DEJENME DECIRLES QUE…

jorge-montenegroHay estrellas de cine que impactan por su extraordinaria belleza y su forma de actuar, entre ellas Elizabeth Tylor que se hiciera famosa con la cinta cinematográfica “Cleopatra”, el color de los ojos de esa actriz realzaba su belleza natural, estuvo casada con varios hombres hasta que encontró a Richard Burton y se volvió loca por él. Los años no perdonan y la belleza de esa mujer se fue opacando a pesar de las cirugías faciales a las que fue sometida. Siempre fui su admirador hasta que uno de sus últimos esposos, un hombre joven, musculoso y apuesto dijo que la dejaba porque la artista apestaba, que emanaba malos olores de su cuerpo, dicho en hondureños “ya jedía”.
En otras palabras confesó que su ex esposa era enemiga número uno del agua, que se perfumaba por bajeras y aquella babosada era peor, como que alborotaba quién sabe qué. Pero no hay que culpar a Elizabeth por la falta de baño, aquí aunque haya agua en abundancia muchos hombres y mujeres no se bañan, lo hacen hasta que apestan a quequeo, hasta que se les siente un tufinillo a zorrillo revuelto con estiércol de vaca, eso sí es cosa seria, porque existe gente que no le gusta el baño ¿falta de agua? ¿Pereza?, no papa, es porque son chanchos.
Acaso no se han dado cuenta en su oficina o en su trabajo que muchos  hombres no se bañan, se ponen desodorante y las bacterias se triplican de tal manera que emanan un tufo característico del desodorante con el chancho, lo mismito hacen algunas mujeres que no les gusta el baño, se zampan desodorante dejan un mal olor agrio en el ambiente por donde ellas pasan, creen que poniéndose desodorante nadie les va a sentir el tufinillo y es peor la babosada.

El baño es indispensable para la salud, los que no se bañan no sólo apestan por todos lados sino que son personas enfermas, payulas, jaladas, con cara de muertos, otros se parecen a los zombies o sea muertos en vida, la costra que lucen en el pescuezo sirve para sembrar una milpa, a veces se les ve como sombra y los sinvergüenzas dicen: “Es que así nací… con esa sombrita”. Si usted es una persona curiosa comience a verle el pescuezo a los que van caminando por la calle y descubrirá en poco tiempo “sombras nada más” como aquella canción de Javier Solís. Priscila Tincute dice que para que su marido se bañe casi hay que hacerle un exorcismo, enamorarlo, darle paja de la fina hasta convencerlo que el agua es algo divino, que está calientita y sabrosa, de lo contrario pueden pasar los meses y únicamente se limpia con un algodón por  bajeras, dice que ahí está la cuna de tufo. Hay gente que le fascina el agua y otra que la rechaza, los que la rechazan son esos que se ponen desodorante sin bañarse… ¡ufa papa! Un zorrillo es nada en comparación con el tufito que emanan los que no se bañan.

Furúnculo González me contó que él tenía una novia llamada Mary Gonococo, bonita, cuerpazo, buenas teta… ardaste, troncos de pantorillas y una belleza física sin igual pero… no le gustaba bañarse: “Yo la amaba de corazón, la tenía en un pedestal, le sugería al suave que se bañara, sólo se reía, era tan bella, tan seductora tan sexi que me tenía lumbo las 24 horas, por último descubrí que no estaba lumbo de amor sino por el tufinillo, me salió igual que Elizabeth Tylor, le apestaba la maracandaca, mil chanchos de monte juntos y 2 zorillos en fiesta no eran nada comparados con aquel “aroma” de Mary Gonococo. Un día no aguanté más, fui a su casa, la llamé desde afuera y cuando abrió la puerta hasta las moscas que estaban cerca salieron corriendo… agarré aire, todo el que pude en mis pulmones y pegué un grito como nunca se ha escuchado otro, le dije: “¡Apestooosa! Andate a vivir a una cloaca… ¡tuuuufosa!, los vecinos salieron a la calle y todos me aplaudieron. Un mes después me di cuenta que Mary había palmado porque una mañana se bañó, dicen que hasta el agua se retiró de la bañera”.

Genaro Cacaseca fue famoso porque no se bañaba, vivió en la capital, la gente sin salir de sus casas sabían cuando él pasaba por la calle: “Ahí va Genaro hasta aquí se le siente el tufo”, o sea que el mal olor de Genaro era su tarjeta de identidad. Durante algún tiempo después de muerto Genaro, la gente decía cuando había alguien a quien no le gustaba bañarse: “Mmm este huele a Genaro”. No sé cuántos estarán oliendo hoy como Genaro, pero es bueno bañarse todos los días en la mañana, usar un buen desodorante, si no hay para comprarlo unas gotitas de limón en el sobaco y asunto arreglado, cambió diario de ropa interior, una locioncita aunque sea barata y mantener el aseo permanente para preservar la salud.

Jamás, never, se pongan desodorante sin bañarse, el que lo hace emana un olor ácido, parece pata juca envuelta en huevo con ácido sulfúrico. Cámbiense ropa interior todos los días, el blúmer o el calzoncillo son los mejores receptores del mal olor por bajeras, si no se cambia el olorcito traspasa la ropa y aunque usted no lo note la gente pensará que huele a la puritita… Ya saben que, muchos jóvenes son compadres con el agua, odian bañarse por eso andan payulos y la cara jalada y si platican con manuela palma y los vampiros más apestan.
Si no puede usar un jabón perfumado, báñese con el que lavan la ropa, ese le arranca todos los microbios, le dice gudbay a las bacterias y lo deja más limpio que un jabón de tocador, de manera que no hay excusa  para no bañarse. A un baboso le pregunté: ¿Hey vos por qué no te bañas?, el tipo me quedó mirando, sonrió y tuvo una excusa genial: ¿Sabes por qué no me baño?, porque voy con la cuarta urna jejejejejejeje”. No sé si usted va con la cuarta o con la quinta, lo más importante es que se bañe todos los días.