Elvin Santos, candidato

Por: Juan Ramón Martínez
Me han causado muy buena impresión las declaraciones de Elvin Santos Ordóñez. Contundentes, precisas, libres y esperanzadoras. Y además, psicológicamente liberado del “Síndrome de Estocolmo”; sin el sentido de culpa de  otros, y con una visión clara, en la que la principal tarea del gobierno, debe ser reactivar la economía, producir empleo y darle bienestar a todo el pueblo hondureño. Y lo más importante, a mi juicio, con sus palabras confirma que siempre ha sido y seguirá siendo un candidato potencial, con el cual pueden contar los hondureños. Es decir que, ratifica su compromiso de militante liberal, colocándose en una posición de servicio, obediente a ocupar las trincheras partidarias que las circunstancias y las autoridades del Partido Liberal determinan, en el ejercicio del buen juicio político y la salvaguarda de los intereses nacionales.
Elvin Santos Ordóñez, forma parte de una joven generación que, estando en condiciones de acceder a la dirección de los asuntos públicos, tiene la madurez suficiente para un desempeño equilibrado, sin pretensiones de seguir aventuras extremistas, situado en el centro derecho del espectro político y sin la voluntad de excluir a ningún liberal que sea consecuente con la doctrina política de su partido, su rica historia, y su compromiso de oponerse a la propuesta conservadora del Partido Nacional, con una opción modernizadora. Es en términos generales, una figura esperanzadora, posiblemente la más interesante, por juiciosa y comprometida, con la que cuentan los liberales de verdad, en este momento.
Por supuesto, Santos Ordóñez tiene algunas cosas en su contra. Cierta distancia con los grupos que el desconcierto de la agresión alevosa de Zelaya, ha provocado en las filas del liberalismo, caracterizada por su disposición, hasta ahora por lo menos, de crear controversia, por medio de la derrota de los correligionarios suyos que no piensan como él. No quiere formar parte de los grupos que sienten responsabilidad por los abusos cometidos en nombre del Partido Liberal por Zelaya y los suyos. Y que terminó con la agresión en contra suya, cuando tuvo que esconder sus planes y anticipar su lanzamiento, porque  Zelaya tenía como estrategia impedir su candidatura. Santos ha dicho, se siente -como lo fue en realidad-  víctima del plan para destruir al Partido Liberal, por parte de un “socialista”, que por orígenes familiares, desciende de una familia ganadera, conservadora y hasta 1963, ligada al Partido Nacional. Recordamos que Zelaya le impidió, al candidato liberal, cerrar su campaña en Olancho, bajo la amenaza
que si llegaba allá, le matarían. Posteriormente, me enteré que no era cosa de broma: francotiradores nicaragüenses, harían la tarea. El plan era sencillo: muerto el candidato el Partido Liberal, no se presentaría a elecciones y Zelaya podría invocar tal cosa, para justificar sus planes continuistas. Golpe incluido.
Santos Ordóñez tiene además de su vibrante juventud, una figura atractiva y esperanzadora que proviene del campo de los exitosos hombres de empresa, forjados en el trabajo constante.Tiene una visión global de la problemática nacional. Antes que creer que el problema es distribuir riqueza que no tenemos, postula que, hay que crearla antes o simultánea. Y, gradualmente, para evitar los riesgos populistas de pretender hacer del gobierno, un ogro filantrópico, que da todo, que resuelve todo; pero que a cambio, paraliza todas las fuerzas e iniciativas individuales y grupales de los hondureños para preservar su libertad, mediante el ejercicio de sus capacidades de imaginación y trabajo. Con esta postura, se aleja del populismo fracasado, en Cuba, Venezuela, Argentina y Honduras, que al renunciar al liberalismo – libertad, independencia, control del  gobierno y uso como gerente del bien común, democracia y legalidad- crean pueblos subordinados, debilitan las sociedades e incapacitan a las naciones para enfrentar los
retos de su desarrollo. Los liberales que siguen culpándose en forma masoquista  por el 2009,  besando el cuchillo sangrante con que Libre daña las entrañas del Partido Liberal, se le opondrán. Dirán que es arrogante y antipático. Deberá corregir lo necesario e imponerse como opción de triunfo. Cuenta con fuerza y carácter para educar a los liberales y vencer a los nacionalistas. Y  tiene a su favor, el que los líderes liberales al no confrontar a Zelaya, han disminuido y perdido carácter. Cosa que no ocurre con Elvin Santos Ordóñez.