Galel Cárdenas (Honduras, 1945), poeta, narrador, ensayista. Ha sido docente de la Universidad Nacional Autónoma de Honduras, en el Departamento de Letras por 35 años, del cual es ya jubilado. Obtuvo el doctorado en Literatura en la Universidad Javeriana de Bogotá, Colombia. Fue premiado por la Secretaría de Cultura de Nicaragua, en 1986, con el premio de poesía Rubén Darío, a nivel latinoamericano por su obra “Pasos de Animal Grande”, también obtuvo el premio de poesía a nivel nacional en Colombia por su obra poética “Puerta de Golpe”, otorgado por la Universidad Jorge Tadeo Lozano, en 1976. Es autor de más de veinte libros de narrativa, poesía, ensayo y textos académicos. Se destacan sus novelas “Zona Viva”, “Fiebre Sin Fin, el último gol”, “Pared del agua”. Ha escrito dos libros de fábulas “La exótica Algalia y otras fábulas” y “Virus del Olvido”, entre otros libros de cuentos se han editado “La sangre dio una sola vuelta”, “Tiempo de Frío”, “De la Oscuridad a las Brasas”, “Los espantos oscuros de la enferma soledad”. Autor de los libros de poesía “Pasos de Animal Grande”, “Estación madura”, “Días de la palabra”, “Relámpago que se derrama”. Posee varios libros inéditos, hoy se presenta una selección de su poesía. Es presidente de la Unión de Escritores y Artistas de Honduras. Fundador de la Maestría en Literatura Centroamericana en la Universidad Nacional Autónoma de Honduras.
En mayúsculas y subrayado aparecen los nombres de los libros a los cuales pertenecen los poemas seleccionados.
POEMAS DANTEANOS
“Poemas danteados” forma parte de un libro inédito que se titula TEJE EL TIEMPO DORADO, tiene aproximadamente unos 25 años de haber sido escrito, nunca ha sido publicado. Pero el poema Cantar Primero fue escrito un poco siguiendo la línea de la irreverencia de la poesía latinoamericana de nuestra época. El poema que le acompaña es “Insectos y pelambres” que pertenece a otra parte del libro mencionado.
CANTAR PRIMERO
Caramba, Signore Alighieri, ¿cómo se le ocurrió pensar que su camino
Era mitad de toda vida y encontrar la puerta del infierno
Con solo desviarse de la selva?
Ah, míster Alighieri, ¿qué fumaba?, no vaya a responder
Que su inspiración platónica le dictó el poema.
Pero, Monsieur Dante, más extraño es que usted se meta entre muertos condenados,
Transite, hable y llore, con todos ellos sin chamuscar siquiera
Su vestido amplio y vaporoso.
Caramba señor, con tanto sueño adentrarse al lugar del Malebolge
Y encontrarse de pronto con la loba y al huirle tropezar con una sombra
Y preguntar a Virgilio: ¿Eres hombre cierto?
Solo a usted se le ocurre tamaño invento, hablar a su antepasado en italiano
Que no en latín vulgar o clásico: ¡Cuánto debió entenderle el bucólico poeta!
Usted sí que le halaba con toda gana porque después nos quiere convencer
Que la tal sombra que es Virgilio es el celestino de Beatriz,
La imposible celestial, la nunca palpada por sus manos.
Ah, qué chino invento, amigo mío, en eso le gana a don Cervantes
Que nos pone a seguir su loco amado, pero es que usted, ¡bueno tiene razón!
En medio de tanta guerra contra usted,
Que el exiliado eterno, que el condenado a muerte,
Que el acusado de malversación de fondos, en algo tenía que fallarle el nervio,
En algún lugar tenía que desviarse del camino.
Solo a ustedes se les ocurre pelearse con los papas y nada menos en la época
Cuando aquellos eran gobernantes de la tierra con policía, central de inteligencia y todo.
O es que cree que habiendo sido electo
Miembro del Consejo del Capitán del Pueblo y Sabio
Al mismo tiempo para elección de priores, ¿Era suficiente para oponerse a tanto?
No, Herr Dante, la iglesia desde Pedro es fuerte, digámoslo mejor, indestructible.
Pero eso es polvo de otros lodos, imagínenos aquí trabados
Leyéndole verso a verso tratando de tenderle a usted y a su Italia de la época.
¿Por qué al punto de entrar a la caverna no se volvió a la selva en donde razón y vida,
eran más claros que la fiebre de su pesadilla?
Pero no, usted siguió al poeta haciéndole honor con su estilo nuevo
Y no preguntó siquiera si era aquello alucinación o sueño o simple toque de la buena.
Caramba Padrone Dante cómo nos dejó discutiendo sus tres estadios,
Sus nueve círculos de embudo masoquista,
Los nueve cielos de la rosa justa, en una carrera sin par por una musa
Que ni siquiera le guiñó el ojo en la famosa entrevista de la fuente.
Ya ve Maître Dante, qué bien duerme usted rodeado del vapor
Del humo alucinante atravesado siempre por los siglos soñando a su Beatriz
Como una maja carnal evaporada.
INSECTOS Y PELAMBRES
Me incomoda el pie y su huella aniquilada.
Me incomoda el rastro que deja el insulto, la palabra que vomita insectos,
Pelambre, músculos y nervios, escupitajos en línea.
Y no es que me alteren sus aires de capataz violento
Peor sus mohines de gendarme aborrecido.
Aquí en este ángulo del sendero estamos enterrados sobre la hierba
Donde pastan antiguos animales de la selva.
RELÁMPAGO QUE SE DERRAMA
El poema “Hoy apesto a Bolívar” forma parte del texto de poesía social RELÁMPAGO QUE SE DERRAMA. En este texto la poesía recoge el ámbito de represión que vive el país, que desde el año 2009 sufre de una dictadura revestida por un maquillaje democrático. Es un texto enmarcado en la línea de la poesía panegírica de los próceres latinoamericanos.
HOY APESTO A BOLÍVAR
Hoy apesto a Bolívar
Y su espada que enciende el Orinoco
En la vasta llama sin nombre.
Apesto a toda su cabalgadura
Que rompe los valles
Y las trenzas de la vega refulgente.
Apesto a cada una de sus botas
Pobrísimas y desnudas
A sus charrateras derruidas
Y rasgadas en cada uno de sus hombros.
Hoy, ni yo mismo resisto
El olor de su empeine encallecido
Sus hongos resplandecientes
Anudados por el aire libérrimo.
El agridulce contagio que invade
La cama desordenada y tibia
El hiriente impacto de la brisa
Que hace volcar la memoria
Hacia la última batalla.
Apesto y no sé por qué
A tanto pantalón deshecho
Con el mismo trote del jinete
Que nunca duerme
Y jamás descansa en la pilastra.
Y es que me viene a veces
Un mal olor de palabra
Que se encumbra en la montaña
En el retumbo del volcán equidistante
En el consejo que sale a romper
Las sombras desahuciadas
Me viene a veces
Un mal olor de gestos y ademanes
Que pueblan el tambor de la batalla
Que crecen sobre el grito
Que ordena la voz de los cañones
La fuerza redoblada en la trinchera
El puño que vence bayonetas
La espada que rumia su esperanza.
En fin, apesto a su murada
Que enerva la luz y su horizonte
Apesto a su perfil que es viento
En la llanura
A su ceño de profeta en la cascada
A su mano de Dios encrucijado
A su abrazo que redime
Los siglos y su tiempo ensimismado.
Apesto Bolívar,
Por Dios y no me apeno.
ALEGORÍA EN TIERRA
Del libro ALEGORÍA EN TIERRA, este poema forma parte de una especie de humanismo que está allí siempre temblando en la soledad. Aunque este texto poético pareciera solamente de tinte social, la verdad es que tiene mucho de solidaridad existencial. “Pantalón de Ropa Usada” publicado en las redes sociales obtuvo gran aceptación por mis lectores del Facebook.
CANTOS COTIDIANOS A MARILYN MONROE
La generación a la cual pertenezco fue impactada por varios fenómenos mundiales, la revolución cubana, la llegada del hombre a la luna (ahora puesta en duda), los poetas surrealistas, y en cuanto al cine femenino, la musa total, Marilyn Monroe, a la cual Ernesto Cardenal le dedicó un libro. En este contexto pretendí en el libro (inédito) acercarme con poesía a la figura de esta mujer que por su belleza, sinceridad e ingenuidad, impactaron cuando se suicidó en la ciudad de Los Ángeles. El libro CANTO COTIDIANOS A MARILYN MONROE está estructurado por siete poemas que configuran siete días. De lunes a domingo, cada día posee siete poemas, cuyos nombres se rescriben en latín. El poema siete forma parte del último grupo del día domingo. Realmente fue el primer poema que escribí, de corte barroco, pero, los demás poemas son conversacionales como es la característica de una buena parte de la poesía moderna.
PANTALÓN DE ROPA USADA
Adquirí un pantalón en la tienda de ropa usada.
Por su apariencia de tela sólida
Presumo que debió pertenecer a un obrero.
Lo uso de vez en cuando los fines de semana.
Cuando lo tengo en mi cuerpo
Hay algo en él que me transmite
Un cierto entusiasmo por las cosas sencillas,
Por ejemplo, el deseo de jugar al fútbol
Con mis compañeros de trabajo después de almuerzo,
Comer tortillas con frijoles y queso
A eso de las nueve de la mañana,
Batir la mezcla de cemento y arena con la pala,
Tomar la cuchara y repellar paredes,
Silbar continuamente en horas de trabajo,
Ponerme los zapatos viejos y rotos
Cuando realizo tareas de la casa,
Hacer bromas y contar chistes de la vida diaria,
Decir piropos a toda mujer que pasa.
Con este pantalón vuelvo a ser
Un ciudadano común que se pierde entre la masa
Como un grano de arena de la playa,
No ser nadie y no sentir angustia porque la nada
Me vista con uniforme de hombre de segunda categoría.
Con este pantalón sueño poco y vivo mucho el hoy
Y no el mañana porque no sabré si estaré vivo aún
Vivo tanto el calor de los muchachos de la escuela
Sigo una dieta sin dieta
Me enfermo y espero que el cuerpo resista la andanada
Amo sin esperar grandezas y tal vez muero cada vez
Que un compañero ha sido apuñalado
Soy amigo del amigo sin traiciones
No tengo techo donde morir bajo la sombra
Y duermo con mi mujer la más absoluta de las pobrezas
Sin mucha ropa y sin ilusiones vagas
O tal vez si, pero en navidad, cuando compro ropa
A mis hijos que a veces visten harapos junto a mi compañera.
En fin, este pantalón que visto procedente
De una tienda de ropa usada
Me transmite visiones de un mundo ajeno
A mi cómoda vida de clase media.
No sé cómo ha llegado hasta allí
A lo mejor su dueño tuvo que venderlo
Para comprar medicamentos para un hijo
Que siempre murió allá en el olvido
Donde todo es nada como el azul infinito.
Poema 7
Oh liana vespertina del nubarrón que pasa.
Santa Marilyn Monroe
Que estás en mi pecho
Ruega por mí,
Por este ingenuo corazón
Que cree en el maná de tus labios
O en las tierras de tu Canaán
Que se tiñe de palabras
Tan suaves como las nubes
Donde florece el amor
Con codorniz de primavera
Que canta en la llanura de la pedrería
No más para mostrar su luna infatigable
Y para que nadie ose levantar en su soledad
Un nubarrón de lianas vespertinas.
Santa Marilyn Monroe
Ruega por mí
Tu pecador incauto y menesteroso
Laudatorio del abrazo que se quedó
Con la cintura de la noche a media asta
Solo por capricho del fauno intermitente.
Oh mi norma jean virgen
Doncella que todo lo pueblas
Con húmeda hiedra
Ardo en tu sangre como pájaro sin estrella
Con ojo de un mar con boina sin recuerdo
Ruega por mí
Ruega por este náufrago con sed de enredadera
Para que nazca en el sendero que otea tu claridad
Mientras los salmos gritan la desnudez de la tarde
Y el pobre sol se desmaya en su luz de ausencia
Caída como una brasa en el espanto del abandono.
Recoge, oh mi divina diosa fecunda del amor que no cesa
Mi temperatura de hierba que aflora en el mástil
De una proa que nunca llega al puerto de lo inverso
Mi oceánica estrepitosa de alas rojas como tus labios.
Por la suela escarlata que cubre tu pie de aurora boreal
Inicio el peregrinaje que llega a tu pantorrilla de barroco néctar
Y subo al muslo que sostiene el desove de los nombres
Y me deslizo en el vapor del tejido umbroso de coral que muere
Como un rugoso pétalo de tempestad de lirio estremecido
Y paso al vértice dorado que divide tu cuerpo en dos columnas virtuosas
Por donde navega la barcarola de una tierna fruta erotizada
Y sigo sobre tus caderas levemente pronunciadas en el alba infinita
Cabalgando como un jinete con bridas relampagueantes de espuma
Y luego asciendo por el talle que toca el borde en tu seno de luz rumorosa
Y entonces en el descanso del placer de tu miel turgente de alondra sin vértigo
Encuentro los pezones en la vendimia que tiene el cereal de los volcanes burbujantes
Me desvío entonces sobre tus frágiles brazos de Venus con aroma de sueño que canta
Y logro enredarme en el perfume diminuto de tus dedos celestiales
De allí salto hacia el abismo estremecido de tu cuello,
Mi virgen santa, Marilyn Monroe,
Y atrapo tu barbilla de nieve sedienta
Y ah, concupiscencia de almena que vuela
Por ti encuentro la sangre convertida en labio rojo
Con viento dormido en el vino del aliento galopado
¿Qué son entonces ahora tus mejillas?
Penínsulas de una fogata cuya ternura es una pluma sonrojada
Y ahora tu nariz, rosa de la carne que devora
Capullo del aire, respira ante el amor que no existe, ni bella,
Mi santa, mi doncella, Norma Jane Baker,
En tus ojos el mundo reposa tristemente
Mi ingenua coqueta de un espejo que nadie usa
Quiero beberte la inocencia de la miel de toda la tierra
Oh leve, plena, sustancia de paloma enfebrecida
Arco de una ceja con aura de horizonte, mi gaviota
Tierna como la mies que nace del desierto milagroso,
Eterna máscara de un diamante iluminado,
Flor en el azúcar nupcial de la harina que llora,
Llego entonces al cabello de todas las llamas del astro rey
A los bucles respirados por la fragancia del fuego áureo
Al hilo del altar de implacable rumor de seda y cabello venturoso.
Mi Marilyn Monroe, mi Juana de Arco abatida en la hoguera
De la soledad furiosa, en la crestería del dardo mortal,
En la rota noche de las flores condenadas,
En el vidrio de las espinas atroces,
¿Eras ya acaso una ceniza de la sílaba sin musgo?
Mi santa doncella del agua pálida,
El párpado temible de la tiniebla
Hunde su mordisco de sombra salitrosa
En la amarga levedad del golpe que tritura
Eres hoja desbordada del otoño que cae
Arrolado pétalo del día
Escombro insepulto del sueño que no fue
Frío del galope interrumpido.
Santa Marilyn Monroe
Que estás en mi pecho
Ruega por mí… oh liana vespertina del nubarrón que pasa…