Juicio a presidente de cámara de diputados en Brasil

Brasilia (EFE). El presidente de la Cámara de Diputados de Brasil, Eduardo Cunha, se convirtió este jueves en reo de la Justicia, después de que la Corte Suprema aceptó las denuncias que lo acusan de haberse beneficiado de las corruptelas en la estatal Petrobras.
Cunha es el primer político que el Supremo lleva al banquillo de los acusados por su supuesta participación en la red de corrupción petrolera y también el primer presidente de la cámara baja que, en pleno ejercicio de ese cargo, deberá responder a un juicio penal.
Por las corruptelas en Petrobras, que según la empresa reconoció en sus propios balances le causaron perjuicios por 2,000 millones de dólares, la corte ha recibido denuncias contra medio centenar de políticos, entre quienes también está el presidente del Senado, Renán Calheiros.
La decisión de acoger las denuncias contra Cunha, acusado de ayudar a amañar contratos para la compra de dos buques petroleros que le habrían rendido «al menos» cinco millones de dólares en comisiones ilegales, fue tomada por unanimidad por los once magistrados del Supremo.
La corte negó todas las alegaciones de la defensa de Cunha, que hasta esgrimió que merecería «trato de jefe de Estado», ya que como presidente de la cámara de diputados es el segundo, por detrás del vicepresidente, en la línea sucesoria en caso de una renuncia o destitución de la presidenta Dilma Rousseff.
El camino hacia el recibimiento de las denuncias fue trazado por el magistrado Teori Zavascki, instructor del caso, quien en una sesión realizada este miércoles recomendó al pleno de la corte dar luz verde a la investigación.
«Hay indicios robustos» para aceptar la denuncia, dijo Zavascki, lo que hoy fue respaldado por los otros diez miembros del Tribunal Supremo.
Cunha, un ferviente evangélico de talante conservador, pertenece al oficialista Partido del Movimiento Democrático Brasileño (PMDB), que lidera el vicepresidente del país, Michel Temer, pero el año pasado anunció su decisión «personal» de pasar a la oposición.
En su condición de presidente de la cámara de diputados, a fines del año pasado aceptó un pedido formulado por la oposición para dar inicio a un juicio con miras a la destitución de la presidenta Dilma Rousseff, fundamentado en maniobras contables que el Gobierno supuestamente hizo para maquillar sus resultados en 2014 y 2015.