INCENTIVOS

arquero-702LAS autoridades de la Secretaría de Trabajo, adelantaron que estarían proponiendo un incremento de 500 lempiras al salario mínimo y como merengue del postre un bono anual de 3,000 lempiras. Se presume que el Consejo de Ministros estaría discutiendo la propuesta en las próximas horas. Con el aumento de 500 lempiras, el salario mínimo de los trabajadores estaría llegando a 6,000 lempiras para la zona urbana y 4,555 para el sector rural del país. En cuanto al bono de 3,000 lempiras, el mismo sería otorgado una vez al año y podría ser retirado a mediados. No se sabe, si el incremento salarial que decidirá el gobierno será retroactivo a partir de enero cuando debió entrar en vigencia producto de la negociación tripartita, o a partir de la vigencia del decreto. Consultado sobre el particular, el funcionario aseguró que lo anterior es una de las opciones que estarían considerando, pero no descartan otras.

Este ajuste habría que analizarlo a la luz del impacto en el sector productivo y de los incrementos salariales que están indexados en los estatutos gremiales al salario mínimo. Si bien se presume que el incremento al mínimo afecta al sector empresarial, la realidad es que el impacto también es para el sector público. Todavía no se resuelven los conflictos ocasionados por el drástico incremento anterior, no solo en lo que respecta a los más de 200 mil trabajadores que perdieron su trabajo, sino el efecto que tuvo sobre el gasto corriente del gobierno, las repercusiones en la planilla de la UNAH y los estatutos gremiales que corren por cuenta del gobierno.  A lo anterior no se puede desconocer que el nuevo gobierno acaba de aprobar un paquete de medidas de ajuste, que golpearán más al sector productivo, ya bastante resentido por efectos del conflicto del año pasado y de la crisis económica mundial.

Las primeras reacciones a la propuesta oficial son de la Asociación Nacional de Industriales (ANDI), rechazándola. El presidente de los industriales dijo: “Eso en total representa un 13.5 por ciento de incremento salarial, casi un 14 por ciento, con el bono que dicen darán al final de año es como medio mes de aguinaldo, aunque la inflación anual es de 3.5 por ciento, está metiéndole más leña a una situación ya insostenible en la economía hondureña”. Aseguró el dirigente empresarial que “con el aumento del 60 por ciento al actual salario mínimo por el gobierno anterior salieron de su trabajo 180,000 personas y un 68 por ciento de las empresas del país no está pagando todavía ese salario mínimo, porque no pueden”. “Si se les obliga a pagar el actual salario mínimo, saldría mucha más gente a la calle, encima de eso que es la realidad, se les agrega una carga adicional”.

La fregada  es que durante las negociaciones las partes tuvieron la oportunidad de exponer sus puntos de vista y plantear opciones. En un inicio recomendamos que eso del salario mínimo debiera ligarse con los precios de la canasta básica popular, sacando un compromiso empresarial de no incrementar precios. Ello es, un esfuerzo coordinado del gobierno para llegar a un entendimiento considerando ambos factores, incluso, de otros paliativos que bien pudieron constituir parte del paquete. Desgraciadamente hay poca creatividad en las medidas que se toman. Las mismas recetas. Las consecuencias se sentirán más adelante cuando el sector productivo no pueda crear los empleos que el país demanda, (ojalá no cierren empresas), porque no entienden que la producción nacional está seriamente fracturada y lo que ocupa son incentivos no más cargas.