VIDEO: Familia carga con pesada cruz de la pobreza y seis enfermedades

SANTA MARÍA, El Paraíso. Para quienes no creen que la pobreza mata, la evidencia se halla en este pintoresco municipio, a unas cuantas horas al oriente de la capital, donde una familia entera ha sido diezmada por seis enfermedades de la que padecen miles de hondureños y a la que los gobiernos no le encuentran cura, todavía: La falta de alimentación y asistencia sanitaria.

Doña Gloria apenas tiene para preparar una tasa de café. La dieta es casi siempre tortilla con sal.
Doña Gloria apenas tiene para preparar una tasa de café. La dieta es casi siempre tortilla con sal.

El equipo de diario LA TRIBUNA, luego de un largo recorrido por la calle que conduce al municipio de Trojes, visitó la humilde choza de la familia Landero Ramírez donde cuatro de sus miembros se encontraban sentados en improvisados asientos a la espera de un poco de alimento.

El menor se conforma con un churro y la madre con un poco de frijoles sin más en su plato. Aún en el cuarto en una cama de tablas reposa el pequeño Óscar que con una pequeña sonrisa recibe la inesperada visita.

La maltrecha vivienda, diseñada con adobe, irregulares trozos de madera, plástico y sacos, ofrece abrigo a la familia que inicia a contar su penosa historia de amor y desgracia de la mano de la extrema pobreza.

Óscar David está sentado en su cama. Sufre de labio leporino y paladar hendido.
Óscar David está sentado en su cama. Sufre de labio leporino y paladar hendido.

Se puede decir que esta familia encaja perfectamente en los cuadros de pobreza que suelen resaltar en los informes mundiales y a la que los políticos no le paran bola. Aquí también queda evidenciado el fracaso de los sistemas de salud, pues, a pesar que la pobreza les mató a dos de sus vástagos hasta hace unos cuatro meses, el gobierno tomó cartas en el asunto y de momento les ha proporcionado atenciones primarias y se ha hecho cargo de su última hija para evitar que corra la misma suerte de sus hermanos.

Desgracia familiar

Cuando doña Gloria Ramírez y don Juan Landero se juntaron en pareja ella era una adolescente. “Me vine del municipio de Trojes acompañada de Juan cuando yo tenía 16 años porque no vivía bien con mi madre y a esa edad salí embarazada”, recuarda.

En esta vivienda, si es que se le puede llamar así, vive la familia Landero Ramírez.
En esta vivienda, si es que se le puede llamar así, vive la familia Landero Ramírez.

“Hemos tenido una vida de mucha pobreza y ninguno de mis partos fue en hospital pues Juan me ha atendido aquí en casa. Él es mi partero. Vivimos de lo que mi hijo puede darnos de su trabajo en las fincas de café y lo que la gente de la comunidad nos apoya”, comentó la pobre mujer, quien tampoco ha escapado a las enfermedades: Ella sufre de epilepsia.

“Mire, mi vida ha sido triste con las enfermedades de mis pequeños. Óscar nació con un problema en su boca; Elvin Josué murió cuando tenía cinco años de las lombrices; Juan José murió el 14 de septiembre de este año cuando tenía 18 meses porque no comía, dicen, y hace unos dos meses me llevaron a Marinita porque no crecía y casi no pesaba nada”, agregó.

Juan José Landero asegura tener más de 50 años de experiencia como partero.
Juan José Landero asegura tener más de 50 años de experiencia como partero.

Además de estos tres hijos, doña Gloria procreó seis más, partos atendidos por su propio esposo, quien es el partero de la comunidad: Renis Moisés (22), Henry Daniel (19), Griselda Orbelina (18), Juana del Carmen (16), Óscar David (7) y Juan José (6).

Tortillas con sal

Las quejas de doña Gloria son compartidas por don Juan José (75), quien se siente impotente por no poder remediar la situación de su familia. “Mire, yo trabajo aquí de partero y he atendido los 9 partos de mi esposa porque estudié de enfermero en San Andrés de Bocay. Trabajé en el hospital Gabriela Alvarado hace más de 50 años como partero. Me tocaba ver menores de edad en ese tiempo”.

El agua es un lujo para esta familia de Santa María, El Paraíso.
El agua es un lujo para esta familia de Santa María, El Paraíso.

“Aquí vivimos bien pobres y pasamos comiendo tortillas con sal, a veces un poco de frijoles que conseguimos y me ayudo haciendo canastas. Consigo mis cien pesos viendo mujeres que no pueden dar a luz, las voy ayudar y rápido al mandado”, admitió.

“Nunca se me ha muerto ninguna criatura ni una mujer. Mire, mi esposa padece de epilepsia pero hasta hace poco está atendida y solo pasa con algunas bebidas de hiervas que yo le preparo”, agregó.

La familia comentó que desde la muerte del pequeño Elvin Daniel han sido asistidos por el programa de Atención Primaria en Salud (OPS) a cargo de las enfermeras Belis Oyuela, Melissa García, Carmen Rojas y el médico Selvin Cárcamo, asignados al centro de salud de la aldea de Santa María.

El gobierno se hizo cargo de la pequeña Marinita para evitar que muriera de hambre como sus dos hermanos.
El gobierno se hizo cargo de la pequeña Marinita para evitar que muriera de hambre como sus dos hermanos.

Cuando los profesionales de la salud comenzaron a tratar a la familia, el diagnóstico no pudo ser peor: Los nueve miembros presentaban seis enfermedades: Parasitismo intestinal, paladar y labio leporino, grado de desnutrición grado tres, epilepsia y el grado de artrosis degenerativo de la rodilla y catarata.

La región departamental de salud hasta los momentos ha facilitado la dotación de medicamentos; el patronato, la maestra de la escuela y vecinos les asisten en su poca alimentación no así el regidor de la zona que se ha negado a priorizar en su plan de trabajo reparaciones que requiere a la vivienda de la familia.

La situación precaria de la familia les impide tener acceso a sus necesidades básicas como alimento saludable, agua potable, techo digno, un ambiente saludable y el acceso a la salud; lo que les coloca en el estado más severo de la pobreza marcado en la aldea de Santa María zona de alto porcentaje de miseria y desnutrición infantil. (CR)