125 y muchos más!

Por Lizzy Flores

En el 125 Aniversario del Partido Liberal podemos hacer memoria del centenar de contribuciones que liberales de conciencia, espíritu y corazón han aportado a nuestra querida Honduras, y asimismo reconocerles los frutos de nuestro Estado de Derecho y democracia.

Las conquistas de valientes hombres y mujeres liberales, a lo largo de los años, nos han dejado cimientos firmes que resisten los recurrentes vendavales y embates, y aun sostienen las paredes de nuestra casa, Honduras.

Las instituciones, y dentro de estas, los partidos políticos, responden a la reunión de individuos alrededor de una causa común, dentro de ordenamiento propio para hacerle frente a una dinámica social más amplia. Son el reflejo de los seres humanos que las conformamos.

Estas agrupaciones en sus comienzos se asemejan a los noviazgos, llenos de luces, nutridos por la ilusión, pasión y la esperanza, que con el pasar del tiempo caen dentro del cinismo y la resignación de la rutina, perdiendo su brillo y resplandor. La intimidad que antes acuerpaba, brindaba calor y motivación para generar comunicaciones, participación y actividades, de repente incomoda, causa molestia y fricción que termina en distancia.
Sin embargo, la institución se constituye para la posteridad, cuando esta primera llama no sucumbe y se afianza en el matrimonio, esta unión de partes en un todo da lugar a la promesa de nueva vida. La palabra dada a un compromiso mayor que trasciende el tiempo y el espacio, y se mantiene en la prosperidad como en la adversidad, en la salud y en la enfermedad, en las alegrías y en las penas, es la que edifica palacios y cultiva civilizaciones.

Es un acto solemne del amor, la fuerza más grande en el universo, fuente de la génesis y la creación. Al igual que una pareja, las personas que se unen para brindarle seguridad, paz, confianza, felicidad, generosidad y libertad a la humanidad y entregan lo mejor de sí mismos a este ideal, dejan un legado a su descendencia. Esta es nuestra preciada herencia de quienes activaron y levantaron la bandera del Partido Liberal.

El liberalismo es tierra fértil, hogar lleno cariños familiares, de historias y vivencias personales. Es el recinto de cada natalicio y su inscripción como persona, es el calendario de cada año cumplido, y de matrícula al siguiente grado escolar, es el anuncio de cada celebración y conmemoración. Es depósito de prenda, de trabajo y sacrificio que siempre recompensa. Es la misa donde se comparten las plegarias, y queda reseña y remembranza luego de la despedida hacia la vida eterna. Es el ombligo de donde venimos y donde descubrimos quiénes somos.

Cada año de vida se replica y multiplica para todos los creyentes. Al honrar a nuestros antepasados hacemos honor a nosotros mismos. Los liberales hoy nos vestimos de fiesta, orgullosos y alegres, en la plenitud del espíritu de quien goza de la riqueza de todo el oro del Guayape, de las perlas blancas y hermosas del Golfo de Nicoya, y de la vitalidad de la sangre roja que corre por nuestras venas.