Llegó la temporada de Navidad y con ella viene una montaña de gastos y de compromisos sociales. Seguramente ya estás imaginando los regalos que vas a recibir y los que vas a dar este año.
Ese puede ser un campo minado. Todos los años recibimos regalitos que se pueden llamar raros o, en el peor de los casos, inútiles. O también pueden llegar cosas con mensajes desafortunados, que la persona no planeó con mala intención. Pero como somos muy intuitivos y leemos entre líneas, en el terreno de los regalos de Navidad hay mucho espacio para quedar mal.
Algunos de los siguientes regalos clasifican entre los que tal vez no querrás dar, pero mucho menos recibir, esta Navidad:
1. Una funda protectora para el banano. Si te gusta esta fruta tal vez te pase que quieres comer una parte y no la fruta completa de una sola vez. Este es un regalo útil, pero tiene sus desventajas. Puedes guardar la fruta y consumirla parcialmente y volverla a guardar para más tarde. Pero no te imaginas cómo lucirá cuando saques este producto en público, y menos si lo hacen tus niños en la escuela.
2. Piedras de cuarzo para despedir a un ser querido. Se usan colocándolas en la tumba en el último adiós de una persona. ¿Qué mensaje te dan si recibes ese oscuro obsequio? ¿Con quién quieren que las uses?
3. Libros y otros productos de autoayuda. Tal vez todos necesitemos algún tipo de libro de este tipo. pero cuando lo recibes o lo das se entra en un nivel peligroso de intimidad. ¿Quieres que baje de peso? ¿Que mejore sus habilidades sociales? Es difícil no caer en interpretaciones.
4. Utensilios de cocina. Pueden resultar muy útiles, pero a casi nadie le gusta, y menos a una mujer, que le insinúen que su lugar está en la cocina. Y si es un chef profesional o aficionado, seguro tendrá un gusto muy sofisticado o particular sobre los productos que usa.
5. Un aparato o tratamiento contra la celulitis. Puede ser muy útil, pero nadie quiere enfrentar la cara de la persona cuando lo recibe. Otra vez es como una invasión de la intimidad.
6. La botella de licor que nos llevaron en la última celebración. Este es el típico. Nos llegó una botella de regalo un día y lleva meses en algún lugar de la casa. Y decidimos darla de regalo de nuevo, y pensamos que no se va a notar. Lo peor es que puede volver a quien nos la regaló originalmente sin que nos demos cuenta. Peor no podrás quedar.
Una aplicación para llevar la cuenta de los huevos (Hans Braxmeier)Una aplicación para llevar la cuenta de los huevos (Hans Braxmeier)
7. La tecnología da para todo, pero ¿un aparato en el que ponemos los huevos y nos envía un mensaje a nuestro Smartphone sobre los huevos que quedan? Es “cool”, pero muy poco útil.
8. Tarjetas de regalo. Las tarjetas de regalo cargadas con una suma de dinero es una solución muy común cuando no conocemos muy bien a la otra persona y no queremos ponerle directamente unos billetes en un sobre. Pero este obsequio tiene varios problemas, como cargos fijos que consumen el dinero de la tarjeta. Lo peor es cuando el comprador olvidó activarla en el momento de la compra y pierde el recibo de la misma. Esa tarjeta se puede perder si no se logra demostrar dónde y cuándo fue adquirida.
9. Mascotas. Un cachorrito puede ser muy lindo, pero es posible estar regalando o recibiendo una verdadera pesadilla cuando la persona descubre el trabajo adicional que significa tener una mascota.
10. Algo para la casa que no sabes dónde poner. Es una escena muy común. Estas buscando algo para alguien que no es de mucha confianza y terminas comprando un adorno o decoración que en el mejor de los casos terminará abandonado en un rincón. (De Jaime Mejía).