Mucho ruido

Por Jonathan Roussel

Estamos terminando el procedimiento para escoger y nombrar los nuevos magistrados de la Corte Suprema de Justicia. Nunca antes hubo tanto ruido como en esta ocasión.
Un auténtico concierto de loras en guayabal. Gritaron e incordiaron. Propias y extrañas. Utilizaron todos los medios posibles. Vinieron refuerzos de la vecindad y de lugares lejanos.
Aunque trataron de impedirlo, el Congreso Nacional sí escogerá 15 de una lista de 45 propuestos por la Junta Nominadora.
Los Estados Unidos, con su embajador lograron dos cosas muy importantes: que no se interrumpiera el procedimiento y que no se colaran abogados que no convenían.
Aquí les cuento una historia. Un personaje a quien llamaremos don Jaime tenía una lista secreta. No era de encargos para ir al mercado. Ni de amigos para saludarlos en su cumpleaños. Tampoco de conocidos en Nueva York.
Eran nueve abogados que trabajaban para él y estaban a punto de ser incluidos como candidatos finales. Más de uno podría resultar escogido entre los 15. Al ser denunciados fueron eliminados del procedimiento y don Jaime se quedo sin sus propios magistrados. Ahora que tanto los necesita aquí y allá.
Si las cosas siguen como van, la oposición perderá credibilidad ante sus seguidores. Olvidaron o no saben definiciones muy sencillas.
Oposición es poner una cosa frente a otra y no debe ser utilizada para producir hostilidad o antagonismo. Lo ideal es oponer la razón de unos al entendimiento de otros. Con inteligencia y patriotismo.
En la historia política de la humanidad hay dos casos clásicos. La violenta oposición al generalísimo Francisco Franco, quien murió en el poder. Y la ponzoñosa que se le hace a Fidel Castro desde 1959 y allí sigue.
Como contraste la oposición chilena y la costarricense son razonables y producen resultados positivos. La de aquí solo mala imagen a la patria.
La oposición hondureña no tiene propósito unificado. Los partidos que se oponen tienen intenciones tan disímiles que no es posible conjuntarlas. Y tan exagerada que cuando logran el apoyo de nuevos socios estos tienen que superar las posiciones de extremistas para recibir reconocimiento.
Sin razonar adecuadamente, han puesto en peligro las reformas a las leyes electorales, la reelección y su posible participación y debilitar su poder político. En esta ocasión perderán más diputados y se les alejará la posibilidad de contar, a futuro, con simpatías del Partido Liberal que en ocasiones les ha prestado su concurso.
El ruido continuará. Así como las chicharras de nuestra campiña. En verano cantan y cantan hasta morir. Sin saber ni por qué cantan ni por qué mueren.