La calle que conduce rumbo a la aldea de Mateo, en el Distrito Central, se ha convertido en el dolor de cabeza de los motoristas que a diario circulan por la zona. Los conductores se quejan porque los estudiantes de una universidad privada realizan una enorme fila para entrar al centro educativo, impidiendo el paso de vehículos. Por esta razón se forman enormes “colas” de automóviles, sobre todo en horas de la mañana.
“Esto ya se ha vuelto normal”, dijo un ruletero, “siempre tenemos que esperar a que entren los niñitos a clases, para nosotros poder avanzar, ¡no es justo!”. (DL)