¡Medidas drásticas contra el gorgojo!

Por Adán Hilario Suazo Molina
Coronel de Aviación (Retirado)
Nuestro país, ha sido conmovido por algunos acontecimientos excepcionales, que han producido en el pueblo hondureño; unidad, voluntad, patriotismo y hermandad, citaré algunos hechos de época reciente: la guerra de 1969, el huracán Fifí 1974, el huracán Mitch 1998. Ante estos casos, todas las expresiones del poder nacional fueron puestas a prueba con el fin de superar los efectos de la crisis.
Actualmente, afrontamos un caso muy delicado. Este es la destrucción masiva que sufre nuestro recurso forestal, causado por el gorgojo descortezador; no se necesita ser experto en silvicultura, para poder entender esta verdad, lo único que se necesita es ser patriota y tener el valor de señalarlo, tampoco se necesita ser experto para entender la magnitud del problema, eso hasta el campesino más humilde lo sabe.
En un artículo anterior sobre el tema, expresé la poca atención que se le ha prestado a nuestro recurso forestal por parte de algunos gobiernos, a pesar que esta es la vocación natural de nuestros suelos, también me referí al desatino de no utilizar algunos recursos institucionales o particulares que existen en el país, y otro hecho, es la lentitud con la que se comenzó a querer controlar esta plaga, reitero y sostengo, que sin lugar a dudas, esta lentitud burocrática, nos hace terminar improvisando.
Aceptamos que en nuestro país, han existido y existen grandes iniciativas, políticas transformadas en leyes y reglamentos, planeamientos maravillosos que con visión estratégica se han convertido en planes audaces, muchos de los cuales han alcanzado incluso nivel de ejecución.
Recordemos algunas de estas iniciativas: CONADI, CORFINO, COBANAH, COHDEFOR hoy ICF, todas estas iniciativas fueron ampliamente apoyadas, los resultados, ya todos los conocemos.
No debemos ser tan negativos y hay que aceptar algunos logros. ¡Pero no olvidemos en dónde estamos! no cito estadísticas, pero es muy fácil saberlo, para eso no se necesita ser analista, solo debemos tener cierta escolaridad y comprensión, para poderlo conocer, los informes están disponibles en los medios de comunicación.
El caso de la plaga del gorgojo descortezador, es de tal magnitud igual que los hechos citados como catastróficos para la vida nacional; en aquellas ocasiones, el pueblo naturalmente respondió bajo el esquema de “Movilización Nacional” este movimiento, en muchos casos se da espontáneamente, pero lo correcto es que el gobierno pueda organizarla de forma justificada y doctrinaria; una movilización nacional, es lo que debe ejecutarse en casos de guerras, calamidades, pestes, desastres naturales o plagas y otras situaciones excepcionales, es cuando los recursos estatales y privados de la patria, son dirigidos en forma sistemática a estabilizar una situación.
Esto por supuesto es una explicación muy simple sobre este tópico, el cual obviamente, requiere de una elaboración doctrinaria detallada.
Reconocemos que las FF AA, están saturadas de tareas por cumplir; pero en honor a la verdad, es donde más se conoce del tema, incluso creo que se han estudiado estas eventualidades. Sumado a que todos los entes estatales relacionados, alcaldías y fuerzas vivas tienen que formar parte de este esfuerzo colectivo. “Si aceptamos que somos uno de los países más vulnerables del planeta, a los desastres naturales, debemos estar preparados en esta materia”.
No deseamos pecar de pesimistas ni alarmistas, y por supuesto, respetamos cualquier señalamiento que demuestre que lo que aquí se afirma, no reviste un carácter dramático o catastrófico, pero las cifras oficiales que se han publicado si lo son, sumando a ello, están todos los efectos colaterales implícitos, esto confirma la crisis; por supuesto observada a “nuestro nivel y criterio ciudadano”.
En este momento creo que no se trata de demostrar, escribir o decir quien sabe más sobre este tema o discutirlo a nivel de foros televisivos; se trata de unir esfuerzos y hacer que la atención se centre en controlar la situación.
No podemos seguir fallando; cada día nos rezagamos más como país. No cuidamos nuestros recursos y mucho menos los aprovechamos.