Ningún gobierno había golpeado tanto al magisterio, como el actual, con represión en las calles y en los centros de trabajo y con sanciones económicas (retención y retraso de pagos, deducción de salarios, etc.) que mantienen en una situación calamitosa a miles y miles de docentes a lo largo y ancho del país.
Todo se hace de manera intencional por la actitud que ha asumido el magisterio, al oponerse a la Ley General de Educación y a las reformas que se le pretenden introducir a la Ley del INPREMA, que van en detrimento de la jubilación, pensión y otros beneficios de los que hasta hoy en día gozan los maestros.
Alejandro Ventura, como secretario de Educación, ha cumplido al pie de la letra las instrucciones que le ha dado Porfirio Lobo Sosa, porque para él valen más los intereses de su partido que el de un gremio al cual perteneció. Ya se le olvidó cuando andaba en las marchas, portando una manta y gritando consignas en contra del gobierno de turno. Las cosas son así, hay personas que cambian de la noche a la mañana y no quieren saber nada de su pasado.
El profesor Ventura va a volver a la llanura, porque el poder no es eterno, de ahí que su comportamiento como funcionario no debe estar reñido con esa realidad.
Por la Secretaría de Educación han pasado muchos personajes desempeñando el más alto cargo: doctores, abogados, ingenieros etc., tal vez los menos indicados para ello, por desconocer la pedagogía, la psicología y todo lo que en sí es la problemática educativa; pero que yo recuerde, nunca hubo tanta confrontación con el magisterio, como hoy que tenemos ahí a un docente.
Por eso aquel dicho viene como anillo al dedo: “La cuña para que apriete tiene que ser del mismo palo”.
Julio Salas Posas
Tegucigalpa, M.D.C.