AL RESCATE DEL CASCO HISTÓRICO

El vicealcalde del municipio del Distrito Central, Juan Carlos García, nos comentó recientemente que el gobierno municipal de este término está interesado no solo en transformar la capital con obras que le impriman el sello del modernismo, sino que se está preparando un proyecto de rescatar y preservar el casco histórico de las ciudades gemelas en una labor conjunta de la autoridad y las instituciones culturales y de arte que existen en la ciudad de las canteras.

Con ese propósito de rescatar el centro histórico de la ciudad capital, la autoridad municipal ha iniciado con los vecinos de los sectores comprendidos en el área antigua de Tegucigalpa y Comayagüela los planes de restauración de viejas edificaciones, que si bien es cierto muchas son de principios del siglo XX, no dejan de tener un valor histórico, porque las de la época colonial quizá solo pueden ser catalogadas la Tipografía Nacional, el cuartel de San Francisco y los templos católicos como la Catedral (foto 1), San Francisco, La Merced, El Calvario, Los Dolores y la Inmaculada Concepción de Comayagüela, todas del siglo XVIII.

La ciudad perdió emblemáticas edificaciones que le daban al poblado un sello de distinción como el Banco de Honduras (foto 2) en el centro de la capital, la Samaritana al costado occidental de la plaza central, el edificio Fiallos (foto 3) frente a la plaza de San Francisco y muchos otros que deteriorados por el paso del tiempo no pudieron ser restaurados para conservarlos como tesoros arquitectónicos de la ciudad de las canteras que en este 2016 cumplirá 438 años.

En el afán de modernizarla, las autoridades permitieron hace unos cuarenta años que muchas casas antiguas fueran demolidas para construir edificios destinados al comercio y otros como el viejo Tribunal Superior de Cuentas (foto 4) para convertirlos en extensión de la plaza central.

El Banco de Honduras cuando en 1909 se finalizaba su construcción al costado poniente de la plaza central.
El Banco de Honduras cuando en 1909 se finalizaba su construcción al costado poniente de la plaza central.

Pero todavía quedan algunos edificios que en esta acción emprendida por el gobierno municipal, pueden ser restaurados porque fueron construidos a finales del siglo XIX y principios del XX y guardan mucha historia de la capital.

Si en algo ayuda a quienes han tenido esta iniciativa, vamos a mencionarles algunos que todavía están en pié y que merecen por lo menos una manito de pintura o tratar sus viejas paredes que se encuentran descascaradas o averiadas.

El viejo Correo Nacional (foto 5) frente al hoy Museo de la Identidad Nacional. Una vieja edificación de 1898 que originalmente se conoció como la Casa del Niño porque en ella el ilustre sacerdote monseñor José Leonardo Vijil instaló un hospicio para darle atención a los niños huérfanos de la ciudad.

La antigua casa ubicada en la calle del Palace que fue sede de la embajada de los Estados Unidos de América en 1924 (foto 6), después el sitio donde operó la Tropical Radio y allá por lo años cincuenta el hotel Mac Carthur.

Otra edificación muy antigua es la casa de los Walter en La Leona (foto 7), una hermosa casa de arcos que daba acceso a La Alambra y que en una época a principios del siglo pasado fue residencia del presidente Manuel Bonilla.

El desparecido edifico Fiallos frente al Parque Valle hoy convertido en estacionamiento.
El desparecido edificio Fiallos frente al Parque Valle hoy convertido en estacionamiento.

Mención como reliquia es el edificio donde funcionó el Hotel Las Américas, uno de los primeros de tres plantas que se construyó en el centro de la ciudad al final de la llamada calle de la Fuente (foto 8).

Otro antiguo edificio es la Logia Masónica “Terencio Sierra” en el Barrio Abajo, construida en 1899, gracias al apoyo del presidente Sierra Romero que pertenecía a la agrupación masónica de la capital.

Declarados monumentos nacionales, pero muy descuidados están la casa donde nació el general Francisco Morazán en el corazón de la ciudad, la Escuela de Bellas Artes que se construyó como Palacio Municipal de Comayagüela frente al parque La Libertad (foto 9) e igual destino parece tener la antigua Casa Presidencial construida por Bressani en 1918 y convertida en 1994 como Museo de la República descuida y hoy convertida en expendios de vendedores ambulantes y estación de autobuses y taxis, gracias a la Fundación del Museo del Hombre Hondureño se mantiene en pié la Casa Ramón Rosa, domicilio del ilustre hondureño, principal impulsador del gobierno de la reforma Liberal, sede de la Corte Suprema de Justicia por espacio de 100 años, pero que requiere de apoyo para conservarla, porque su construcción es de finales del Siglo XVIII. (Foto 10).

En La Plazuela, existen todavía casas muy antiguas, como la Casa de la Virgen, y en un estrecho callejón que comunica al Castillo Barahona con la calle de la Penitenciaría, se mantienen hermosas casas de adobe con sus aleros de tejas.

Mucho ha desaparecido, pero en las subidas de Las Damas, Las Gradas, La Pedrera, de La Ronda a La Cabaña, en Tierra Colorada, en la subida a Casamata, en la calle de atrás del Guanacaste, en Buenos Aires, en el Barrio Abajo, en El Olvido, lo que quedó de la primera avenida de Comayagüela, en La Leona, en La Ronda en la Calle Real y tercera avenida de Comayagüela y en las calles céntricas de Tegucigalpa, hay casas que se remontan a muchos años atrás, simbolizando el pasado de la vieja ciudad minera.

Con la alcaldía municipal, y el apoyo de diligentes empresarios hondureños, con la cooperación de organismos internacionales que se dedican a apoyar proyectos de rescate de valores históricos, ojalá que se pueda aprovechar esta iniciativa que permita a Tegucigalpa exponer ante propios y extraños su noble señorío que se ha quedado prendido entre las telarañas del tiempo.

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Hasta la próxima semana.