Rescatarán a “bolos” de El Chiverito

En Tegucigalpa, quizá sea más frecuente la fuga de reos de la Penitenciaría Nacional (PN) “Marco Aurelio Soto”, que el escape de uno que otro “bolito” del barrio El Chiverito.
El alcoholismo crónico tiene “muros” más efectivos que los de cualquier cárcel del país, sin embargo, hay instituciones nobles que se han dado a la tarea de ofrecerles a los adictos, desde un plato de comida, hasta la oportunidad de salir de ese bajo mundo. ¿Quiénes logran escapar?

SIEMPRE, UN MISMO DÍA…

En este barrio antiguo es común ver personas trabajadoras a la par de hombres ebrios, tendidos en las aceras.
En este barrio antiguo es común ver personas trabajadoras a la par de hombres ebrios, tendidos en las aceras.

El año tiene 365 días, sin embargo, en El Chiverito un solo día se repite 364 veces… ¿Qué más da que sea lunes o domingo? Al fin y al cabo, quienes viven en este sector hacen lo mismo a diario, en los mismos lugares y con las mismas personas.
La rutina para los alcohólicos es sencilla: por la mañana dormir profundamente en alguna acera del barrio; al mediodía rebuscarse cargando bultos o haciendo algún mandado para conseguir algo de “pisto”; por la tarde comprar su “charamila” y beber, y así continuar toda la noche.
Vencidos por la borrachera, muchos despiertan al día siguiente, descalzos, con chancletas de hule o sin camisa. Entre ellos hay algunos con exóticos barbuchines, otros con los brazos tatuados, ancianos, pero sobre todo, jóvenes de 20 a 35 años, con la mirada perdida y el pelo enmarañado.
En las paredes de las casas, pintadas en rojo, amarillo, azul y verde, se leen marcas de aguardiente. Hay cuadras enteras en que las viviendas, desde hace más de cuatro décadas, dejaron de ser hogares para convertirse en cantinas poco iluminadas, reducidas, y con rocolas en las que se oye música ranchera.

¿QUIÉNES QUIEREN SALIR?

Los contenedores de basura sirven para recolectar desechos, desperdicios de comida, y si es preciso, para dormir en su interior durante la noche.
Los contenedores de basura sirven para recolectar desechos, desperdicios de comida, y si es preciso, para dormir en su interior durante la noche.

¿Quiénes quieren salir de El Chiverito?, les han preguntado a unos 300 alcohólicos de ese sector algunos empleados del Instituto Hondureño para la Prevención del Alcoholismo, la Drogadicción y la Farmacodependencia (IHADFA).
El director de esa institución, Óscar Gómez, explica que “estamos dándoles atención en Tegucigalpa a unos 250 a 300 enfermos alcohólicos, de los cuales un 25 a 30 por ciento están dispuestos a salir”.
“Posiblemente más desean salir, pero habría que motivarlos, hacerles un plan, explicarles que eso tiene una solución, ya que la mayoría de ellos pasa en El Chiverito”.
El funcionario recuerda que cuando asumió la dirección del IHADFA le resultó absurdo ofrecerles el almuerzo diario a estas personas, únicamente para que continuaran hundidos en el vicio.
“Entonces modificamos el programa para poder rescatar a unos de ellos, empezamos a hablar con ellos más detenidamente para preguntarles quiénes querían salir de ese fango en el que se revuelcan, de ese hoyo del que no hallan cómo salir, y no encuentran quién les ayude”.

UN PROGRAMA INTEGRAL

Los zapatos, camisas y otras prendas de vestir son codiciados en El Chiverito. Hay quienes despiertan descalzos o sin camisa.
Los zapatos, camisas y otras prendas de vestir son codiciados en El Chiverito. Hay quienes despiertan descalzos o sin camisa.

Gómez señala que el propósito del programa es rescatar a los enfermos alcohólicos, apoyarlos en la obtención de un empleo y así reinsertarlos en la sociedad para que lleven una vida normal.
“Por ejemplo, hay un muchacho que tiene tres hijos, tiene 36 años y le faltaban como unas ocho clases para graduarse de ingeniero, estuvo un año en la Fuerza Aérea Hondureña, por falta de dinero se tuvo que retirar de sus estudios y por decepción se metió al Chiverito”.
“Ahora el muchacho está bien agradecido, tenemos el testimonio de él, se ha recuperado, ya va a cumplir los dos meses sin beber y ahora vamos a ver cómo se le consigue un empleo con salario mínimo, y que él pueda volver a trabajar y ser una persona normal dentro de la sociedad”.

ABUELITOS EN “PATA”…

Una carretilla les sirve a muchos “inquilinos” de El Chiverito para hacer fletes durante el día.
Una carretilla les sirve a muchos “inquilinos” de El Chiverito para hacer fletes durante el día.

Sentados en las aceras, bebiendo de una “pachita” de alcohol adulterado, se la pasan numerosos “abuelitos” que han hecho de El Chiverito su hogar, y para quienes la vida ya no tiene ningún sentido.
Conmovido por la triste situación de estos ancianos que han caído en las garras del alcoholismo, en los últimos años, personal de Centro de Reposo de Día del Adulto Mayor (Ceder) ha llegado a este barrio, logrando rescatar a varios de ellos.
De igual manera, Ceder les brinda el almuerzo a los “viejitos” alcohólicos de El Chiverito y zonas aledañas, a pesar de que conseguir presupuesto o donaciones para este fin no sea nada fácil. Lejos de ser visto como una enfermedad, el alcoholismo es considerado por la sociedad como un vicio, por lo que quienes caen en este abismo por lo general sólo reciben críticas, lo cual hace aún más valiosa la labor del IHADFA y de Ceder. (CF)

DATOS

Un informe de la Organización Mundial de la Salud (OMS), del 2014, establece que cada año unos 3.3 millones de personas en todo el mundo expiran por culpa de las 200 enfermedades vinculadas al consumo del alcohol.
Tanto es el impacto negativo del alcoholismo en la salud que incluso “mata” a más personas que el Sida, la tuberculosis y la violencia juntas.

PELIGRO EN LA NOTA ROJA…

A pocos pasos de las cantinas está ubicado el Cementerio General, centro de trabajo de numerosos capitalinos.
A pocos pasos de las cantinas está ubicado el Cementerio General, centro de trabajo de numerosos capitalinos.

A un extremo de El Chiverito se ubica el Cementerio General, y al otro, negocios en cuyas puertas se observan numerosos costales. El mercado Álvarez y el San Isidro colindan, a su vez, con este lugar, muchas veces convertido en el escenario de noticias de la nota roja.
“Por robarle zapatos ultiman joven en El Chiverito”, “Atropellan indigente en sector de El Chiverito”, “Ultiman a dos agentes de análisis en El Chiverito”, “Fallecen de frío dos bolitos en la capital”. Estos son algunos de los titulares publicados por LA TRIBUNA, en los que se aluden sucesos ocurridos en este sector.
En febrero del año pasado, la Policía descubrió una “casa loca” utilizada por pandilleros para el descuartizamiento de personas, precisamente en el sector de El Chiverito. En esa ocasión se produjo una balacera entre agentes policiales y malvivientes. El operativo concluyó con la detención de dos delincuentes y el decomiso de armas, chalecos antibalas, así como de una sierra eléctrica con la cual desmembraban a sus víctimas.
Y aunque los “bolitos” se mantienen al margen de cualquier hecho violento, la peligrosidad de El Chiverito ha obligado a iglesias y organizaciones a brindarles sus servicios en otras zonas.
Esta es la Cuesta El Centavo, esa “donde la vida no vale nada”, según dicen los capitalinos que bien saben de los peligros de esta zona.
Esta es la Cuesta El Centavo, esa “donde la vida no vale nada”, según dicen los capitalinos que bien saben de los peligros de esta zona.