LA COMPETENCIA Y EL TRANS-450

RESPONDIENDO a señalamientos sobre malos manejos en el Trans-450, el exalcalde capitalino explicó en un foro “que la construcción de las dos primeras etapas del Trans-450 se hizo bajo la supervisión financiera del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), que facilitó los fondos para el proyecto, lo auditó en tres ocasiones, durante las distintas etapas de la obra, y dio fe del manejo correcto y transparente de esos fondos”. Esto en lo que se refiere a manejo de fondos habilitados por el organismo financiero internacional. Pero lo que además hubiese interesado saber y sobre lo que hasta la fecha nadie ha dado una explicación satisfactoria es, ¿por qué esa iniciativa de transporte público, que debió ser operado y manejado por la alcaldía municipal, terminó en manos de los mismos dueños de transporte con los que se pretendía competir?

Cuando anunciaron la idea al público dijeron que se trataba de transporte municipal que serviría como opción a los usuarios, en calidad, en servicio, en tarifas, a la enmarañada situación del transporte actual. Se trataba de establecer un servicio público que compitiera con los actuales propietarios de las unidades de transporte, de forma que los capitalinos tuvieran la oportunidad de escoger entre lo uno o lo otro. La competencia es buena, porque obliga a quienes manejan unidades privadas a prestar un mejor servicio a los usuarios. Exigiría a los choferes moderarse en la forma intempestiva que conducen esas unidades, arriesgando la vida de los pasajeros. La competencia induciría a que desaparezcan esos vetustos ataúdes de la muerte que no cumplen con las mínimas reglas de seguridad. Evitaría que los dueños del transporte no subieran el valor de los pasajes a su antojo y menos cuando han bajado radicalmente los precios de las gasolinas. Cuando el BID aprobó el financiamiento para el Trans-450, lo hizo en el entendido que sería un servicio de transporte manejado por la alcaldía municipal. De repente, las cosas cambiaron. ¿Qué pudo haber sucedido que, sin mediar licitación alguna, terminaron negociando el traspaso del servicio a un grupo de transportistas particulares? ¿Cuándo y por qué fue que eso ocurrió? El proceso de transacción parece que abarcó el final de período anterior de la alcaldía y el inicio de la actual.

Hubo oposición de algunos regidores cuando estaban en la etapa final de la negociación, pero sin que surtiera efecto alguno, ya que el contrato fue suscrito sin que hubiese claridad suficiente sobre la razón por la cual abandonaron la idea original de hacer del proyecto una opción competitiva, manejada, administrada y operada por la alcaldía municipal. Así que todo eso, para que no queden dudas flotando en el ambiente, debería de ser diáfanamente trasladado al público capitalino. Como ambos funcionarios son del mismo partido de gobierno, uno de ellos funge como el actual alcalde y el otro como designado presidencial, nada costaría que comparecieran conjuntamente en una conferencia de prensa, frente a periodistas acuciosos a brindar explicaciones con el ánimo de despejar cualquier duda. De paso, podrían actualizar detalles, para tranquilidad de la afición, de cómo avanza la obra y para cuándo se espera que quedará finalizada y operando.