Más de 1,300 casas “botadas” en la capital (Video)

Mientras más de un millón de hondureños sueñan con tener una vivienda, cientos
de residencias en perfecto estado están deshabitadas y les sirven de nido a los zopilotes.

En Honduras, el déficit de viviendas es de un millón 300,000; sin embargo, la capital se da el lujo de tener más de 1,300 casas deshabitadas, en proyectos habitacionales que quedaron “a medio palo”.
Don Agustín Castro, residente de la comunidad Nueva Aldea, en el Distrito Central, permanece varios minutos observando las casas de Ciudad Mateo, desoladas e invadidas por el monte. El anciano vive en una covacha de madera, a unos kilómetros de ese lugar.
¿Qué haría usted si le regalaran una de estas casas?, se le pregunta al “viejito”, quien contesta con una carcajada: ¡“Huuuy, ni quiera Dios!”.
“Si el gobierno reviviera todos estos proyectos sería buenísimo, porque la mayoría de los pobres no tenemos casas… pero no creo que estas casitas sean baratas…”, comenta don Agustín, pensativo.
Según estima la Comisión Nacional de la Vivienda (Convivienda), en Honduras hay un déficit habitacional de más un millón 300 mil viviendas.

Ante tanta necesidad de una vivienda, resulta absurdo que cientos de casas en buen estado estén desocupadas.
Ante tanta necesidad de una vivienda, resulta absurdo que cientos de casas en buen estado estén desocupadas.

Esta triste realidad contrasta con los numerosos proyectos habitacionales construidos en la capital y que han sido abandonados por distintas causas.
La falta de agua, inseguridad en la zona, los terrenos en litigio, el alto costo de la tierra, de los materiales y la contaminación, son algunos de los factores que incidieron para que hoy en día miles de casas en buen estado estén prácticamente “botadas” por los desarrolladores de proyectos.
El caso más conocido es el de Ciudad Mateo, colonia con más 1,100 viviendas, considerada el emblema de los fracasos habitacionales, y construida durante el gobierno de Rafael Leonardo Callejas.
Otro de los proyectos malogrados se ubica en la aldea Santa Rosa y cuenta con 80 casas a medio construir. A esta colonia se suman otras 200 viviendas desocupadas, en el sector de Altos de la Quezada y otras más en la colonia Villas Suntule, situada en la aldea El Tablón.

¿ESTÁN ABANDONADOS?

LA TRIBUNA hizo un recorrido por varios de estos proyectos desolados, pudiendo constatar que más de 50 casas de la colonia Villas Sofía se están deteriorando ante las inclemencias de la naturaleza.

Otro de los proyectos deshabitados es el denominado Altos de la Quezada, que colinda con la colonia Arturo Quezada de Comayagüela.
Otro de los proyectos deshabitados es el denominado Altos de la Quezada, que colinda con la colonia Arturo Quezada de Comayagüela.

Esta colonia se localiza en los alrededores de la aldea Santa Rosa, a 11 kilómetros de Tegucigalpa. Sin embargo, de las viviendas construidas en este lugar ya solo quedan las paredes de bloques, ya que personas desconocidas recientemente les robaron las láminas de zinc, las puertas y ventanas de metal.
A pocos metros de este proyecto se encuentra otro descontinuado, cuyos socios fueron acusados de estafa, porque muchos compradores ya habían entregado una buena cantidad de dinero.
Por si fuera poco, a unos cuantos kilómetros de allí, en el desvío a la comunidad de El Horno, había otra colonia a “medio palo”. Pero fue “resucitada” luego de que un consorcio de orientales la comprara.
Al consultarle a la portavoz del Ministerio Público, Lorena Cálix, sobre estos proyectos fallidos, aclaró que aunque estén deshabitados no necesariamente están abandonados.
Para el caso, mencionó que la Fiscalía del Ambiente únicamente tiene competencia en los casos donde existe denuncias por parte de los perjudicados en un proyecto habitacional, cuando este ha sufrido fallas u otras deficiencias, “porque eso es considerado como estafa y se convierte en un delito, como lo ocurrido en Ciudad del Ángel”.
Estas casas de la Residencial Villas Sofía fueron desmanteladas por “los amigos de lo ajeno”.
Estas casas de la Residencial Villas Sofía fueron desmanteladas por “los amigos de lo ajeno”.

Asimismo, expresó que en cuanto a esos complejos habitacionales que supuestamente están abandonados, “posiblemente no han sido habitados porque existe alguna orden judicial, ya puede ser por la vía de tipo civil o penal, porque posiblemente los socios o dueños del proyecto no se pusieron de acuerdo en la construcción de las casas o porque existe una denuncia sobre estafa”.

NUEVAS OPORTUNIDADES

Mientras miles de casas no cumplen más función que la de acumular monte, el gobierno enfrenta el desafío de facilitarles una vivienda a los más pobres.
La directora ejecutiva de Convivienda, Sireya Díaz, manifestó que el déficit cuantitativo de viviendas en el país es de unas 300,000 viviendas, mientras que en la parte cualitativa es de aproximadamente un millón.
Convivienda es la entidad que rectora los programas de vivienda que coordina el gobierno central.
Hasta la fecha, el gobierno ha aprobado 44 proyectos habitacionales que cuentan con 16,087 viviendas, mientras que otros 50 proyectos están pendientes de aprobación.
“La parte cuantitativa consiste en la construcción de casas, mientras que la parte cualitativa corresponde a la mejora de viviendas, las que tienen dañado el techo, tienen piso de tierra o necesitan ser repelladas, entre otras reparaciones”, explicó Díaz.

Debido al abandono, las viviendas están siendo envueltas por la maleza.
Debido al abandono, las viviendas están siendo envueltas por la maleza.

En el programa hay dos formas de atención; la primera está enfocada a la pobreza extrema, que consiste en la construcción de casas para una vida mejor, donde participan varias Organizaciones No Gubernamentales (ONG) y municipalidades. También se involucran las personas beneficiadas, “quienes deben ganar menos del medio salario mínimo para que el gobierno les pueda entregar un bono por 70 mil lempiras”, señaló Díaz.
“Los favorecidos con las viviendas deben participar con la mano de obra no calificada, pero en varios casos las alcaldías contribuyen con la donación de los terrenos, o con el suministro de materiales de construcción”, añadió.
La segunda forma de atención a través de Convivienda está dirigida a las personas que devengan de medio salario mínimo a cuatro salarios mínimos, quienes pueden participar en los diferentes procesos. El primero es el de Aporte-Bono-Arrendamiento (ABA), que consiste en que la persona puede realizar un contrato similar al de un arrendamiento o inquilino, de forma que si el interesado paga puntualmente sus cuotas a 20 años, será dueño de su vivienda. “Este es un esquema nuevo en Honduras”, afirmó la funcionaria.

VENTA TRADICIONAL

El programa Aporte-Bono-Crédito (ABC) es la venta tradicional de viviendas, donde se busca incentivar a que toda aquella persona que no cuente con una vivienda, tenga la oportunidad de obtenerla a un costo razonable.

Este proyecto habitacional, en la salida al sur, estuvo abandonado por muchos años, pero fue recuperado por inversionistas.
Este proyecto habitacional, en la salida al sur, estuvo abandonado por muchos años, pero fue recuperado por inversionistas.

El comisionado Felícito Ávila manifestó que Convivienda promueve los programas de vivienda social para que las instituciones financieras como la banca privada, Organizaciones No Gubernamentales (ONG) o cooperativas, puedan facilitar casas con intereses preferenciales a largo plazo, “lo que provocará la construcción masiva de viviendas”.
Sin embargo, el gerente general de la Cámara Hondureña de la Industria de la Construcción (Chico), Silvio Larios, lamentó que el mayor problema que enfrentan es que la mayor parte de la población se encuentra sin empleo y no son elegibles por los bancos para optar a un préstamo hipotecario.
Honduras necesita más de medio millón de casas nuevas, ya que anualmente hay una demanda creciente de unas 40,000 casas.
En la actualidad, a nivel nacional hay 37 proyectos de viviendas certificados por Convivienda, y otros cinco están a la espera de su aprobación.
La mayor parte de los proyectos habitacionales construidos por la Chico se encuentran en la capital y en el área urbana del Valle de Sula, ya que allí está la mayor actividad económica, donde la gente tiene más posibilidades de adquirir una casa.
Según cálculos del Banco Central de Honduras (BCH), el sector vivienda contribuye con el nueve por ciento del Producto Interno Bruto (PIB), habiéndose estancado en los últimos años.
Según estudios recabados por la organización Hábitat para la Humanidad, Honduras es uno de los países más pobres y subdesarrollados de Latinoamérica, donde casi dos tercios de la población vive en la pobreza.
Después de la tragedia del huracán Mitch ocurrida en 1998, el déficit de la vivienda aumentó de 63 por ciento en marzo de 1998, al 66 por ciento en marzo de 1999, representando un incremento de 165,000 casas.
Sireya Díaz y Felícito Ávila, de Convivienda, se reunieron para actualizar los datos sobre el déficit habitacional.
Sireya Díaz y Felícito Ávila, de Convivienda, se reunieron para actualizar los datos sobre el déficit habitacional.