El 125 Aniversario del Partido Liberal

Parte 2 de 2

Por Óscar Lanza Rosales
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Si hasta los años 60s los promotores e ideólogos principales del Partido Liberal de Honduras (PLH) fueron Policarpo Bonilla, Ángel Zúñiga Huete y Ramón Villeda Morales, posterior a estos grandes líderes, merece una mención especial Modesto Rodas Alvarado, el líder indiscutible después de Villeda, que no le acompañó la suerte para llegar a ser presidente por el golpe de estado en 1963 y porque lo sorprendió la muerte en 1978 a dos años en que Honduras comenzara un nuevo proceso democrático.

Rodas Alvarado se desempeñó como presidente del Congreso Nacional en el gobierno progresista del presidente Villeda, en el que jugó un papel importante. Ha sido uno de los mejores oradores que ha tenido Honduras. Tenía un discurso encendido, con un lenguaje florido, que a la mayoría de hondureños le gustaba escucharlo. Sin lugar a dudas su gran liderazgo trascendió en todos los triunfos liberales de 1980 al 2005.
Aunque demostró tener ideas progresistas cuando fue presidente del Congreso Nacional, en los últimos años de su vida se le tildaba de conservador, de terrateniente que se oponía a la Reforma Agraria.

Con su muerte, lo sucedió como conductor del PLH, Roberto Suazo Córdova, que ganó las elecciones de 1982, distinguiéndose por centralizar las decisiones, concentrar el poder y por querer prolongar por dos años su período de gobierno. Le dio el visto bueno a los militares para dirigir la Estrategia de Seguridad Nacional, para reprimir a líderes de izquierda, responsable de la desaparición de más de 200 personas, y autorizó el establecimiento de la base norteamericana en Palmerola y la presencia de la contra nicaragüense en territorio hondureño.

Simón Azcona Hoyo, que formó parte del gabinete de Suazo, del cual se distanció para formar su propio movimiento, con el cual ganó las elecciones mediante el arreglo político de la opción B gobernando el país de enero de 1986 a enero de 1990. Su gobierno se caracterizó por los pactos con el nacionalismo y otros movimientos del liberalismo para lograr la gobernabilidad. Siguió enfrentando la presencia de la contra nicaragüense.

En 1993 salió electo Carlos Roberto Reina (1994-1998) que le dio énfasis a la depuración de las violaciones de los derechos humanos, la creación de la Dirección de Investigación Criminal y la transferencia de la Policía a los civiles. Instituciones que junto a la Comisión de Defensa de los DDHH, trataron de reducir el poder de las FF AA. Y transformó el servicio militar obligatorio en voluntario y educativo.

De 1998-2002 gobierna Carlos Flores, quien ratifica el servicio militar voluntario, se elimina el puesto de jefe de las FF AA, y se crea la Jefatura del Estado Mayor Conjunto, supeditado al ministro de Defensa, en cuyo puesto fue nombrado por primera vez a un civil. Y debido a la destrucción del huracán Mitch, tuvo que dejar su Nueva Agenda y dedicarse a la reconstrucción de la infraestructura, principalmente la red vial.

Según la autora Natalia Ajenjo Fresno, el pueblo ha valorado muy bien al PLH porque le ha tocado gobernar en la transición y después del MITCH, y ha sido muy exitoso en 5 procesos electorales, pero con la finalización del bipartidismo y ocupar la tercera posición en las últimas elecciones de 2013, es importante señalar las debilidades que han contribuido a ese deterioro político, como las siguientes: alta verticalidad en la toma de decisiones; la proliferación de corrientes; su amplio abanico ideológico, haciéndolo lucir heterogéneo y fraccionado; las herencias políticas; los padrinazgos; falta de solidez en su plataforma doctrinaria; el clientelismo; la perpetuación de una tradición caudillista; y la coalición entre corrientes solo ha funcionado en la parte practica en el reparto de puestos públicos, pero no en la parte operativa programática.

También ha afectado las pretensiones continuistas de algunos de sus gobernantes como el caso de Suazo Córdova en 1985, que desembocó en la opción B, mediante la cual Azcona llegó a la Presidencia. Y en la crisis de 2009, que por esas pretensiones del presidente Zelaya, fue derrocado, pero sus militantes de la izquierda se separaron del PLH y fundaron el partido conocido como Libre.

En resumen, el PLH ha perdido en la actualidad su discurso social, sus aliados y su organización de los años 60s. Y no se ha modernizado en su discurso para ponerse a tono con los nuevos tiempos de las redes sociales y tampoco ha involucrado a los jóvenes en sus cuadros.

¡Así que el PLH tiene grandes retos y desafíos si quiere volver a su glorioso pasado!