Ben Affleck y su Batman parecen vivir en la misma ‘zona gris’

SANTA MÓNICA, California — La mañana del día en que se celebraron los premios Oscar, Ben Affleck estaba frente a la puerta de mi habitación en un hotel. No entró con el porte de Bruce Wayne ni la bravuconería de Batman, sino con una discreta disculpa por haber pospuesto esta entrevista, que se había planeado para el día anterior, cuando dijo que le había dado migraña.
“Habría sido una entrevista delirante”, comenta con una sonrisa avergonzada. “No creo que hubiera sido bueno para ninguno de los dos”.
Son tiempos desconcertantes para Affleck, de 43 años, tan extraños como verlo meter todos esos músculos, con sus 1,92 de estatura, en una habitación estrecha, dejarse caer en una silla y estirar las piernas a lo largo de mi cama.
Si pensamos en las facetas contradictorias de su vida y carrera que coinciden en este momento, podríamos sentir envidia, lástima o desagrado por él: todo al mismo tiempo.
Affleck protagoniza “Batman v Superman: Dawn of Justice”. La batalla de estos superhéroes es el gran proyecto del estudio y está planeada para ser el comienzo de una franquicia basada en los personajes de DC Comics, y también para competir con las películas que sus rivales de Marvel han estado haciendo.
Para Affleck, el papel doble de Batman y su alter ego, el millonario y mujeriego Bruce Wayne, es una campaña directa para convertirse en un ídolo.
Pero esta película tan comercial también es una elección desconcertante para alguien que tiene una reputación cada vez más prestigiosa. Dirigió y protagonizó “Argo”, con la que ganó el Oscar a mejor película en 2013. Pese a que los fanáticos de las películas de superhéroes siempre se quejan del elenco, la elección de Affleck en “Batman v Superman” pareció provocar una molestia todavía más apasionada.
La película ha puesto los focos sobre Affleck, poco después del anuncio de que él y su esposa, Jennifer Garner, planean divorciarse tras un matrimonio de 10 años.
“Nunca es buen momento para que invadan tu privacidad”, afirma Affleck con cautela. “Obviamente, esta es una época particularmente difícil”.
Un día antes de que se llevara a cabo esta entrevista, le cayó una bomba. La revista Vanity Fair publicó una entrevista con Garner, en la que habló del fin de su relación. Respecto a Affleck, le dijo a la revista: “Siempre digo: ‘Cuando su luz te ilumina, la sientes’. Pero cuando la luz está en otra parte, es frío. Puede ser alguien muy indiferente”.
En persona, Affleck fue amigable y gracioso, pero también hablaba con voz suave y parecía vulnerable. A veces se veía ansioso y fuera de sí, como si estuviera esperando otra mala noticia.
A pesar de jurar que no lo haría, terminó refiriéndose a la entrevista de Garner para Vanity Fair.
Y aunque no pudo decir por qué decidió interpretar a Barman en este momento, sí ofreció una teoría más general acerca de los papeles que le atraen actualmente.
Cuando ve películas que se esfuerzan en hacer que sus protagonistas sean agradables y valerosos, Affleck reflexiona: “Me aburren. En vez de eso, creo que es más interesante ver cómo sacamos la mejor versión de nosotros mismos, a pesar de nuestros defectos y debilidades, así como nuestra tendencia ocasional a hacer lo que no es correcto”.
“Man of Steel” (2013), el filme que vuelve a relatar el origen de Superman, fue un éxito comercial del director Zack Snyder, quien recibió críticas poco entusiastas; esa película también es la responsable de esta nueva encarnación fílmica de Batman, la cual aparece después de la serie alabada y lúgubre dirigida por Christopher Nolan, que concluyó en 2012.
Al considerar un posible adversario para que Superman peleara contra él en una secuela, Snyder dice que se sintió irresistiblemente atraído a Batman, en particular a una versión del superhéroe que tiene más edad y es más experimentado que en películas pasadas.
“Quería un Batman que ya hubiera sido Batman durante 20 años, un Batman abatido por la guerra”, explica.
“Cuando empiezas a pensar en los actores en ese rango de edad, se nos ocurrió Ben de inmediato”, comenta Snyder. “Es un tipo enorme. Siempre me han gustado los Batman grandes”.
Affleck, quien ahora tiene mechones grises en el cabello, dice que no estaba interesado en una “versión segmentada” del héroe.
Pero la presentación de Snyder lo convenció ⎯también ayudó la revisión del guion a cargo de Chris Terrio, el escritor de “Argo”, ganador del Oscar⎯; se trata de un Batman justiciero y vengativo que aún está atormentado por el asesinato de sus padres.
“Está viviendo en una zona gris”, comenta Affleck acerca de este Batman. “Está destrozado, en mal estado. Llena el vacío que hay en su alma con unas excursiones nocturnas que cada vez son más cuestionables: lucha contra el crimen y también es un playboy”.
Henry Cavill, quien interpreta a Superman, dice: “Hay un dolor verdadero que está enterrado en el alma de este Batman, pero está cubierto con cicatrices. Hay algo de amargura, la cual, si se maneja mal, puede llevarlo por el mal camino”.
Terrio, el guionista, sugiere que hay conexiones profundas entre Affleck y Bruce Wayne, un hombre que esencialmente está interpretando un papel para el público, pero se convierte en alguien diferente cuando está en su Baticueva. “Tienes que asistir a las entrevistas y ser una persona encantadora que parece estar cómoda en el mundo”, comenta. “Pero si eres un artista serio que considera las cosas cuidadosamente, como creo que Ben lo hace, entonces tiene que haber un lado oculto en ti, un lugar que sea como un hogar y donde el mundo no es tan fácil ni encantador ni blanco y negro”.
La dualidad persiste en el mundo de Affleck y su carrera, donde simultáneamente se ha vuelto un actor muy solicitado y un cineasta consumado, después de haber dirigido películas como “Gone Baby Gone” y “The Town”, además de ganar un Oscar por el guion de “Good Will Hunting” (el cual compartió con su amigo de toda la vida Matt Damon).
El alivio de un proyecto como “Batman v Superman”, a pesar de todas sus complicaciones, dice Affleck, es que en ella él es simplemente otro actor que está bajo las órdenes de un director. “Si hay un problema evidente con algo, me hace feliz dejárselo a quienes deben encargarse de él y poder ir a casa cuando acabo de grabar mi escena”.
En este momento, su casa difícilmente sería un refugio para Affleck, no mientras los detalles de su relación con Garner son analizados públicamente y no después de la entrevista de Garner para Vanity Fair, en la cual, a pesar de todo el cariño que siente por él, lo describe como un esposo enigmático y ausente. “Aún soy la única persona que conoce algunas de sus verdades”, dijo ella en el artículo.
Affleck dijo al principio de la entrevista que no hablaría públicamente de su familia por el bienestar de sus tres hijos.
Cuando le preguntamos si Garner había hecho que eso fuera imposible después de compartir detalles íntimos de sus vidas, comentó: “Jen es genial. Es una gran persona. Estamos en muy buenos términos. Acabo de verla esta mañana, así que esa es la realidad que vivimos”.
Sin importar lo que las personas pudieran concluir a partir de su entrevista, Affleck dijo que Garner y sus hijos planean visitarlo durante la filmación de “Justice League”, para poder vacacionar en Europa como una familia.
“Ella sintió la necesidad de hablar al respecto y publicarlo para ponerle fin al asunto. Así, puede decir: ‘Miren, ya hablé de eso; no quiero hacerlo de nuevo’”, explicó.
Sin embargo, parecería que hay un punto en el que la racha reciente de personajes fílmicos corruptos moralmente ⎯los esposos deficientes de “Argo” y “Gone Girl”, incluso un Bruce Wayne desvergonzado e indiferente en “Batman v Superman”⎯ se vuelve inseparable de la manera en que las audiencias lo perciben. Más allá de ese umbral, quizá, Hollywood puede verlo a través de esas fachadas de chico malo, y no como la persona que dice ser detrás de cámaras.
Cuando nuestra conversación llegaba a su fin, Affleck y yo nos levantamos para despedirnos. Pero entonces, sin prevenirme, me dice que quiere añadir algo más.
“La lección más grande de mi carrera ha sido que lo verdaderamente importante es el trabajo que haces”, comentó. “Incluso en los malos ratos, si tus películas son buenas, la gente irá a verlas. Y si no eres bueno, no hay forma de que lo logres. Terminas por pagar todas las consecuencias. Te enfrentas a todo: lo bueno y lo malo”.