“Estamos de vacaciones”

Por Mario E. Fumero

Uno de los hechos históricos que más me llama la atención es la decadencia moral del cristianismo moderno, y esto lo podemos ver en la celebración de la Semana Santa, la cual se han convertido en una celebración de diversión y carnalidad, en donde prevalece el alcohol y las drogas, acompañada de los accidentes de tránsito, ahogamiento y muertos, porque estas fiestas, que deberían ser de reflexión y meditación en familias, es ahora una celebración carnal de playa, fiestas y orgías. Es la época del año en que más cervezas y alcohol se vende.
Las iglesias evangélicas, que hace 30 años celebraban la Semana Santa con reverencia y entusiasmo con cultos especiales, en donde había retiros y sermones alusivos a los hechos históricos de la muerte y resurrección de Jesucristo, hoy se han unido a la mundanización de estas fiestas. Aunque parezca insólito, muchas congregaciones evangélicas se cierran durante esta Semana Santa, y las que tienen culto se encuentran con una asistencia raquítica. Hay algunas iglesias que no tienen cultos durante esta semana y ponen un rótulo que dice “estamos de vacaciones durante la Semana Santa” y la feligresía con sus pastores se van a las playas de vacaciones, para esto murió Jesucristo.
Mientras las iglesias evangélicas se vacían durante la Semana Santa, la Iglesia Católica tiene una afluencia de devotos mucho más grande que el resto del año. Mientras los evangélicos se olvidan de la Semana Santa, los católicos se mueven a sus templos durante estas fechas, aunque después, el resto del año, no vayan a la iglesia.
Honduras ha pasado de una celebración cristiana muy conservadora en la década del 60 y 70, en donde hasta música sacra se pasaba por la radio, y se prohibía la venta de bebidas alcohólicas, a una celebración en donde vale todo y prevalece por la radio la música bailable, el alcohol, las fiestas y la diversión. Todo esto se debe a la influencia del neoliberalismo y el postmodernismo dentro del cristianismo, el cual ha socavado y disuelto los valores originales de la fe cristiana, para dar rienda suelta a todo tipo de carnalidad, paganizando las celebraciones cristianas.
El feriado de Semana Santa es aprovechado por unos pocos para visitar a sus familiares en el interior, lo cual es valedero. Pero muchos otros hacen sacrificios económicos extremos para irse a las playas y balnearios, alentados por una propaganda para estimular el consumo y la diversión más allá de nuestras posibilidades. Lo triste es que muchos tiene que sacrificar su economía familiar por varios meses, para poder “divertirse”, y tienen que pedir prestado para ir a las playas, o terminan llevando sus objetos del hogar a las casas de empeño, la cual en estas fechas hacen su agosto. Como consecuencia de las fiestas de Semana Santa aparecen después los problemas económicos, la resaca, el agotamiento y los accidentes, que dejan muchos muertos a lo largo del país, así como un incremento fuerte de alcohólicos, quizás el más grande de todo el año, después de lo que ocurre en las navidades.
¿Por qué hemos decaído tan bajo en las celebraciones cristianas? ¿Será producto de la ignorancia en la palabra, o más bien el efecto de una influencia de propaganda pragmática que ha anulado los valores tradicionales? ¿Somos en realidad un Estado con principios cristianos, o solo nos queda el nombre, pero no los valores? Pensemos, y analicemos el presente frente a la realidad de la fe cristiana, porque tristemente somos una sociedad en decadencia y el futuro es incierto.
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