Badiraguato llora la recaptura de ‘El Chapo’

Mientras gran parte del mundo celebra la recaptura de Joaquín «El Chapo» Guzmán, en su tierra natal Badiraguato lloran la detención del narcotraficante.
México y Estados Unidos están celebrando la recaptura de Joaquín ‘el Chapo’ Guzmán, el capo del narcotráfico más buscado del mundo, pero en los pueblos y ranchos de las remotas montañas del norte mexicano donde nació, se percibe una mezcla de luto y temor.
En la sierra de Sinaloa, donde se cultiva amapola y marihuana desde hace décadas, muchos ven a Guzmán como un Robin Hood de nuevo cuño que creó empleos para los pobres y combatió incursiones de pandillas rivales.
Guzmán construyó el más poderoso cártel del narcotráfico en el mundo y escapó dos veces de cárceles mexicanas en los últimos 15 años, convirtiéndose en un modelo para nuevas generaciones de traficantes y sicarios.
«Él es como una leyenda», dijo Jesús Ramos, un albañil de 19 años, sentado en la plaza central de Badiraguato, el pueblo natal del Chapo. «Esto es tierra de él», añadió.
«Fue algo inesperado. Se pensaba que lo iban a matar antes de que lo agarraran», dijo Gilberto Cárdenas, un vendedor de vegetales de 51 años en Badiraguato.
La fuga de Guzmán en julio dejó en ridículo al gobierno del presidente Enrique Peña Nieto, y fuentes gubernamentales han dicho que México quiere extraditarlo a Estados Unidos para evitar una nueva fuga.
Los pobladores de Badiraguato creen que ahora sí se lo llevarán.
«Probablemente lo extraditan por allá. Va a tener un impacto económico, él ayudaba a mucha gente», añadió Cárdenas mientras pesaba aguacates para un comprador.
El alcalde del pueblo ha estimado que cerca de la mitad de la población de Badiraguato vive directa o indirectamente del tráfico de drogas. Sicarios de Guzmán, que patrullan la zona en motos de cuatro ruedas, les dan radios y semillas.
«Mucha gente trabaja con él y ya no van a tener dinero», dijo Vididiana Avilés, una vendedora de artículos de belleza. «Hasta nosotros que no trabajábamos con él dijimos ‘qué mala onda'».
Guzmán se hizo célebre por usar túneles para llevar toneladas de drogas a Estados Unidos, y por mantener rutas de escape subterráneas en las casas de seguridad donde se quedaba.
Tras su captura, fue enviado de vuelta a la prisión de la que escapó el año pasado por el túnel de más de un kilómetro que sus ingenieros —que según la entrevista de Penntomaron cursos de especialización en Alemania— cavaron hasta su celda.
«Está cavando otro túnel ahora», dijo Guadalupe Medina, riendo, mientras servía comida en un restaurante del pueblo.
Algunos temen que su arresto y eventual extradición pueda abrir la puerta a que otros cárteles tomen el territorio.
«Va a haber menos seguridad (…), si debilitan al cártel la otra gente se va a querer meter», dijo Alberto Alvarado, de 20 años. «Él es un buen jefe, cuida al pueblo. Aquí no está permitido el secuestro, ni las extorsiones, ni el robo».