Cómo ser más feliz eliminando 100 amigos de Facebook

Muchas veces nos hemos dado cuenta de que aquello que criticábamos hace unos años (¿pero dónde va este flipado con más de 500 amigos en Facebook?) nos ha pasado a nosotros. Aunque al principio éramos selectivos, poco a poco hemos ido abriendo la manga y aceptando a gente por h o por b. Nuestra coherencia interna vulnerada, nuestro muro abarrotado de información irrelevante, nuestras notificaciones nos avisan de cosas de gente que nos da igual y el otro día, cuando tu mejor amigo anunció algo importante por Facebook, tú ni enteraste porque el titular quedó sepultado por cientos de memes y vídeos de osos panda revolcándose en la nieve. Vale que podrías aprender hacer la labor de filtrar qué quieres saber de cada cuál, pero es un poco lío. Mejor gritar BASTA y eliminar, al menos, a 100 amigos de Facebook.
1. Los 10 primeros: serán aquellos que realmente no sabes ni quiénes son, ni cómo llegaron a tu vida. Que pinchas en su foto de perfil para caer en por qué sois amigos pero tampoco te enciende la bombilla. Quizá esos amigos te lleven a tener otros amigos en común que tampoco recuerdas. Es un buen comienzo, pero no te entretengas viendo las fotos de sus últimos viajes o los vídeos que ha compartido.
2. Sigue con aquellos que solo reaparecen en tu vida para invitarte al Candy Crush y a la maldita Farmville. Quizá son majos, pero son muy pesados. Quizá tienen un virus, pero qué más da. Quizá te hace ilusión ver notificaciones y sentir que algo se mueve en tu Facebook, entonces no los borres. Ya llevas 17.
3. Que las elecciones valgan para algo: ya que no tenemos todavía presidente, al menos que el 20D sirva para reconocer que no te gusta tener un público tan plural en tu muro. Aquellos que hayan proclamado consignas repetidamente combativas del todo contrarias a las tuyas se irán fuera y los dos saldréis ganando. ¿Algo más? Subimos a 29.
4. Amigos de tus ex. No querías parecer el típico iracundo cuando se rompió aquella relación y, aunque todo acabó como el rosario de la aurora, quisiste mantener las formas virtuales. El primer año les felicitaste algún cumpleaños, pero nunca más se supo. Procuraste hacerte el civilizado, el no rencoroso, pero hace ya cinco años, no los has vuelto a ver y, sinceramente, te importan un pepino. Ya llevamos 45.
5. Tu ex: tiene nueva pareja y parece más feliz que tú. Además ha ido al gimnasio y está claro que vuestra relación le sentaba peor que la actual. 46.
6. Los que añadiste por “networking”: Sigues en el mismo curro miserable y los pocos favores que has pedido por mensaje privado se han saldado con un “paso de tu cara” en toda regla. Para eso nació Linkedin, e incluso Twitter tiene un perfil más profesional. Además, reconócelo: toda la información que pones en tu muro te dibuja como un tipo bastante gracioso pero muy poco contratable. 61.
7. Compañeros de primaria: ¡Qué ilusión te hizo qué bien lo pasasteis en aquella cena de Navidad de reencuentro en 2012! Pero, bueno: a veces la vida es sabia y hace desaparecer a la gente por algo. Solo os queda como vínculo en común aquellos castigos de rodillas rezando el rosario o el análisis sintáctico que os enseñó Don Faustino. Ya tenemos 78 examigos.
8. Familiares que se están enterando de más cosas de las que te gustaría y luego lo comentan con tu madre: ¿Tienes 32 años pero tus padres te han llamado diciendo que qué es esa foto borracho en aquella discoteca? Tienes dos opciones: controlar el “subir foto” y avisar a tus amigos de que no te etiqueten en momentos «comprometidas» o eliminar a tus 7 primos boca-chancla y sumar 85.
9. Amigos que han tenido hijos y son muy pesados: ¿Tienes la sensación de que muchos de tus amigos tienen seis meses? Esos niños no saben mecanografiar ni subir fotos, así que no son realmente tus amigos. 89.
10. Drama Queens: La gente se queja mucho de que todos retransmitimos una vida fantástica en Facebook que no se corresponde con la realidad, pero a mí personalmente me resulta más molesta la gente que se dedica a lamentarse continuamente con estados apocalípticos, desgarros internos o incluso insultos velados a sus parejas. Ya casi estamos: 94.
11. Los que ponen a prueba tu compromiso social instándote a colgar en tu muro mensajes prefabricados sobre niños enfermos y catástrofes naturales. Para mí, la solidaridad y la acción colectiva requiere un poco más de esfuerzo. 98.
12. Ya solo nos quedan dos. Déjame repasar la lista de amigos: ¡ah! El flipao ese que tiene dos perfiles, uno más “oficial” y otro para “los verdaderos amigos”. Pues ni una cosa ni la otra.
Y así ya tengo los 100 y ya solo tengo 400 amigos. Es verdad. Me siento mucho mejor. Pero un momento, ¿por qué también soy amigo de un restaurante, de un hotel y de un manifiesto sindical de una empresa en la que ya no trabajo? Volvamos a empezar.