Y LEYENDA VIVIENTE DE LA MEDICINA NATURAL

Autor: Luis Alonso Gómez Oyuela
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DANLI, El Paraíso. Siempre habrá una historia y leyenda que compartir en este amplio mundo de la cultura popular que al mismo tiempo forma parte de la identidad de cada pueblo en cualquiera parte del mundo.

Jerónimo Murillo Sosa. (don Chombo)
Jerónimo Murillo Sosa. (don Chombo)

En Honduras las historias de fantasmas, aparecidos y transformaciones hasta ahora se transmiten de boca a boca durante las tertulias que se originan a la luz de una fogata durante los velorios, especialmente en las aldeas donde todavía existen los contadores de historias escalofriantes desde una brujería y más de algún curandero que se dedica a contrarrestar los hechizos y los amores tanto de hombres como mujeres obsesionados por no dejar escapar lo que consideran debe ser su pertenencia para el resto de sus vidas.
Los buenos amigos del municipio de Teupasenti también son poseedores de su propia historia en esto de las brujerías, no porque todos se dediquen a los embrujos sino porque más de alguno en algún momento de su vida practicó estas cosas que algunos consideran diabólicas.
En realidad lo que existe y siempre existió en este bello rincón de la patria es gente laboriosa y hospitalaria. Gente buena y luchadora pero con una rica historia de identidad cultural que han sabido conservar con orgullo.
Durante el pasado siglo en Teupasenti existió un personaje que hasta hoy es una leyenda inédita que, en este reportaje nos proponemos ir descubriendo para conocer a don Jerónimo Murillo Sosa (1886-1960). Muchos lo llamaron el brujo mayor por sus curaciones milagrosas basadas en su conocimiento sobre botánica y las propiedades medicinales de las plantas, hierbas o yerbas que a través de las generaciones se han utilizado para aliviar enfermedades a falta de los medicamentos químicos que se fabrican en las droguerías a precios inalcanzables para los pobres.
Ramón Villeda Morales lo visitó en 1959 para informarle que su gobierno construiría la carretera al municipio.
Ramón Villeda Morales lo visitó en 1959 para informarle que su gobierno construiría la carretera al municipio.

Don Jerónimo o “don Chombo” como era conocido entre sus amigos y todos aquellos que alguna vez lo frecuentaron para calmar sus dolencias y ser curados de un hechizo que por envidia, venganza y por amor alguien les había puesto un garrobo en el estómago y lo habían vuelto loco por andar de “rabo verde”, es una verdadera leyenda y un icono de la cultura popular.
Así se fueron tejiendo muchas historias sobre la vida de don Jerónimo Murillo rodeada de misterio sobre sus alcances curativos a base de yerbas y plantas que sólo él conocía y no porque fuera brujo sino por sus conocimientos y experiencias personales.
Doña Cándida Rosa Murillo, una pariente cercana y que convivio con don “Chombo” desde los 8 a los 13 años cuenta una pequeña parte de esta leyenda que ya es y debe ser parte del patrimonio cultural del municipio, los muchos afanes del que fuera como un padre para ella entre los años 55 al 60 del pasado siglo.
Con esa característica propia de la gente que viene de tierra adentro y que creció en un ambiente de unidad familiar, dice que efectivamente en las afueras del pueblo había mucha gente que practicaba la brujería pero don Chombo no era brujo; el curaba los enfermos con medicinas naturales, nunca cobró por sus servicios a la gente que llegaba de todas partes del país pero los pacientes eran muy generosos y siempre le dejaban dinero pero no para que se hiciera rico, eso sí; él conocía sus secretos y nadie lo vencía porque siempre salía adelante por eso decían que era brujo.
Otro visitante distinguido fue Modesto Rodas Alvarado.
Otro visitante distinguido fue Modesto Rodas Alvarado.

Según el relato de doña Cándida Rosa, don” Chombo”, acostumbraba salir a la montaña en busca de raíces y cortezas de árboles que sólo él conocía, yo sólo recuerdo una raíz que se llama cuculmeca, no sabría decir si tiene otro nombre pero cuando regresaba en compañía de dos de sus ayudantes procedía a hornear las raíces y cortezas, después las molía en un molino hasta convertirlas en un polvo amarillento, posteriormente hacía los preparados agregándoles una píldora de nombre sanativa que compraba en El Salvador.
La fama de don Jerónimo como curandero trascendió por todo el país y fuera de nuestras fronteras de tal forma que viajar a Teupasenti a lomo de mula no constituía un placer sino una necesidad de salud por sus curas milagrosas que hasta hoy son recordadas por las generaciones de los años 50 del pasado siglo hasta nuestros días.
Pero de acuerdo a la historia de la señora Cándida Rosa Murillo, don Chombo siempre tuvo especial cuidado con algunos pacientes que sufrían de hechizos, sí estos estaban avanzados resultaba imposible realizar la cura, salvo aquellos que empezaban a padecer de los embrujos que no provenían del municipio sino de otros lugares o los que padecían demencia, en casos como estos hacía un preparado de guaro con Epacina, también se le conoce con el nombre de yerba de ajo, calauchin, apazote. El nombre científico o latino es Petiveria alliacea de la familia Fitolacaceas.
La bandera del Partido Liberal fue motivo de orgullo para este legendario curandero.
La bandera del Partido Liberal fue motivo de orgullo para este legendario curandero.

Don jerónimo no tuvo descendencia, su primera esposa falleció y la segunda en unión libre tampoco pudo darle hijos. Los únicos hijos que se aparecieron después eran de crianza y sobrinos. Sus hermanos fueron Lupario, Lorenzo y Santos y sus ayudantes Ramón Perea y Pedro Murillo que se mantuvieron leales al viejo maestro.
Un detalle importante en la vida de don Jerónimo fue su militancia política. Era liberal de convicción y principios. Siempre se sintió orgulloso del color de su bandera. Antes de su muerte recibió en su casa 1959 a Ramón Villeda Morales, Modesto Rodas Alvarado, Céleo Arias Moncada y a Francisco Sánchez Reyes (El indio Sánchez) para una sesión de trabajo para hablar de la próxima apertura de la carretera. Se sintió feliz porque su pueblo por fin tendría una carretera pero al mismo tiempo les dijo, lástima que cuando se inaugure yo no estaré y efectivamente así sucedió, falleció el 11 de junio de 1960. La carretera se inauguró a principios de 1963.
La persona que estuvo cerca de don Chombo para cuidarlo en su lecho de enfermo fue doña María del Carmen Calero. En definitiva, Jerónimo Murillo Sosa continuará siendo una leyenda de la medicina natural. En nuestra segunda entrega de historias no contadas, las presentes generaciones de Teupasenti conocerán mucho más de la vida y obra de este mítico personaje que representa la cultura popular.
De esta planta además de la hoja se utiliza la raíz para sahumerios.
De esta planta además de la hoja se utiliza la raíz para sahumerios.

La epacina es un planta con abundantes propiedades medicinales.
La epacina es un planta con abundantes propiedades medicinales.

Las cortezas de gran variedad de plantas hasta hoy son utilizadas por los conocedores de la medicina alternativa. Don Jerónimo hizo de las plantas y yerbas su propia botica.
Las cortezas de gran variedad de plantas hasta hoy son utilizadas por los conocedores de la medicina alternativa. Don Jerónimo hizo de las plantas y yerbas su propia botica.