“Las selvas tropicales comenzarán a desaparecer en el siglo XXI”. Las profesías que vaticinan catástrofes sobre la tierra han sido publicadas por famosos videntes de las naciones indígenas como los quechúas y los chippewas que ahora coinciden con las de los hombres de ciencia, o sea que nuestra supervivencia hoy está más amenazada que nunca. Las catástrofes naturales se están produciendo en el planeta a un ritmo acelerado. El primero en mostrar su preocupación por los sucesos venideros debido al cambio climático fue el norteamericano “Al” Gore en un video llamado “Una verdad que incomoda”, entre otras cosa “Al” Gore expresó: “Al ritmo actual de deforestación no quedarán prácticamente selvas tropicales en el próximo siglo… una vez desaparecidos los grandes bosques pluviales, las tierras poco compactas sobre las que se asientan estas gigantes catedrales vivientes quedarán desnudas y a merced de las lluvias y el viento”, esto lo dijo en el año de 1998.
Qué sucede en un país donde los incendios forestales, las plagas en los árboles y la tala criminal de los bosques no para, se produce una erosión total del suelo, hay aumento en las temperaturas, y no nos vayamos tan lejos, ahí está el histórico puente sobre el río Choluteca como testigo mudo de la desaparición de las aguas del río Grande, al que le cantara emocionado el poeta Juan Ramón Molina. Haga usted un viaje por la zona norte de nuestro país, vaya a Puerto Cortés, Iriona, La Ceiba, Tela, etc., y mirará con asombro qué pasará por decenas de puentes donde ya no corre el agua.
En los hermanos países Guatemala y El Salvador, la gente se pelea por el agua aunque aún quedan algunas reservas limitadas.
No hay que echarle la culpa a nadie más que al hombre por lo que nos está sucediendo en nuestro hermoso y azul planeta. La situación climática en la tierra está cambiando cada día, el calentamiento y el efecto invernadero están produciendo que las grandes capas de hielo de la Antártida se estén derritiendo cada minuto, cada hora, este deshielo según los científicos está aumentando los niveles del mar entre cinco y seis metros. Se acuerdan que en Cedeño se produjo inesperadamente una inundación cuando las aguas del mar subieron causando el pánico entre quienes vivían en las playas, pero no se preocupen que aún no llega el fin del mundo, solo hay uno que sabe el día y la hora.
Qué sucederá en Centroamérica? Se habla de que también en Sudamérica habrá terremotos, ya se dio uno en Ecuador, aumentarán los sismos, ya hubo dos en Chile y Argentina, en México está activándose el Popocatépetl y en Nicaragua hay otros volcanes en movimiento. Lo peor que nos puede suceder es la sequía, lo que lógicamente provocará una hambruna sin precedentes.
Hay quienes se burlan de las profesías: “Mmm esa papada de los terremotos siempre ha sucedido en el planeta”, mmm mijito las inundaciones siempre suceden en todos los inviernos”, pero no ponen atención a lo que realmente está pasando en el presente siglo. Ahí tienen ustedes la tremenda inundación en Texas, los movimientos sísmicos actuales en Japón y en otros lugares de Asia. Que se predice para Cuba, la Dominicana, Haití y Puerto Rico? Nada menos que tremendas inundaciones en las zonas costeras, tormentas nunca antes vistas y vientos huracanados, otras islas también serán afectadas.
El avance tecnológico, la revolución industrial nos están dejando sin aquellos frondosos bosques, sin aquellas selvas donde habitaban animales de todas las especies, animales que han desaparecido y otros están en peligro de extinción, todo por la avaricia del ser humano. En las montañas altas de Honduras ya no se ven las selvas maravillosas objeto de estudio, con el pretexto de convertir esas zonas en criaderos de ganado o siembra de café porque han arrasado con ellas. En esas montañas nuestras suenan las motosierras con un canto de muerte, con ellas los bosques están agonizando y las fuentes de agua se van secando poco a poco.
Hoy en día el hombre se está convirtiendo en el demonio que asolará la tierra. He visto con asombro que mandatarios de muchos países se están reuniendo para firmar acuerdos para evitar que el planeta se siga deteriorando, esos acuerdos son tardíos, ya no valen, la tierra está contaminada, el cambio climático producido por el hombre es irreversible, la ira de Jehová vendrá implacable sobre los que están arruinando la tierra, así lo señalan las sagradas escrituras, allá el que no crea. Y lean bien esto: “dos de cada tres habitantes del planeta van a tener problemas en el suministro de agua potable para el año 2025”, aunque yo creo que no hay que esperar tanto, de aquí al año 2018 esto se convertirá en un caos.
En el año de 1967, una vidente hondureña me mandó una carta a mi programa Cuentos y Leyendas de Honduras donde hablaba de la inundación de Tegucigalpa, la falta de agua en los barrios, muerte inesperada de animales y la falta de árboles en las montañas, todo eso sucedería -según la vidente- después del año dos mil. Aún tengo presente a una distinguida dama que al escuchar las profesías se enfermó de los nervios. Se nos ha dicho que hay que controlar el uso de aerosoles para que la capa de ozono -se conserve, pero no dicen nada de las armas nucleares, del daño a la atmósfera de las grandes fábricas en el mundo, de la contaminación de los viajes espaciales, etc. Definitivamente es el hombre que ha arruinado la tierra, pero la tierra como un ser viviente se seguirá cobrando los daños que le han hecho, traducidos en terremotos, incendios, inundaciones, caída de tormentas de rayos, tofones, huracanes, tornados, etc. Pero lo más alarmante hasta este instante es la escasez de agua que traerá como consecuencia la escasez de alimentos tal como lo profetizó Jesucristo. El que tenga oídos para oír que oiga.