El 34 por ciento de la población adulta sufre problemas de sobrepeso en Honduras, al grado que la enfermedad ya se ha convertido en una epidemia difícil de detener para las autoridades de la Secretaría de Salud.
En el marco de la semana del bienestar, la Secretaría de Salud en coordinación con la Secretaría de la Presidencia y la Organización Panamericana de la Salud (OPS), realizaron hoy el diálogo nacional sobre la prevención del sobrepeso y la obesidad en Honduras.
Según datos de Salud, un 34 por ciento de la población adulta del país padece de sobrepeso, con una prevalencia similar en ambos sexos, de estos un 19.3 por ciento son obesos, con mayor incidencia en las mujeres.
De acuerdo a los estudios, en los adolescentes se registra una prevalencia de 18.7 por ciento de sobrepeso y el 5.4 por ciento son obesos, mientras que los niños menores de cinco años la obesidad es representada en un 5.1 por ciento del total de la población.
Asimismo, en Honduras las enfermedades no transmisibles significan el 69 por ciento de todas las defunciones en el país, el 16.4 por ciento de la población adulta son fumadores y un 9.9 por ciento consumen alcohol.
PREVENCIÓN
Ante la multicausalidad de la epidemia de la obesidad, las autoridades acordaron desarrollar una estrategia multisectorial que se fundamente en la mejor evidencia disponible y en la experiencia de países de la región de las Américas.
La idea es transformar el ambiente obeso génico actual, brindándoles oportunidades para promover un consumo de alimentos nutritivos y la actividad física, aunado al eslogan del diálogo “parque saludable, gente saludable” donde se pretende que la población haga ejercicio, como en el programa “Honduras Actívate”.
La ministra de Salud Yolani Batres, expresó que es alarmante el sobrepeso, porque el 69 por ciento de las muertes en el país es por enfermedades no trasmisibles, que tiene que ver con la falta de actividad física y la mala alimentación.
El sobrepeso y la obesidad están relacionados a unas 30 enfermedades, como ser la diabetes, hipertensión, colesterol y triglicéridos elevados, impotencia sexual, infertilidad en mujeres, insomnio, insuficiencia cardíaca, depresión, entre otras.