Mario Fumero: Por errores pueden morir muchos inocentes

Sobre la iniciativa que presentará el diputado nacionalista Nelson Abdalá, el reverendo, Mario Fumero, considera que la pena de muerte es un arma de doble filo, en un sistema deficiente y voluble como el que tenemos en Honduras.

“No se puede decir que la pena de muerte es contraria a la tradición bíblica o a la enseñanza bíblica, aunque en Éxodo 20:13 dice: No matarás, el concepto Hebreo se refiere más a no asesinarás o no tomará la justicia por su mano”, señaló.

Mientras que en Éxodo 14:21 se establece varias penas de pena de muerte establecidas por un tribunal con dos o tres testigos y con consejo que determine si violó ciertas normas, como por ejemplo el secuestro, el atentar contra los padres, la muerte por alevosía era condenado con pena de muerte.

Agregó que hablando del Nuevo Testamento, no podemos negar que el sistema jurídico Romano tenía dos tipos de pena de muerte, una para los Romanos que era decapitarlo y la segunda forma para los que no eran Romanos, a través de la tortura que podría ser el circo Romano o la crucifixión”.

Recordó que el Apóstol Pablo jamás combatió la pena de muerte, sino que la aceptó como un hecho social en Romanos capítulo 13 y desde el punto de vista teológico no podemos decir que está contra los principios de la doctrina cristiana, si es un sistema del Estado, aunque la iglesia en su reino dentro de otro reino.

Por lo tanto, “la pena de muerte es un dogma teológico y ético es factible, ahora el problema es en Honduras y creo que el que se cometa un error en el juicio pueden morir muchos inocentes y máxime en un país donde sabemos que la mayoría de los sicarios y criminales están actuando por instrucciones de otros que están arriba y al matar al que ejecuta el hecho encubrimos al que ordenó ejecutar el hecho”, refirió.

En ese sentido, es correcta la pena de muerte desde el punto de vista bíblico y teológico, pero no es aplicable a nuestra realidad judicial y policial de investigación.

Al mismo tiempo, lamentó que el problema de Honduras no es la criminalidad, sino la impunidad, porque si no hubiera tanta impunidad y la justicia funcionara y el culpable pagara las consecuencias, creo que hubiera menos criminalidad.