En la capital de Honduras, los jóvenes están perdiendo la vida no solo por muertes violentas, sino también por las enfermedades cardíacas.
Para el caso, hoy, un grupo de jóvenes sorprendió a las personas que se encontraban en la morgue del Ministerio Público (MP), ubicada en la colonia Quezada de Tegucigalpa.
Los muchachos llegaron cargando un ataúd café, como en señal de protesta, pero lo cierto es que desconocían que podían llegar en el carro hasta el Centro de Medicina Legal y Ciencias Forenses.
Fue así que bajaron de sus hombros la caja mortuoria donde introducirían a Guadalupe Madrid, de 19 años, quien pereció en el Hospital Escuela Universitario (HEU) producto de un paro cardíaco que le quitó la vida en cuestión de segundos, según revelaron sus familiares.
Además, contaron que casi toda su familia estaba muriendo de esta enfermedad, y de hecho, hace un mes su madre y una hermana también murieron de la misma forma.
Madrid estudió bachillerato en computación en el Instituto Superación San Francisco y vivía en la colonia Los Laureles de Comayagüela; trabajaba, pero su corazón no le bombeó más y falleció.
Al menos no expiró violentamente, como les ocurre a diario a otros jóvenes, comentaban sus parientes, mientras esperaban que les entregaran el cadáver para darle cristiana sepultura mañana lunes, en el camposanto Amor Eterno de Tegucigalpa.