SE ESTÁN ARMANDO

ESTA adquisición de tanques, aviones de combate y otras armas que se ocupan para pelear –no para combatir la inseguridad, la delincuencia, el narcotráfico– en los países centroamericanos, debería llamar la atención de los organismos internacionales. Una nota informativa asegura que, “Nicaragua puede desencadenar una carrera armamentista con el nuevo equipo bélico adquirido de los rusos”. El titular es complaciente, ya que el equilibrio militar centroamericano fue roto cuando los salvadoreños adquirieron una flotilla de aviones militares de combate a uno de los países que requiere, para su venta, autorización del gobierno norteamericano. La Fuerza Aérea Hondureña expresó que a lo menos requería repotenciar sus aviones –que ha sido el disuasivo con que cuenta el país ya que los ejércitos, el armamento, los presupuestos de los demás países son superiores– sin embargo por alguna extraña razón, los jefes militares aseguran que no han podido obtener la autorización requerida, ya que los aviones con que cuenta el país son de fabricación norteamericana. Así las cosas, se habló mucho de un contrato con una empresa brasileña que se encargaría de repotenciar las unidades, sin embargo, se desconoce el desenlace.

Las declaraciones públicas que ofrecieron los gobiernos en aquella oportunidad, en que los salvadoreños se armaron y más adelante cuando los guatemaltecos también anunciaron la modernización de sus equipos militares –quizás por el interés de no entrar en polémicas verbales y continuar manteniendo las buenas relaciones– es “que cada Estado es soberano” para hacer lo propio. Y eso es cierto, cada cual tiene potestades soberanas, pero nadie puede quedarse de brazos cruzados sabiendo que otros se arman peligrosamente, a saber para qué propósitos, mientras el país se mantiene rezagado. La tranquilidad de todos deriva de que exista un balance regional. Que ninguno tenga superioridad como para agredir al otro. Sin embargo ahora que los vecinos del sur anuncian que estarán recibiendo de los rusos tanques, aviones de combate, sistemas de defensa antiaéreos –mientras aquí el país depende de unos avioncitos de entrenamiento que les donaron– es un tema neurálgico que inquieta, tanto que los ticos han pegado el grito al cielo, denunciando que la compra de ese equipo por parte de los nicas constituye “una amenaza territorial”. Hay que recordar que si bien el anhelo es evitar conflictos, todavía siguen latentes diferencias limítrofes. Y como ese es el detonante para la imprudencia, el tema del armamentismo no puede pasar desapercibido.

Ya dijimos que es una insensatez que países acabados como estos gasten recursos en armas, cuando las urgencias de la pobreza son otras. Aparte que la aspiración debe ser trabajar conjuntamente, evitando fricciones de cualquier naturaleza. Sin embargo, presenciar que otros se arman, como quien ve llover, quién sabe si sea lo más aconsejable. Hasta donde sabemos los equipos que ha adquirido Honduras han sido para combatir problemas de inseguridad y dar la lucha contra el crimen organizado y el narcotráfico. Igual ha hecho Costa Rica, cuyo gobierno da la voz de alarma ahora que dice sentirse amenazado. Aquí, aparte de comentarios de exoficiales militares, no ha sido posible recoger versiones oficiales del Ejército. Para indagar qué piensan sobre estas amenazas armamentistas en la región. En el editorial anterior sugerimos que en esto deben mediar los organismos internacionales, aunque ningún país debe confiarse que la debilidad pueda servir de disuasivo cuando otros se están armando.