TEGUCIGALPA.- El Partido Demócrata Cristiano de Honduras (PDCH) pidió al presidente del país, Porfirio Lobo, que haga un mayor esfuerzo para que cese la violencia, que ha causado un promedio de 20 muertos diarios, y que depure la Policía.
Uno de los crímenes que el PDCH exige que sea esclarecido es el del excoordinador de la Comisión de Lucha contra el Narcotráfico Alfredo Landaverde, asesinado el pasado día 7 en Tegucigalpa por desconocidos que se desplazaban en una motocicleta.
Landaverde, fundador del PDCH a finales de los años 60 del siglo pasado, afirmaba que en Honduras a las autoridades les faltaba valor para enfrentarse al narcotráfico.
El Gobierno puso en marcha la Operación Relámpago contra la violencia el 1 de noviembre pasado en Tegucigalpa y San Pedro Sula, las dos ciudades más importantes del país, que luego ha sido extendida al departamento oriental de Olancho.
En esa operación participan militares y policías, y, según Lobo, a raíz de una mayor presencia de uniformados en la calle se ha reducido sustancialmente la violencia, aunque hay sectores que no creen en los informes del Ejecutivo.
Otro problema que afronta el Gobierno es la participación de policías en múltiples crímenes y otros delitos como el narcotráfico y la extorsión, por lo que diversos sectores exigen a Lobo que haga una depuración total, no a medias como ha hecho hasta ahora, en la Policía Nacional.
El presidente del Directorio Nacional del PDCH, Lucas Aguilera, dijo hoy a periodistas que al ver un policía «uno no sabe si está viendo a uno bueno o uno malo».
En su opinión, «en la Policía hay gente honorable, pero también hay gente carcomida que lo que quiere es sembrar el terror», por lo que la administración de Lobo «debe tener más voluntad» para depurar la institución, insistió.
Esas decisiones, indicó Lucas, «no son fáciles, son peligrosas, pero hay que tomarlas».
Uno de los vicepresidentes del Parlamento hondureño, Ramón Velásquez, también del PDCH, dijo hoy a periodistas que ya es tiempo de «acabar con la impunidad» y que se debe castigar a los policías y oficiales implicados en crímenes. EFE