IMPARABLES los incrementos en los precios de las gasolinas. Regresamos a los tiempos amargos aquellos cuando cada fin de semana anunciaban nuevas alzas de los precios de los carburantes. La Comisión Administradora del Petróleo (CAP), aprobó el sábado recién pasado un aumento de casi dos lempiras para la gasolina superior y regular.
De acuerdo a la nueva estructura de precios el galón de gasolina superior pasará a costar 63.68 lempiras después de un alza de 1.70; igual la gasolina regular aumentará 1.70 por lo que su nuevo precio será de 59.94 lempiras. El diésel reporta un incremento de 1.32 lempiras por lo que el galón se cotizará a 49.26 lempiras. El nuevo precio del queroseno será de 36.97 lempiras. El LPG de 25 libras de uso doméstico aumenta 4.31 lempiras lo que viene a golpear fuertemente el bolsillo de muchas amas de casa que utilizan este derivado para la cocción de los alimentos. El LPG vehicular incrementó 0.75 centavos.
Otra vez la cofradía de la OPEP se sale con la suya. Han logrado, mediante racionamientos de la oferta hacer que los precios suban en el mercado internacional. Un informe alentador de la OPEP consideró que «lo peor parece haber pasado ya». O sea lo peor para ellos, para los exportadores de petróleo, pero para nosotros, los importadores, los consumidores, lo peor es lo que viene. Uno de los más insistentes, con el recorte de la oferta, para producir el incremento de precios del crudo en los mercados internacionales, ha sido el gobierno venezolano. En vez de compadecerse del mundo, que atraviesa por una crisis económica, los desalmados vuelven, otra vez, a subir los precios. Los más afectados serán los países más pobres. No tenemos petróleo y lo que compramos, porque el consumo es una exageración, cuesta un ojo de la cara. ¿Cuánto de nuestra producción nacional se va en el pago de la factura petrolera?
Gracias al desplome de los precios internacionales del crudo, Honduras logró bajar a una tercera parte su factura petrolera, durante todos estos meses atrás. Esa es la razón por la cual no se han desplomado las reservas internacionales, ya que el monto de nuestras exportaciones ha disminuido, y los ingresos de las remesas familiares se han estancado. Sin embargo ahora que los precios de las gasolinas comienzan a subir, no solo va a impactar en el bolsillo familiar sino que va a drenar los recursos internos que deberán destinarse a pagar caro el combustible. Y como hay un acuerdo con Petrocaribe, lo que sucederá es que el consumo de hoy, en parte cargado a la deuda, tendrán que pagarlo más adelante nuestros hijos y nuestros nietos.
El ministro argelino de Energía, Chakib Jelil, estimó que la estabilidad del mercado petrolero podría llegar en el segundo trimestre de 2010 con un barril de crudo en torno a los 90 dólares. Si eso sucede, nos esperan más malos momentos. Aquí ni cuando los precios alcanzaron niveles estratosféricos pudieron elaborar un plan de ahorro de energía. Así que en la medida que los precios sigan subiendo el mercado local va a ser afectado por un golpe a los bolsillos populares, sumado a esta brutal recesión, que ya cobra cientos de miles de empleos, el cierre de millares de fuentes de trabajo, un decrecimiento de la producción nacional y de las exportaciones, mientras las inversiones se encuentran paralizadas. Y nada de esto es culpa de la Constitución.