¿Qué perdimos?

Hacía algún tiempo que no escribía, pero no quería dejar pasar por alto este tema que a todos, de una u otra forma, nos concierne; y es el hecho de lo que se conoce como Trans. Me pregunto yo: ¿Trans qué? Pues ¿qué es lo que perdimos con la urgencia de querer construir otro “elefante blanco”?, como en otras ocasiones lo fue “Cuidad Mateo”, “el estadio de fútbol de La Paz”, entre otros y ahora este, el que hasta hace unos días fue la peatonal más grande de Centroamérica. Perdimos todos esos árboles que nos brindaban, en algún momento de espera, algo de sombra; la seguridad que brindaba el puente peatonal y adicional a eso, el interminable congestionamiento que se da hasta los días domingos. Pues todo esto se ve convertido en una realidad más para nuestra sociedad, ávida de soluciones, en este caso viales. Tomando hasta ahora las recomendaciones brindadas por gente interesada en exponer esas soluciones, como lo es habilitar partes del famoso Trans. Asimismo, puedo apreciar la inversión que se realizó con la instalación de unos controladores de velocidad y unas cámaras de video que se encuentran en el Anillo Periférico, a la altura de Centro Comercial Villas del Sol, al este de la ciudad, que han pasado más tiempo con los marcadores en mal estado y que de vez en cuando solo funciona uno de ellos y sin obtener, así lo creo yo, ningún resultado para lo cual fueron instalados. Disculpen si mi comentario es más bien desde un punto de vista crítico, pero me digo a mi mismo: ¿Qué otras cosas se podrían realizar con el dinero de estas inversiones? Como por ejemplo: ¿De qué manera se les podría ayudar a los ciudadanos que se encuentran alojados y olvidados, algunos desde hace muchos años, en asilos para ancianos y hogares para discapacitados? Tuve esa linda experiencia de poder visitar con unos amigos uno de estos hogares, y dialogar con varias personas, llenas de experiencias vividas y anécdotas propias que les encanta exteriorizar y que aún conservan un hálito de esperanza para seguir en este camino de la vida tan difícil para todos, en especial para ellos. Al igual que una de mis hijas visitó también uno de estos centros, como parte de una excelente planificación de una asignatura en la UNAH razón por la cual hago alusión a esta frase “Un corazón es una riqueza que no se vende ni se compra, pero que se regala” Gustave Flaubert: Les invito a considerar la posibilidad de apartar algo de su valioso tiempo para poder acompañar, aunque sea de manera breve, a estas lindas personas, algunas con esos lindos rayitos de plata, que en sus tiempos de juventud vivían con pensamientos e ilusiones especiales para compartir.
 
Omar Raudales Navarro
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