Víctimas de la guerra contra drogas piden reformas y justicia en Nueva York

Naciones Unidas, (EFE).- Decenas de familias víctimas del combate al narcotráfico en Centroamérica, México y Estados Unidos se concentraron hoy frente a varios edificios federales en Nueva York y pidieron el fin de la guerra contra las drogas y los encarcelamientos masivos.

Los familiares forman parte de la «Caravana por la Paz, la Vida y la Justicia», que viajó de Honduras hasta Nueva York con el objetivo de presionar en la sesión especial sobre drogas que celebra Naciones Unidas esta semana, del 19 al 21 de abril.

La caravana pasó, entre otros lugares, por El Salvador, Guatemala, Texas, Washington y terminó hoy en Nueva York.

«Denunciamos los múltiples daños que causa la guerra contra las drogas», señaló a Efe el coordinador de la caravana, Ted Lewis, que indicó que «las organizaciones criminales están corrompiendo a oficiales y gobiernos tras 50 años de prohibiciones».

Según Lewis, la acumulación de daños y las muertes violentas son «el hecho más visible de que existe un grave problema» en los países de América Central y del Norte, «donde resuelven el problema a través de encarcelaciones masivas».

«Estados Unidos tiene un nivel de presos históricamente alto, y estas detenciones están sesgadas hacia los negros y los latinos», denunció.

Así lo apoyaba Rafael Carreras, uno de los familiares que iban ataviados con camisetas negras con frases recordando a sus seres queridos fallecidos, secuestrados o desaparecidos.

«Todos tenemos derecho a vivir y a solucionar los problemas que aterran a nuestros compatriotas», explicó a Efe Carreras, de 70 años y procedente de Guatemala, que indicó que los jefes de Gobierno son los «primeros que deberían dar ejemplo».

Durante la concentración, algunos de los presentes aprovecharon para explicar a los demás sus historias personales y cómo esta situación de «guerra» les había causado la pérdida de sus seres queridos.

«Ya no busco solo a mi hijo sino a miles de jóvenes», dijo a Efe la mexicana Maricela Orozco, que ha perdido a dos de sus hijos, uno secuestrado en 2014 en el estado de Veracruz y otro asesinado el mismo día, cuando trataba de localizar a su hermano.

Orozco, que cree que los desaparecidos están «secuestrados trabajando para la droga», considera «un buen paso» la reunión de la Asamblea General de la ONU de esta semana y apoya medidas como la legalización de la marihuana.

La convocatoria de los familiares y activistas continuó, sin incidentes, frente a la sede de Naciones Unidas.

En sus protestas, los activistas se acompañaron de un auto que recreaba una famosa protesta contra la Ley Seca en EE.UU., pero esta vez con lemas contra el narcotráfico y la prohibición de las drogas.

La portavoz Laura Carlsen, experta en asuntos sociales en Latinoamérica, contó a Efe que los actos de esta caravana por la paz pretenden «ser un altavoz de lo que ocurre en la sociedad de los países de Centroamérica».

«No creemos que con esto cambie el resultado de la reunión en la ONU», reconoció Carlsen, que aseguró que el objetivo de la manifestación es, «sobre todo», hacer presente «el dolor de la población civil».