Gestión gubernativa por resultados

Por: Marcio Enrique Sierra Mejía

Marcio-Enrique-Sierra-Mejía1El gobierno actual basa su gestión administrativa en el resultado obtenido porque cuentan con una visión estratégica. Lo que le hace seguir un marco lógico para ver el desempeño y el logro de productos, efectos e impacto. Significa que tienen la perspectiva de lograr resultados de naturaleza estructural que afecten e impacten positivamente el desarrollo de la sociedad y otros de funcionamiento del conjunto de los aparatos estatales que tienen que ver con la política de racionalidad del presupuesto que gastan esos aparatos públicos. Esta modalidad de manejo, implica interconectar todos los componentes de la gestión para optimizar el funcionamiento de los aparatos gubernativos, con el fin de lograr cambios estructurales y funcionales. Empero, si la práctica de manejo gubernativo por resultados se centra más en la operación funcional administrativa del gobierno, y menos enfática, en la  que se relacionan propiamente con los cambios estructurales, al final del período gubernativo, lo que veremos será una gestión pobre porque la visión que le propusieron a la ciudadanía en su campaña política que enfatizó en los cambios estructurales, no se verán cumplidos satisfactoriamente.

En este primer año de gobierno pareciera que existen dos líneas de acción simultáneas que demandan resultados. La que establece el Presidente y la que fija la Secretaría de Planificación Estratégica que se rige siguiendo un marco lógico de referencia. Mientras que la ruta de la Secretaría de Planificación Estratégica enfatiza en la política de racionalización del gasto y el fiel cumplimiento de determinadas políticas macroeconómicas, que se orientan al control del déficit fiscal y la tasa de inflación, el Presidente pone su mirada en atender procesos que contribuyen a lograr cambios estructurales en la sociedad.  He aquí el meollo de la gestión gubernativa por resultados en la presente coyuntura del gobierno nacionalista.

La efectividad de los resultados responde a una dinámica influida por la disciplina que impone la norma presupuestaria y su marco lógico estructurado en función a los resultados previamente establecidos, y simultáneamente, por otra dinámica determinada por la actividad del Presidente que se orienta a la gestión de procesos que contribuyan a lograr resultados que demuestren que están cambiando la antigua estructura social que determina el desarrollo excluyente y que le impiden salir de la pobreza a un significativo porcentaje de la población hondureña, arriba del 68%. En este sentido cabe preguntarnos: ¿Hasta qué punto están bien definidos los resultados estructurales que se deben lograr en el actual gobierno? Si es así, ¿están identificadas las acciones que se deben ejecutar para alcanzar resultados estructurales convincentes? Un vacío en la identificación de dichas acciones, puede crear disgusto o malestar en el “innercircle” que rodea al Presidente. Y propiciar un desencanto inconveniente hacia los secretarios sectoriales porque se asumen criterios de incumplimiento en relación a los resultados de cambios estructurales. Lo peor que le puede ocurrir al gobierno actual, es caer en una atmosfera de intrigas al seno del innercircle, por no tener bien definidos los resultados estructurales, que causa la victimización de ciertos funcionarios, sencillamente porque no hay conocimiento claro de las acciones requeridas para lograr resultados estructurales. Mismos que no son fáciles de alcanzar.

Para obtener resultados estructurales positivos es clave identificarlos con certitud delegando responsabilidades a lo largo y ancho de la estructura gubernativa que es dirigida por los secretarios sectoriales. Y desarrollar una cultura administrativa interconectada e informada porque solo así es como se logra  la gestión óptima. La gestión administrativa por resultados no está en centrarse en los procesos y procedimientos sino que en desarrollar una cultura de servicio eficaz, transparente, comprometida con la obtención de soluciones estructurales claramente identificadas, y empoderando a los funcionarios intermedios, mediante procesos de concienciación y rendición de cuentas. Una gestión administrativa por resultados lo que busca es la maximización de la creación de valor público, que se crea al satisfacer demandas que son políticamente deseables porque el gobernante las legitimó a lo largo de su campaña. De allí la importancia que dan a los cambios sociales (resultados)  porque modifican aspectos del conjunto de la sociedad o de ciertos grupos específicos reconocidos como destinatarios legítimos de bienes públicos. Bajo esta forma de administración gubernativa se pretende que las funciones primordiales de gobierno cambien desde el ejercicio de la autoridad a las de ser un ente regulador del mercado, promotor del desarrollo y proveedor de bienestar. Al establecer las secretarías sectoriales y con la gestión por resultados, pretenden que las acciones estratégicas definidas en el plan de gobierno se cumplan en el período de cuatro años. Al respecto, mi percepción es que aún el tiempo para evaluar es prematuro. Considerando que durante casi todo el 2014 el método ha ido aplicándose a un ritmo pausado. Es en el 2015 que realmente se podrá apreciar con mayor objetividad la evaluación de los resultados. El hacer “bulla mediática”  sobre cambios en el gabinete de gobierno, debido a las evaluaciones que se hacen basados en la incipiente gestión por resultados del 2014, no es del todo oportuna. Por el contrario, abre puertas para que la oposición política al gobierno emprenda ataques perniciosos por aquello que “en río revuelto ganancia de pescadores”.  En términos generales, me atrevo a decir que la gestión por resultados hasta lo que se puede apreciar hoy en día, es positiva sobretodo en lo que concierne a las medidas de reducción del gasto corriente del gobierno, de la seguridad, la confianza empresarial para invertir y de la actitud honesta con la que han actuado los secretarios sectoriales. En cierto modo, los indicadores de resultados que tienen que ver con niveles de corrupción pública, la seguridad, el desarrollo social y la atmosfera empresarial son satisfactorios para el 2014. No obstante que existen resultados en ciertas áreas, que dan resultados débiles pero no negativos.