China busca profesores varones para formar ‘hombres de verdad’

New York Time – La clase de historia empezó con una lección sobre masculinidad. Lin Wei, de 27 años, es uno de los pocos profesores varones de una escuela primaria y ya se acostumbró a repetir los relatos sobre caudillos que arrojaban a brujas a los ríos y soldados que burlaban a las tropas japonesas. “Los hombres tienen deberes especiales”, comentó. “Tienen que ser valientes, hacerse responsables de sus malas acciones y proteger a las mujeres”.

Los educadores chinos, preocupados de que una escasez de profesores varones produzca una generación de niños tímidos, egocéntricos y afeminados, trabajan para reforzar roles y valores de género tradicionales.

En Zhengzhou, a orillas del río Amarillo, las escuelas han pedido a los niños que firmen papeles en los que se comprometen a actuar como “hombres de verdad”. En Shanghái, los directores están probando grupos exclusivamente masculinos en materias como artes marciales, reparación de computadoras y física.

En Hangzhou, al este de China, los educadores han iniciado un campamento de verano llamado “Chicos de West Point” (en referencia a la Academia Militar de Estados Unidos), en el que imparten clases de taekwondo y un lema: “Sacamos al hombre que hay en cada niño”.

Funcionarios educativos en toda China están buscando profesores varones. El llamado a una educación más orientada a los hombres ha causado un debate sobre la igualdad de género y la identidad social en una época en que los líderes del país buscan una mayor meritocracia en el mercado laboral.

También refleja una ansiedad general en torno a los niños en la sociedad china. Aunque los varones superan en número a las niñas, como resultado de una larga política de un solo hijo y una preferencia cultural por los hijos varones, tienen un menor desempeño académico.

La opinión de que hay una abundancia de profesoras y que esto ha tenido un efecto negativo en los niños ha conducido, quizá de manera predecible, a una reacción contraria. Los padres han acusado a las escuelas de propagar conceptos rígidos de masculinidad y normas de género; por su parte, las educadoras han denunciado como sexistas los esfuerzos para atraer a más profesores, quienes obtienen mayores beneficios solo por ser hombres.

En Fuzhou —una ciudad de dos millones de habitantes—, colegios y universidades han sido criticados por relajar los requisitos de admisión y ofrecer becas completas y puestos de docentes a varones jóvenes.

Xue Rongfang, una estudiante de la Universidad Normal de Fujian, se pregunta por qué las mujeres no deberían recibir beneficios similares al entrar en campos tradicionalmente masculinos.

“Si las mujeres se dedican a la arquitectura, ¿el gobierno no debería darles educación gratuita también?”, opina. “¿Por qué solo los hombres deberían recibir este beneficio?”.

En algunas escuelas, las profesoras afirmaron que el gran número de educadoras, especialmente en los primeros grados, tenía una influencia positiva en los estudiantes.

“Tenemos una sensación más intuitiva de las necesidades de los niños”, comenta Li Yue, de 36 años y profesora de jardín de niños en Fuzhou. “No es responsabilidad de las escuelas enseñar a los niños a ser niños. Es tarea de los padres”.

La mayoría de los funcionarios de educación chinos no está de acuerdo. Aunque los varones son escasos entre los profesores de escuelas públicas en todo el mundo, el desequilibrio de género es más pronunciado en China, donde las mujeres ocupan cuatro de cada cinco puestos de enseñanza en áreas urbanas, según un estudio realizado en 2012 por la Universidad Normal de Pekín. China tiene 15 millones de maestros de escuela y unos 270 millones de estudiantes de jardín de niños a décimo segundo grado.

En algunos distritos, funcionarios escolares han presionado a sus homólogos locales para que intervengan, diciendo que los estudiantes se desempeñan mal porque carecen de ejemplos masculinos. Los niños quedan debajo de las niñas en los exámenes de admisión a las universidades, y las disparidades en los logros académicos surgen desde el tercer grado, según un estudio de 2012 realizado por la Academia de Ciencias Sociales de Shanghái.

Sin embargo, no está claro que los niños obtengan beneficios académicos por estudiar solo con maestros del mismo sexo. Un estudio de 2008, entre 9000 niños de 11 años de edad en el Reino Unido, no encontró vínculo entre los maestros varones y un mayor desempeño académico entre los alumnos.

El otoño pasado, la Universidad Normal de Fujian admitió a su primera generación de estudiantes varones de docencia bajo un programa sin colegiaturas. Cada día estudian hasta 12 horas bajo la guía de profesoras que los instruyen sobre interpretar el lenguaje corporal y mostrar empatía. Como se espera que haya mucha demanda por ellos, se les pide certificaciones en varias asignaturas, incluidas inglés, matemáticas y ciencias.

Wang Ningde, de 19 años, comentó que esperaba enseñar chino en una escuela primaria, pero añadió que le preocupaba la percepción en algunas escuelas de que los profesores varones no eran dignos de confianza.

“Si tenemos solo mujeres como profesoras”, dijo, “seguiremos teniendo muchos problemas”.

Jiang Weiwen, también de 19 años y estudiante de primer año en la universidad, opinó que muchos de sus amigos y parientes se sorprendieron cuando les dijo que quería hacer carrera como docente.

“Preguntaron: ‘¿Por qué un hombre querría ese trabajo?’”, dijo. “Piensan que los hombres deberían de ser ambiciosos y que ser profesor es demasiado estable y tedioso”.