Comisión explica motivos de cancelación de generales de Policía

La Comisión Especial para el proceso de Depuración y Transformación de la Policía Nacional, explicó que se analizó cada caso de los exdirectores policiales que finalmente fueron cancelados hoy de la institución.

La comisión ofreció este martes una conferencia de prensa en las instalaciones de la Secretaría de Seguridad, para explicar el proceso de cancelación de los generales de Policía, Ricardo Ramírez del Cid, Juan Carlos “El Tigre” Bonilla y Ramón Sabillón.

La comisionada Vilma Morales, detalló que en el caso de Bonilla, el oficial primero solicitó su retiro, pero posteriormente pidió un permiso especial en la Policía Nacional.

“Las funciones que ellos han venido realizando en los últimos tiempos han sido prácticamente fuera de la organización, los cargos de viaje son inexistentes en la estructura policial”.

Bonilla fungía como agregado policial en Colombia, cargo del que fue removido luego que el New York Times lo señalará por el supuesto encubrimiento de muertes de alto impacto en el país.

Morales señaló que en el caso de Bonilla “él ya cumplió su tarea, por eso la reestructuración lo abarcó”.

En el caso de Ramón Sabillón, la comisión sostiene que su salida del país sin reportarlo, se considera como abandono de su cargo, considerando que “la forma no fue adecuada, ni correcta”.

“Se declaró en abandono como establece la Ley de la Policía , como una falta grave y es un abandono, porque el policía es una persona que se mantiene en actividad de manera permanente”.

En tanto, el general, Ramírez del Cid fue suspendido por “los señalamientos hechos por los medios noticiosos”.

El exdirector policial fue nombrado en el informe del New York Times, como uno de los generales que planificaron la muerte del zar antidrogas, Julián Arístides González.

“La comisión ha quedado en libertad de hacer la evaluación de la pertenencia o no del general”, manifestó Morales.

Ante las posibles demandas de parte de los tres generales, Morales aseguró que es un proceso que “goza de un mecanismo de emergencia”, aunque todo se realiza respetando el debido proceso.