No volveré a comer galletas Oreo

Por Antonio Flores Arriaza
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En el reciente debate de los precandidatos presidenciales republicanos a la Presidencia del Ejecutivo de los Estados Unidos del Norte de América (hablo justo de ello y no de una comedia), el precandidato Donald Trump, hablando que los mexicanos están convirtiéndose en una amenaza para la economía del más poderoso país del mundo al sustraer empresas que han operado en USA, aportó como ejemplo que la fábrica de galletas Oreo ahora se ha ido a producir en México y que, por tanto, brindó una “solemne” promesa digna de colocarla en los records Ripley decir: “No volveré a comer galletas Oreo!” Sí, sí y sí. Quien ha hecho esta vengativa promesa no ha sido una chiquilla adolescente. Ha sido alguien que se supone un hombre que aspira a ser presidente del país más poderoso del mundo. Sospecho que ahora tampoco irá al cine ni verá televisión porque Alejandro González Iñárritu se ha llevado el Oscar dos veces hacia México. Es verdaderamente sorprendente que un personaje como este aspire a ser presidente del gran país de la democracia y formado por inmigrantes.
En la primera ronda de debates, ante una pregunta que les formularon: “¿qué mujer colocarían si se creara un billete de mil dólares?” el aspirante Trump respondió: “a mi hija que se ha aguantado sentada aquí todo este debate” fue totalmente increíble su “profunda reflexión” e incapacidad para reconocer los méritos de alguna mujer en toda la historia de los Estados Unidos que pudiera recibir el honor y la dignidad para ser colocada en ese imaginario billete. Pero, lo importante, es que, con esa respuesta, Trump evidenció el valor que le merecen las mujeres (hablo de un precandidato presidencial en USA y no en Honduras).
Entre sus últimas declaraciones está el listado de las mujeres con las que le gustaría tener sexo. Vaya. Supongo que trata de hacer creer que todas ellas le llegarán corriendo… para darle el voto. Bueno, este estilo que presentarse como garañón dándose mucha propaganda suele ser propio de aquellos que están urgidos por crear una fachada generando la impresión contraria para encubrir realidades. Ha sido tan “delicado” (con su actual esposa), para no cambiar de estilo, que ha dicho que la segunda mujer con la que quiere tener sexo es su antigua esposa (ha tenido tres). Y, para cereza del pastel, que también mira el video porno de Paris Hilton. Es la arrogancia de quien cree que sus millones le permiten todo. Como la desfachatez de expresarse en contra de las vacunas.
Trump ha presentado como su gran plan para resolver la economía de los Estados Unidos, y su paranoia con los migrantes “mexicanos” (el típico gringo ignorante cree que más allá del río Bravo todo es México), la construcción de un gran muro para impedir que los migrantes ingresen a USA.
Ese muro tendría un costo superior a los diez mil millones de dólares. Es realmente increíble que, un personaje que se considera un súper empresario, piense en gastar esa increíble cantidad en construir un muro. Los franceses no pudieron parar a los alemanes con su línea Maginot y los alemanes no pudieron detener a los aliados con su línea Sigfrid. A los chinos no les sirvió la muralla. Y, la muralla que ya existe en la frontera entre USA y México la ha perforado muchas veces “El Chapo” Guzmán. Es increíble que un precandidato presidencial de USA no entienda el problema del origen de la migración latinoamericana. Y, que no comprenda que, con diez mil millones de dólares, podría darse tanta inversión en Centroamérica y México que la migración se suprimiría porque la gente tendría el trabajo que ahora no existe. El muro que requiere USA es el de resolver su consumo interno de la droga que se produce en Suramérica y no en donde Trump cree que están sus enemigos.
Estando en New York, en agosto y en diciembre del 2015, cuando caminaba por el centro de la ciudad a las horas en las que la mayor parte de la gente sale de su trabajo, me impresionó observar que las calles de la gran ciudad se poblaban de asiáticos. Muchos caminaban por la acera de la torre Trump en la 5 Avenida, pero, parece, que Trump no saliera de su torre para comprender quiénes han invadido los puestos de trabajo que los ciudadanos de USA sí ocupan y no los puestos de recogedores de frutas, fontaneros, albañiles y similares que los hispanos llegan a cubrir por ausencia de empleados gringos dispuestos a hacer estos trabajos.
Trump no parece comprender que el juego de grandes ligas se pelea en Oriente y que USA necesita amigos, y sobre todo, en su patio trasero. Trump está peleando hasta con el Papa, parece que este hombre no entiende que, por poderoso que se sea, un imperio solitario no logrará mantenerse en la hegemonía mundial. Los romanos dieron el ejemplo incorporando la cultura de los países derrotados e invitando a sus dioses al panteón romano y, brindándoles la ciudadanía romana para que se sintieran incorporados al imperio y no rechazados…
Pero, lo más terrible, es que mucha gente en USA está dándole su apoyo a este individuo que nos augura guerras como si ello se tratara de duelos en el antiguo oeste con simples pistolas Colt. Elegir a este sujeto llevaría a alianzas de todos aquellos que se sientan amenazados por un presidente desajustado y, los ganadores serán los enemigos de USA y la democracia liberal que hemos defendido en Occidente. Estos son los riesgos de esta democracia. Que sucedan en un país pequeño no tiene mucha trascendencia, pero que llegara a ocurrir en el más poderoso del mundo: esa sería otra película de terribles consecuencias.