Por: Carlos Arturo Matute.
Los comayagüela también respiran aires navideños. Recién celebraron su tradicional feria patronal en honor a la Inmaculada Concepción de María, su protectora. Aunque en aquellos sus comienzos era año a año, pasaron algunos tramos de su historia que esto pasó desapercibido.
Este nuevo gobierno de la Alcaldía Municipal la revivió el pasado fin de semana. Ani Zacapa, directora de la Unidad de Turismo, vecinos, feligresía del templo y el CAC-UNAH lograron que los habitantes de esta ciudad se volvieran a empoderar de sus tradiciones.
Se renacieron aquellos viejos tiempos con una serie de actividades, trayendo de cuenta nueva la alegría y vivacidad que nuestros antecesores gozaron.
Al recorrer las calles de Comayagüela más de alguno querrá adentrarse en el túnel del tiempo. Enterarse como ocurrió todo esto que los rodea.
El historiador don Mario Hernán Ramírez refiere y se adentra en los escritos del también periodista Juan Ramón Ardón, ya fallecido. Leyéndolos, nos ilustra aspectos interesantes de la ciudad gemela en un ayer…
HISTORIA
En el año de 1845 se construyó el antiguo cabildo de Comayagüela. En el gobierno del doctor Francisco Bertrand la construcción de un nuevo inmueble comprendido en el periodo 1915-1919. Era jefe de la Comuna don Francisco Valladares.
Dice la historia que un 22 de agosto de 1849 la elevó al rango de Villa, siendo presidente de la República el doctor Juan Lindo. Aquí viene lo que se celebró aquí. “Permitiéndosele asimismo celebrar una feria anual que principiaría el 8 de diciembre de cada año”.
Pero remontemos era el año 1850. En el Gobierno Municipal de don Luis Velásquez, se acordó no permitir dentro de la zona urbana, construcciones que no fueran de adobe.
Ya en el año de 1820 se había ordenado a los vecinos construir sus casas dentro del casco de la población. Estos las tenían en lugares circunvecinos. Bajaban al pueblo a las sesiones del Cabildo o cuando se verificaba algún acontecimiento especial.
CONCEPCION DE MARIA
De la recopilación que hizo Claudio Turcios: “Quien causa alegría: La Concepción de María” se destaca: La doctrina de los Indios que trabajaban en las minas de la Taguzgalpa, eran realizadas por los Frailes Franciscanos del Antiguo Convento de San Diego, hoy iglesia de San Francisco de Tegucigalpa.
La Inmaculada Concepción de la Bienaventurada Virgen María, es Patrona y Reina de la Orden Franciscana. Estos instituyeron su fiesta para toda la Orden en el Capítulo General de Pisa, Italia en el año de 1263. Promovieron su culto y devoción por todo el mundo, incluida Honduras, y más específicamente en el Pueblo de Indios de Comayagüela.
Es así como las primeras referencias a la Inmaculada Concepción en Comayagüela, la obtenemos del Acta de la Visita Canónica que realizó el Obispo de Comayagua doctor Diego Rodríguez de Rivas y Velasco a este curato del Real de Minas de Tegucigalpa el 20 de mayo de 1756.
Construcción del templo. A iniciativa de los vecinos y la guía del Presbítero José Valle, se inicia la construcción de la Concepción el 28 de Noviembre de 1788. Los trabajos duraron 8 años continuos.
El Párroco de Tegucigalpa Don Juan Francisco Márquez llegaba semanalmente a verificar la obra y ofrecía sus recomendaciones por sus conocimientos de arquitectura. Un 8 de Diciembre de 1796 se realiza la solemne Inauguración.
LOS PRIMEROS
Los curarenes jefeados por el general José maría Barahona repitieron su invasión el 30 de julio de 1872. Fueron valientemente rechazados por los Comayagüela apoyados por los Tegucigalpas.
De 1856 a 1857 durante las incursiones del filibustero William Walker, fueron los de Comayagüela los primeros en ponerse a las órdenes del gobernante de turno, para enfrentar al pirata.
La misma valentía mostró en 1873. Incursiona por la costa norte el vapor “General Sherman” secretamente auxiliado por la fragata inglesa “Niobe”. Eran piratas asalariados por el guatemalteco Enrique Palacios.
Bombardean el castillo San Fernando de Omoa, se toma Trujillo. Los comayagüela habían marchado a defender a Omoa al mando del general Streber. Era Presidente de la República don Céleo Arias.
Es aquí que comienza a distinguirse el general Erasmo Velásquez. Un oriundo siempre recordado en la historia por su pundonor militar y muchas virtudes ciudadanas.
MANIFIESTO
El 22 de junio del mismo año de 1873, la Municipalidad de Comayagüela y varios otros importantes vecinos, en sesión extraordinaria y solemne, dispusieron poner todo su contingente al servicio del Gobierno para lograr librar al país de la invasión pirata.
Para que las nuevas generaciones conozcan de la valentía de aquellos hombres, entre otras partes dictó así: “En la Sala Consistorial de la Villa de Concepción de Comayagüela, a los veintidós días del mes de junio de mil ochocientos setenta y tres. Reanuda la Corporación Municipal y los vecinos notables.
CONSIDERANDO: Que tal invasión filibustera amenaza las libertades públicas, el decoro nacional y los principios democráticos sostenidos desde nuestra independencia y que es preciso ahogar en su cuna el movimiento, pues de lo contrario puede peligrar la Soberanía Nacional.
CONSIDERANDO: que el Supremo Gobierno Provisorio ha declarado la Nación en estado de Guerra en el Decreto del 17 de este mes, por la referida expedición pirata.
CONSIDERANDO: que es un deber positivo de todo buen ciudadano prestar apoyo decidido a las autoridades constituidas, en todo caso, y más aún cuando éstas profesan en todo principio conformes con los del pueblo: el orden, progreso y libertad. Visto todo esto.
RESOLVEMOS: 1o. Adherimos al supremo gobierno provisorio y prestarle, en cuanto nos sea posible, todo apoyo y cooperación para la defensa nacional, así con nuestra persona e intereses.
2o. Trabajar por todos los medios posibles, haciendo propaganda de su buena causa, para llamar a su rededor a todos los ciudadanos.
3o. Elevar esta acta al conocimiento del supremo gobierno, por medio del señor gobernador político, y mandarla imprimir y circular para conocimientos de nuestra opinión.
CIUDADANOS VALIENTES
Literalmente transcribimos. “Así concluyó la presente reunión, firmando ante el secretario que da fe.
Cesario Velásquez, Olayo Sosa, Domingo Aguiluz. Felipe Turcios Velásquez, Juan Aquino, Cipriano Velásquez, Leonardo Irías, Perfecto Cobos, Luis Velásquez, Simeón Lozano, Pedro Reina,. Hermenegildo Valle, Ramón Cabrera, Erasmo Velásquez, Andrés Bucardo, Rafael Rivera, Juan Castro, Gregorio Turcios, Máximo Andino. También Filadelfo Turcios, Francisco Durón, José María Andino, Leonardo Lozano. Juan Miguel Ramírez, Aniceto Ramírez, Pedro Maradiaga, Joaquín Díaz. Máximo Centeno.
Por Gregorio Flores, Isidro Aguilar, Eusebio Hernández, Tomás Duarte, José María Velásquez, Miguel Pérez y por mí Lisandro Méndez. Por Benito Ramos, Ciriaco Gómez, Onofre Sosa, Esteban Bautista, Serapio Sosa, Dolores Martínez, Inocente García y por mí Eduviges Sosa.
Por los señores Serapio Sosa, Dolores Martínez, Dámaso Juanes, Pedro Hernández, Bernardino Rodríguez, Ceferino Sosa, Luciano Sosa, Serapio Aguirre y por mí Brígido Salvador. Vicente Gómez. Eusebio López. Valentín Durón. Nicolás Sosa. Jorge Ramírez. Máximo Lorenzana.
Por Potenciano Valladares, Cruz López. Ante mí Luis Portillo, Secretario”.
Muchos de los descendientes de estos valientes hombres viven en la Comayagüela de hoy.
Y por ahora hasta aquí. Hemos dejado otra HUELLA imborrable en el pedregoso camino de un ya largo traginar.
Que Dios nos cuide a todos.
(Comentarios y más a mi correo: [email protected] .Y en la internet para el mundo: www.latribuna.hn. Reportajes Huellas)