Las aburridas peroratas de nuestros políticos

¡Interesantes las conceptualizaciones del licenciado Juan Ramón Martínez señaladas en su artículo “FMI, irresponsabilidad y compromiso” (LA TRIBUNA, 9/12/14, pág. 5)!

Siempre he sido del criterio que los problemas económicos del gobierno de Honduras no los ha generado el Fondo Monetario Internacional (FMI). Las causas fundamentales e indiscutibles de su problemática es la marcada y manifiesta irresponsabilidad de los jefes del Poder Ejecutivo que sencillamente no han cumplido a cabalidad con los compromisos que han rubricado para ordenar las finanzas nacionales. Nunca pusieron límites al déficit fiscal, a la deuda interna y externa que están llegando a los linderos peligrosos al ubicarse alrededor de casi un 50% del PIB. El nuevo acuerdo con el Fondo Monetario Internacional -y que como siempre los ejecutivos mientras consiguen el dinero prometen el sol y las estrellas de que esta vez sí lo van a cumplir- conlleva el adelgazamiento de la “maldita burocracia” “gorda y celulitosa” de las esferas gubernamentales. No obstante, este adelgazamiento está preñado de tremendas injusticias -según lo he podido comprobar en algunas instituciones estatales- al no afectar a los paracaidistas y activistas políticos que medran sin trabajar y que gozan de las canonjías del presupuesto del Estado. El acuerdo con el Fondo Monetario Internacional y sus tías Las Zanatas está indefectiblemente dañando a la gente del actual gobierno que trabaja honestamente, con dedicación, ahínco, interés y entrega absoluta en el desarrollo de sus responsabilidades. ¡Esto no puede ser! Desde marzo de 1990 -y esto hay que subrayarlo- los gobiernos hondureños no han podido independizarse de las garras del Fondo Monetario Internacional. Se han presentado verdaderas oportunidades como la experimentada en el período gubernamental 2006-junio, 2009, pero el derroche irresponsable de fondos generados por la condonación de la deuda externa y en aras de buscar eternizarse en el poder emulando a sus amigos gobernantes de algunos países de América del Sur, impidió que este administrador de nuestra economía el país alcanzara la plena autonomía en este campo. Este tipo de actitudes irresponsables y antipatrióticas conllevó que otro gobernante -el del gobierno “gordo y celulitoso” que precede al actual- nos recetara un sinnúmero de “paquetazos” que superó con creces a los aplicados por los gobernantes que le precedieron. Y para rematar, hostigó hasta donde pudo a la empresa privada con cuya iniciativa se crean empleos y se generan otras actividades siempre y cuando un gobierno responsable de su papel como dirigente de la nación configure el clima de confianza y entendimiento entre ambos sectores.

A quienes les toca pagar los platos rotos de lo anterior es al pueblo hondureño que se traduce en más impuestos y sacrificios para sus bolsillos. Y he aquí este desafío punzante para la clase política: actuar a futuro con verdadera responsabilidad y que estos problemas que nos han generado a los ciudadanos de a pie no se conviertan en fantasmas acusadores de su falta colectiva de sensibilidad y engaños.

Hay temas torales que merecen la debida atención. Que los políticos se olviden del irrespeto a la ley con eso de hablar de reelección, de segundas vueltas, etc. La realidad del país exige más bien de estos políticos que combatan la inseguridad jurídica, el narcotráfico, la galopante corrupción, la insoportable criminalidad y la depuración real y efectiva de la Policía, ya que estos problemas quiérase que si, quiérase que no inciden en el ordenamiento económico del país y generan ese ciclo vicioso de aburridas peroratas de “ordenar y equilibrar las finanzas” a través de acuerdos con el Fondo Monetario Internacional (FMI), que repito, no tienen la culpa de encontrarnos los hondureños en la actual situación económica.

Por toda esta historia, me hago eco de lo expresado por Juan Ramón Martínez en su artículo ya señalado, cuando sin ambages expresa que la sociedad “…asuma su carácter protagónico y representativo, exigiéndole al gobierno el cumplimiento de sus responsabilidades. Amarrándolo de las manos, a la cama incluso, para obligarlo que cumpla las medidas pactadas para reducir el déficit fiscal”.

… Y que el FMI, agrego yo, supervise las cuentas a este gobierno y futuros gobiernos sea liberal, Pac, Libre para lograr la amortización de su deuda. Todo por el beneficio del pueblo de Honduras.

César Augusto Bonilla Ochoa
Tegucigalpa, M.D.C.