OBAMA, ha tomado la ofensiva en defensa de las medidas ejecutivas que evitarían la deportación de unos 4.1 millones de indocumentados. A un nutrido público de hispanos confió que se cansó de esperar que la oposición en el Congreso tomara acciones sobre la reforma migratoria. Se refirió a la ley bipartidista aprobada por el Senado en el verano del 2013 que no fue sometida a voto en la Cámara de Representantes. “Le dije a Boehner (presidente de la Cámara baja) –bromeó Obama ante los gritos y aplausos de una frenética multitud– te lavo el auto, te paseo el perro, pero someté la ley a votación”. “Este es solo un primer paso. Todavía necesitamos una ley”. “No somos una nación que echa a los luchadores y a los soñadores que quieren ganarse su pedazo de sueño americano”. “Somos una nación que les da la oportunidad de asumir sus responsabilidades y crear un futuro mejor para sus hijos”. Obama recordó que el problema migratorio que sufre Estados Unidos “no es solo un tema latino” sino también “un asunto estadounidense” que debe ser resuelto de una vez por todas. “Todo lo que estamos diciendo es que no vamos a deportarlos y a separarlos de sus hijos”.
El promedio de los detenidos cuando intentaban cruzar la frontera prácticamente ha duplicado en el período del último año comparado al de años anteriores. La masiva presencia de niños inmigrantes en los estados fronterizos fue lo que encendió todas las luces de alarma. El flujo abultado de menores obedece a distintas circunstancias. Huyen de la violencia en sus lugares de origen. Bien para no ser reclutados por las pandillas en los barrios calientes que extorsionan a sus familias o por temor a las actividades delincuenciales de los narcotraficantes y del crimen organizado. Se van por la situación de pobreza extrema y la falta de oportunidades. Y emigran por su deseo de reencontrarse con sus padres que se fueron antes, en busca de empleos dignos y en procura del sostén de sus familias. Sin embargo, dentro de las medidas contempladas por la Casa Blanca, se dará prioridad a la deportación de quienes cruzaron recientemente la frontera. Esos menores estarán dentro de las deportaciones consideradas ahora prioritarias. Pero la semana pasada el gobierno anunció un programa para permitir a los niños de El Salvador, Guatemala y Honduras que tengan un familiar legal en Estados Unidos puedan solicitar refugio desde oficinas situadas en su país de origen.
Las acciones de expulsión serán centradas en los siguientes casos: “El Departamento de Seguridad Nacional (DHS) elaborará una nueva guía de acción para que la política de deportaciones se centre en los criminales, personas con delitos vinculados a la seguridad nacional y aquellos que cruzaron la frontera desde el 1 de enero pasado. Se reemplazará el programa Comunidades Seguras, que permite a las autoridades verificar los antecedentes migratorios y delictivos de los extranjeros que son detenidos, por otra iniciativa centrada en procesos de expulsión de condenados por delitos penales. “Los beneficios del plan están enfocados a los indocumentados que tengan hijos que son ciudadanos estadounidenses o residentes permanentes, que demuestren que llevan en el país desde antes del 1 de enero del 2010 y carecen de antecedentes criminales”.