La Isla del Tesoro

Como asiduo lector de Diario LA TRIBUNA y sus editoriales, reflexiono sobre “consumir lo doméstico y el cuchillo de palo”, lo que es lo mismo candil de la calle y oscuridad de la casa o el conejo cuidando la hortaliza.

Es muy poco lo que puedo agregar al sesudo editorial del 9-2-16 porque encierra la realidad monetaria de Honduras. Lamentablemente lo que ustedes publican cae en saco roto, porque no se oye, no se mira, ni cambia el panorama.

El sector privado organizado, con rarísimas excepciones sobre todo de las Mipymes, también se hacen los de a peso sobre la acelerada devaluación del lempira, porque algunos de ellos son parte del círculo del poder y no les conviene caer en desgracia con el gobierno de turno.

Sobre las recomendaciones del nuevo presidente del BCH para consumir lo doméstico, le preguntamos si para las instalaciones del lujosísimo edificio compraron el mobiliario de los miles de artesanos hondureños que apenas sobreviven fabricando y vendiendo en la calle, juegos de sala, escritorios, sillas, archivos, libreros, etc. el BCH es el menos indicado para recetar el consumo nacional porque todo lo compran en el exterior y de los sueldazos de todo el personal, ni hablar, por ello todos los trabajadores del Banco Central viven la fantasía de estar en la Isla del Tesoro.

El nuevo edificio del BCH es un monumento a los corruptos y un insulto a los miserables carentes de medicina, alimentos, trabajo, educación y seguridad.

Patria mía, te amo inmensamente mientras unos pocos te sangran!

J.M.B.
Comayagüela, M.D.C.