Día triste para la capital

El recién pasado 31 de marzo del 2016 quedará marcado como un día negro en la historia de Tegucigalpa abandonada y marginada capital de la República de Honduras. Ese aciago día el Presidente de Honduras don Juan Orlando Hernández lanzó la primera palada de tierra que sepulta el aeropuerto internacional de Toncontín que tiene ya como 80 años de servir a la capital hondureña. En el otro lado de la moneda las más altas autoridades del país e invitados especiales han celebrado por todo lo alto la suscripción del contrato mediante el cual la base aérea hondu-gringa de Palmerola se convertirá en un aeropuerto civil militar para impulsar el desarrollo de la zona central del país.

Es una obra importante, no cabe la menor duda. Hemos escuchado los discursos del señor Presidente exaltando la magnitud e importancia de la construcción de Palmerola, la parte de sus alocuciones que nos llama la atención es que el Presidente hace énfasis en el sentido que considera que los capitalinos u otros sectores del país se oponen a la construcción de Palmerola y eso no es verdad. Hasta este momento no hemos sabido de ningún sector que se oponga a la realización de dicha obra, si bien creemos que no será la panacea que espera el gobierno ni vendrá a solucionar los graves problemas por los que atraviesa el país, si puede ser de mucha utilidad en el largo plazo.

Pero lo que sí clamamos y con mucha vehemencia es que no se clausure el aeropuerto Toncontín pues Tegucigalpa por ningún punto puede quedar aislada del transporte aéreo. Aunque se construyan carreteras y autopistas lo lógico y razonable es que el actual aeropuerto de Tegucigalpa quede operando para vuelos nacionales o internacionales por aeronaves de pequeña envergadura. No es tan fácil decirle a la gente con arraigo y con muchos años de trabajar en Toncontín que agarren sus maritates y se vayan a Comayagua. La parte sur de la capital está experimentando una exagerada explosión demográfica y hay muchas colonias en proceso de construcción y si se llegara a la concreción de ls ides halada de los cabellos de instalar en Toncontín una central de autobuses pues que Dios nos agarre confesados. Reiteramos, una gran obra Palmerola pero capital en Honduras solo hay una: Tegucigalpa.

Héctor Francisco Bulnes
Comayagüela, M.D.C.