Kalton Harold Bruhl, Premio Nacional de Literatura, 2015

Se le ha concedido el Premio Nacional de Literatura “Ramón Rosa”, 2015, al prestigiado escritor, Kalton Harold Bruhl, narrador de reconocidos méritos que ha sido ampliamente antologado y ha obtenido múltiples premio literarios a nivel internacional. La Tribuna Cultural lo ha entrevistado para que nuestros lectores conozcan de primera mano el oficio de escritor de este valioso hondureño.
¿Qué significa para usted que le hayan otorgado el Premio Nacional de Literatura?
Desde luego es un honor, pero sobre todo un aliciente para seguir escribiendo. No lo veo como un punto de llegada, sino por el contrario, como un punto de partida. Debo decir que recibir este premio, el más importante que puede recibir un escritor hondureño, no deja de sorprenderme. Hay autores consagrados que podrían estar ocupando mi lugar. Puedo mencionar a Juan Ramón Martínez, Segisfredo Infante, Jorge Medina García o Ernesto Bondy, por citar unos pocos. También hay autores jóvenes como Jessica Sánchez, Rolando Kattán, Enrique Cardona Chapas, Gustavo Campos Salgado y Giovanni Rodríguez, que ostentan los méritos suficientes.
¿Cómo nació su afición por la literatura?
A través de la lectura. Tener un nuevo libro entre las manos es algo que me sigue emocionando. El poeta Miguel Hernández nos daba a entender que solo hay tres temas universales: la vida, la muerte y el amor. Así que no deja de intrigarme cómo cada autor va a desarrollar su historia partiendo de esos tres temas.
¿Qué lo impulsa a escribir?
En otras ocasiones he reiterado que me considero más un lector que un escritor. Robert Musil dijo que hoy en día no hay más que escritores: lectores apenas quedan; agregando que todo el mundo escribe; cada cual se sirve a su antojo de los pensamientos como si fueran suyos; nadie piensa en la responsabilidad del conjunto. Quizás por ello, Borges agregó que la lectura era una actividad más civilizada que la escritura. Sin embargo el hecho de escribir surge de la necesidad de expresarse. Que algunos escritores se valgan de artificios o barroquismos para hacerlo es más una muestra de vanidad que de talento.
Su narrativa aborda temas de diversa índole del discurrir de la psiquis humana. Temas que no han sido tratados en la literatura hondureña, ¿qué lo motiva a trabajar estos temas novedosos?
Los temas de la literatura fantástica y de la ficción especulativa son escasos en nuestra bibliografía, pero de ninguna manera novedosos. Ya han sido tratados por autores como Óscar Acosta, Miguel R. Ortega, Orlando Henríquez y, en mayor medida y acierto, por Nery Alexis Gaitán. En mi caso mis lecturas se han decantado siempre por los géneros fantásticos, de terror o de ciencia ficción. Era casi algo inevitable que al momento de intentar estructurar una primera historia siguiera el ejemplo de maestros como Isaac Asimov, Arthur C. Clarke, Phillip K. Dick o Richard Matheson.
Ud. publicó en España, en 2013, el libro de relatos “El último vagón”, que fue finalista en el prestigioso premio literario Vivendia-Villiers de España ¿cómo surge la redacción de este libro?
En el año 2011 leí sobre el premio Vivendia-Villiers que organizaba Ediciones Irreverentes en España. Decidí reunir una buena parte de los relatos que había escrito hasta el momento, veintidós para ser exactos, y participar en el concurso. Casi todos los relatos que reuní ya habían aparecido en antologías publicadas en España y Argentina. Sin embargo a la fecha no contaba con un libro propio. Tuve la suerte de resultar finalista entre 246 autores de 27 países.
Ud. publicó en 2014 el libro de relatos “Un nombre para el olvido”, ¿puede decirnos en qué consiste esta propuesta narrativa?
La mayoría de los relatos reflejan la lobreguez del alma. No lo considero un libro pesimista. Es solo una muestra de que el alma de cualquier persona tiene distintas tonalidades. A veces esas tonalidades son reales, en otras ocasiones solamente existen en la mirada del espectador.
Asimismo publicó en 2014, en colaboración con el escritor Nery Alexis Gaitán, el libro de relatos “La dama en el café y otros misterios” ¿cómo se origina esta propuesta narrativa? ¿Cómo se unen estos dos mundos de ficción?
Con Nery Alexis Gaitán, además de una gran amistad, me une la afición por la ciencia ficción y la literatura fantástica. Tras una conversación sobre ficción especulativa surgió la idea de conjuntar nuestras propuestas literarias. El libro se divide en dos secciones, una por cada autor.
Usted publicó en España su primera novela “La mente dividida” (2014) puede contarnos cómo ingresa al mundo novelístico y cuál es el mensaje que plantea en esta novela.
Con “La mente dividida” tuve el honor de ser el primer hondureño en ganar el Certamen Centroamericano Permanente de Novela Corta en el año 2011. A pesar que la novela ya estaba lista para su publicación en ese año, distintas circunstancias impidieron que fuera editada. Fue hasta el año 2014 que Ediciones Irreverentes la incluyó en su catálogo para España. La novela, a medida que la escribía, se convirtió en un híbrido entre el terror sicológico, la ciencia ficción y la novela negra.
Asimismo publicó “Donde le dije adiós” que es un libro de relatos, ¿cuál es el mensaje que desea transmitirle a sus lectores con este texto?
Es una pregunta interesante ya que nunca he pensado en transmitir un mensaje a través de mis obras. En cada libro no hago más que plasmar en hojas de papel mi propia visión de la realidad. La interpretación de cada relato le corresponde al lector. Es por ello que en todos los relatos que componen el libro hago uso de la elipsis, una técnica característica de las obras cinematográficas, que consiste en quitarle al espectador pasajes de la trama para que él pueda imaginar y suponer cuáles fueron las circunstancias que llevaron a la escena que se está presentando.
En 2015 usted publicó “Sin vuelta atrás” que es un libro de microrrelatos, ¿podría decirnos qué lo motiva a cultivar el cuento súbito? ¿En qué consiste esta propuesta narrativa?
Violeta Rojo, en su “Breve manual para reconocer minicuentos”, brinda la siguiente definición: El minicuento es una narración sumamente breve (no suelen tener más de una página impresa), de carácter ficcional, en la que personajes y desarrollo accional están condensados y narrados de una manera rigurosa y económica en sus medios y a menudo sugerida y elíptica.
Desde luego el minicuento o microrrelato tiene otras características como la intertextualidad y, muchas veces la sorpresa, que son en esencia las que más me atraen del que se ha dado en llamar el cuarto género literario.
Es la posibilidad de tomar personajes de otros autores y poder colocarlos en situaciones inverosímiles e incluso absurdas, lo que hace que este género literario me resulte irresistible.
Usted ha obtenido innumerables premios literarios en diversos países, podría contarnos sobre su experiencia en estos concursos.
Todos sabemos lo difícil que es publicar en nuestro país. Ha sido el anhelo de ver mis obras en letra de molde lo que me ha impulsado a ingresar al mundo de los concursos literarios. Siempre recuerdo que el primer relato que escribí lo envié a un concurso literario aquí en Honduras. Para mi sorpresa, en unos meses recibí una llamada telefónica en la que me informaban que había obtenido el premio. Al principio creí que se trataba de una broma, pero resultó ser cierto. A la fecha entre primeros lugares, accésits o menciones de honor he recibido más de cien galardones.
Usted ha sido ampliamente antologado y según nuestra investigación ha aparecido en más de medio centenar de antologías, sobre todo en Europa, puede contarnos cómo ha sido posible su incursión en estas antologías de prestigio internacional.
La publicación en antologías es el resultado de mi participación en concursos literarios. Me gusta participar en certámenes en los que una parte del premio es la publicación de los mejores relatos en un libro conmemorativo.
¿Cuáles son sus próximos proyectos literarios?
Por el momento continúo escribiendo relatos. Las ideas no dejan de fluir y me veo obligado a darles forma. De otra manera no dejarían de revolotear en mi cabeza. Tengo también un par de obras de narrativa infantil que todavía no he decidido sacar a la luz.