplieron con el mandado de asesinar.  Por otra parte se sabe que estos niños son entrenados en escuelas de sicarios que existen  en Olancho y otros puntos del país donde afinan su puntería matando perros luego salen en búsqueda de la víctima con disparos certeros, a estos niños los mantienen encerrados y a cambio de matar les pagan alguna suma de dinero menor que a un adulto, ya que estos cobran hasta sesenta mil lempiras por liquidar a alguien, dependiendo de quién se trate.

Algo más se debe hacer con urgencia en la sociedad y la familia para proteger a nuestra niñez y juventud de Honduras, a pesar del esfuerzo que organizaciones de la sociedad civil  y el gobierno mismo  hacen para la rehabilitación de los niños y jóvenes que lamentablemente han caído en las redes de la delincuencia, los padres de familia, los maestros, las iglesias, los medios de comunicación y todas las organizaciones de cualquier naturaleza, tenemos que hacer algo para evitar el avance de la delincuencia que nos tiene de rodillas a la sociedad entera. Para comenzar hay que trabajar fuertemente con las familias, hay que llevarlos al conocimiento de la palabra de Dios que es clara, si los padres de familia leyéramos y practicáramos lo que dice el libro de Proverbios, allí encontraremos la clave y la respuesta a nuestras inquietudes. Comencemos por los niños en el hogar, la escuela y colegio  inculcándoles valores  cristianos y morales para que  se conviertan en hombres y mujeres de bien, solo así podemos pensar en un futuro mejor.

*Profesor y periodista
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