La oposición política-social frente al gobierno

Creo que como hondureño bien nacido, que ama a su patria, no puedo dejar pasar desapercibido el hecho que desde haber puesto en práctica el nuevo gobierno la política de seguridad pública, integrada en esta ocasión por diferentes operadores de justicia, derivando por cierto en logros importantes, que vislumbran expectativas esperanzadoras mejores para los hondureños, sectores de oposición, algunos de ellos que en el pasado formaron parte de los gobiernos de turno, respondiendo a intereses ideológico políticos y personales vienen dedicándose  a criticar de manera visceral cada uno de los lineamientos que determina implementar y ejecutar el presente gobierno en materia de seguridad.

Lo incomprensible de sus cuestionamientos es que ciertos  de estos personajes, asumiendo posturas de “conocedores” de la temática que nos ocupa, se limitan a criticar el diseño y aplicación de las políticas, pero sin que ello implique la proposición de soluciones; es decir critican, pero no proponen como se deben enmendar los problemas.

Se considera que estas opiniones que vierten estos malos hondureños, responden a intereses extraños o mezquinos, que en nada abonan a solucionar la problemática que atraviesa el país, sino que pareciese que tras ello, existiese la intención de llevar al país, hacia el abismo de la destrucción.

Uno de los casos que evidencia este comportamiento nocivo a los intereses de Honduras, es el nombramiento del jefe de la Dirección de inteligencia del Estado, a quién desde ya, y pese contar, con una limpia y destacada hoja de servicios dentro de las Fuerzas Armadas y la institución que dirige actualmente, y sin haber iniciado funciones como nuevo ministro de Seguridad Pública, ya están criticando su nombramiento, justificados en una supuesta militarización de la sociedad, que sólo cabe en sus cabezas inmovilizadas por la guerra fría., ya superada.

En este sentido, la reflexión que deberían hacerse los hondureños es la siguiente: ¿acaso es que el general Pacheco sólo por el hecho de ser un sobresaliente oficial, no reúne la calidad de ciudadano civil, para desempeñar cargos en la administración pública?.  Si este funcionario militar, ha obtenido los suficientes méritos para asumir el cargo, más bien se debe felicitar  al Presidente de la República por la decisión que ha tomado.

El llamado de atención que se hace a los hondureños, es que no se dejen sorprender por aves agoreras de oposición política y social  hacia gobierno,  que como estos, más buscan dañar las determinaciones del gobierno, que otra cosa.

Francisco Raudales
Tegucigalpa, MDC