El Congreso Nacional: ¿Un mercado persa?

Por: Boris Zelaya Rubí. 

Donde hay satisfacción, no hay revolución. (Confucio)

La democracia en Honduras representada por los padres de la patria, electos por el pueblo para que emitan leyes en su beneficio para alcanzar la felicidad que merece, se ha convertido en un “mercado persa” donde hay de todo y los adversarios opositores en su mayoría, tienen precio, ya sea monetario o a cambio de impunidad por actos de corrupción en este u otros gobiernos, o por cargos en el engranaje gubernamental para sus familiares.

Algunos diputados contribuyeron económicamente para su inclusión en las planillas para ser electos prometiendo la total y ciega obediencia a los “presidenciables soñadores”, incurriendo desde ese momento en un acto de corrupción por no obedecer al pueblo que los eligió. Hacemos la salvedad con los diputados del Partido Liberal a quienes dejaron en libertad de ejercer el sufragio, afortunadamente apoyan la democracia y no el caos con la excusa del cambio de sistema.

En la reciente elección los que actuaron de acuerdo a sus principios, los amos esclavistas de los partidos de nuevo cuño, los han tildado de traidores y amenazan con su expulsión ¡tienen que ser obedientes y no deliberantes! y pensar que son los mismos que al gobernante le gritan todos los días que es un dictador ¡escupen para arriba!

Después de lo acontecido en el seno del Congreso Nacional de la República, la oposición manifestó que varios de los padres de la patria de diferentes partidos políticos, se fueron por la línea del partido en el poder, para escoger los magistrados, sin embargo del grupo de propuestos y auto propuestos el 99% correspondía a nacionalistas y liberales, porque no hay abogados que deseen un cambio de sistema y quedar como sucedió en Cuba (¡manejando un taxi para sobrevivir!) donde la justicia se cambió por cárcel y paredones de fusilamiento. Los adversarios con su oposición destructiva, alegaban que no  eran los idóneos, si no los que garantizarían al mandatario tener el control absoluto del Estado.

Según los dueños de los nuevos partidos, la sala de sesiones del Congreso Nacional de la República, se convirtió en un “enorme mercado de conciencias”, sin principios morales, éticos ni el cumplimiento de la obligación primordial de representar los intereses del pueblo.

Los medios informativos han publicado sobre las acaloradas discusiones entre los “indisciplinados” que votaron por su propia iniciativa y que según sus detractores se comportaron como “transeros” vendiendo su voto. Estas situaciones en la que los líderes han quedado agarrándose de las greñas y convirtiendo sus lenguas en “estiletes envenenados”, afectan la imagen del país en el exterior. Nadie se atrevería a invertir en un país donde por los constantes pleitos, corre el peligro de que a alguien se le ocurra “limpiar el templo de la democracia tirando a la basura los mercaderes de la política”.

Los eternos amantes de la izquierda insisten en sembrar el caos, ahora hasta aseveran irresponsablemente que existen “escuadrones de la muerte” y que las autoridades son culpables hasta de un marido celoso que mata su mujer ¡es una canallada! ¿Por qué si su principal objetivo es que todos los hondureños tengan una vida mejor, no vencen al “capitalismo salvaje” en las urnas? Si pierden, es que hubo fraude, si no los dejan apedrear y pintar paredes es que es un gobierno represivo ¿Es haciendo daño que se construye la protesta del pueblo? Hermano contra hermano, hasta atacar la religión como la culpable de todos los males. Así, nunca saldremos de ser un pueblo tercermundista, con los políticos que buscan salir de la pobreza representando al pueblo.

La denuncia constante de los ciudadanos es que lo único que nos puede salvar, es la Misión de Apoyo Contra la Corrupción y la Impunidad en Honduras MACCIH, ellos anunciaron que tendrán un buzón y claves para recibir todas las denuncias, esperamos que actúen para beneficio de esta patria que necesita tanto de personas honradas que se interesen más por el prójimo. Siempre hemos dicho que el pueblo es pasivo, pero no hay que espolearlo, de repente pueden crecer las protestas cansado de esperar soluciones y ¡perderemos la paz!

De rodillas solo para orar a Dios.